La banda criminal ‘La Inmaculada’ que delinque en el municipio de Tulúa (Valle del Cauca), hizo un llamado público al Gobierno nacional para ser incluidos en los diálogos de paz que se adelantan con otras organizaciones al margen de la ley.
A través de un video, hombres encapuchados y armados, al parecer, integrantes de la estructura enviaron un mensaje al presidente Gustavo Petro, asegurando que sus actividades delictivas habían sido suspendidas desde la mediados del mes de febrero del presente año, como un gesto de buena voluntad.
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“Siguiendo el sentimiento de paz, nuestra organización ‘La Inmaculada’ decidió frenar momentáneamente la campaña de acciones ofensivas desde mediados de febrero del año en curso, para así iniciar los caminos para encontrar la paz en Colombia”, indicaron en las imágenes.
En medio del mensaje dirigido al presidente Petro, la banda criminal afirmó que la única intención con esto era contribuir a una solución pacífica: “Le hacemos saber al señor presidente Petro que nuestra manera de buscar un lugar para hacer parte de su bandera de paz no es un chantaje como usted lo manifestó”, dijeron.
Por otro lado, la estructura lanzó una fuerte advertencia al alcalde de Tulúa, Gustavo Vélez, en la que le pidieron no subestimar el poder que tienen. “No juegue con su vida ni con la de quienes lo siguen, que todos saben nuestras capacidades y firmes decisiones que realizamos como siempre”, señalaron.
El mandatario local no tardó en responder manifestando que se están adeltanado las respectivas investigaciones para identificar la autenticidad del video. Vélez también expresó su rechazo ante las verdaderas intenciones de la banda criminal pues la presencia en el municipio de Tulúa es inminente: extorsionando a los ciudadanos, cometiendo asesinatos y otros delitos.
Y es que está no es la primera vez que la estructura pide ser parte de la Paz Total. Después de los actos terroristas registrados el 10 de febrero en Tuluá, que dejaron dos muertos y cuatro heridos. La banda criminal La Inmaculada, responsable de los ataques a la población, informó que se querían acoger a la política del Estado asegurando que contaba con miembros en otras zonas del país y esperaban tener un espacio en la mesa de negociación como con otros grupos armados.
El presidente de la República le había respondido a “La Inmaculada” luego de los actos terroristas diciendo que no aceptará “chantajes”, que “retaron a la sociedad” por el atentado en Tuluá y que sus jefes continuarán en los centros penitenciarios.
A través de un panfleto que circuló en el municipio Tuluá como en redes sociales, la banda delincuencial pidió que el Gobierno se sentara a negociar el fin de las acciones bélicas, buscando un tratamiento similar al del ELN o el Estado Mayor Central, con los que se adelanta un proceso de paz: “Una vez más les decimos solo queremos ser escuchados y reconocidos como parte del conflicto, pues no solamente con los grupos guerrilleros se encontrará la paz”.
“Nosotros tenemos en el territorio nacional, el poder en áreas urbanas, como ya lo hemos podido demostrar. No estamos pidiendo dinero ni secretarías ni tampoco nuestra libertad”, decía el documento de “La Inmaculada”, agregando que “solamente queremos ser escuchados, como lo han podido hacer en ocasiones anteriores y entablar una mesa de diálogo para encontrar soluciones como sucedió en Buenaventura o también en la ciudad de Medellín”.
Respuesta del Gobierno
En ese momento, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, enfatizó que no se podía llegar a una negociación con “La Inmaculada” ante los ataques contra la fuerza pública y la población: “No existe ahora una conversación con los jefes de esa organización criminal. Precisamente, es lo que han venido reclamando en sus diversos comunicados. Pero, en todo caso, esta, que es una decisión de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, no puede incidir en las acciones que se continúa desarrollando la fuerza pública”, informó.
El jefe de cartera explicó que no se podía negociar con la banda criminal de la misma manera que con los grupos guerrilleros que operan actualmente en Colombia. “Se trata, dada la naturaleza de esa organización, se trata de si eventualmente se resolviera conversar, se trata de conversaciones con miras al sometimiento, no precisamente de una negociación al estilo de la que se realiza con el Ejército de Liberación Nacional (ELN)”, afirmó el ministro de Defensa.