Monjas colombianas abrieron un bar en España: “No es pecado tomarse una cerveza”

La reapertura de este establecimiento comercial antes de Semana Santa ha generado opiniones divididas

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El bar fue abierto nuevamente el 19 de marzo - crédito La Voz de América
El bar fue abierto nuevamente el 19 de marzo - crédito La Voz de América

Las monjas son mujeres consagradas a una vida basada en la espiritualidad y el retiro, ellas representan una figura esencial dentro de las distintas órdenes religiosas monásticas y contemplativas en todo el mundo, por lo que su dedicación se manifiesta a través de la adherencia a principios como el celibato, la obediencia, la pobreza y la castidad, a lo que se suma en algunos casos el aislamiento total de la vida civil.

Es por ello por lo que en la mayoría de los casos se les referencia como personas alejadas a aspectos como la fiesta o el consumo de alcohol, pero en Villafranca de Estíbaliz (España) este no es el caso, ya que un grupo de monjas, la mayoría de ellas colombianas, son las encargadas de atender un viejo bar que fue reabierto en 2024.

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La congregación de monjas católicas ha decidido reabrir un bar situado en un antiguo santuario al norte de España, conocido como Estíbaliz. Este acontecimiento marca una evolución en la funcionalidad de los espacios religiosos, proponiendo una dinámica donde la espiritualidad y el encuentro comunal pueda coexistir. El Santuario de Estíbaliz es un emblema románico del siglo XI y corazón de la Diócesis y ahora estará bajo la administración de las Hermanas Peregrinas de la Eucaristía.

La reapertura del local ahora llamado Amaren Etxea (Casa de la Madre en euskera), se llevó a cabo con una ceremonia el 19 de marzo y recibió la bendición del Obispo de Vitoria Mons., Juan Carlos Elizalde. Este evento no solo celebró la revitalización de un espacio de encuentro, sino también reafirmó la importancia del Santuario de Estíbaliz como un lugar de acogida espiritual y comunitaria. Situado a las afueras de la ciudad vasca de Vitoria, este espacio recomienda una oferta única donde conviven la fe y la cordialidad.

Este lugar será atendido por un grupo de monjas, la mayoría de ellas de nacionalidad colombiana - crédito Diócesis de Vitoria
Este lugar será atendido por un grupo de monjas, la mayoría de ellas de nacionalidad colombiana - crédito Diócesis de Vitoria

Creo que mucha gente pensará que es inusual, porque nunca lo han visto. Pero ya sabes, no es pecado tomarse una cerveza”, expresó la Hermana Guadalupe a La voz de América, ella es una de las religiosas a cargo, que adiciona que ve en este bar una “puerta abierta para evangelizar”.

El Amaren Etxea, anteriormente conocido como bar “Pater” cuando era administrado por monjes benedictinos, y ahora remodelado y decorado de manera más actual, se ha transformado en un punto de encuentro para todos los alaveses, quienes pueden disfrutar de los tradicionales vermut de los domingos después de misa. Las hermanas, vistiendo delantales de camareras sobre sus hábitos, sirven a los clientes con una sonrisa que, según María Elena Sáez, una visitante, “transmite mucha paz y mucha alegría”.

Este singular bar es atendido por las Hermanas Peregrinas de la Eucaristía, mayoritariamente de origen colombiano, que llegaron al santuario en septiembre del año pasado, asumiendo las responsabilidades dejadas por los monjes benedictinos. Estos últimos habían abandonado el santuario por razones de edad y número. El primer fin de semana tras la apertura, coincidiendo con el inicio de Semana Santa, atrajo a numerosos clientes, indicando una prometedora integración de este nuevo espacio en la vida comunitaria de la región.

Este establecimiento fue abierto con el aval de la Diócesis de Vitoria - crédito Diócesis de Vitoria
Este establecimiento fue abierto con el aval de la Diócesis de Vitoria - crédito Diócesis de Vitoria

Este proyecto pudo iniciar debido a un período especial para la diócesis, al celebrar un Jubileo concedido por el Papa Francisco, añadiendo un halo de celebración y renovación espiritual que acompaña la reapertura del bar.

La iniciativa ha generado un diálogo interesante sobre la relación entre la fe y lo cotidiano, a pesar de que también ha recibido críticas, las monjas afirman que no solo debe ser tomado como un lugar para disfrutar de una cerveza, sino también como un punto de encuentro que refleja la apertura y la acogida de la iglesia hacia la comunidad.

Esta nota fue hecha con ayuda de la inteligencia artificial.

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