El martes 26 de marzo se cumplieron 16 años de la muerte de Pedro Antonio Marín, más conocido por sus alias de Manuel Marulanda o Tirofijo, quien fundó la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (Farc-Ep) a finales de la década de 1960.
Aunque para buena parte del país se trataba de un criminal que cometió todo tipo de delitos a nombre de la revolución y la lucha armada para imponer un socialismo de corriente soviética, hay una minoría que lo considera como un héroe y un ejemplo de lucha contra la opresión del capitalismo y la oligarquía colombiana, como es el caso de los militantes del Partido Comunes, que surgió del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y el desaparecido grupo insurgente.
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”Todo el amor que hay en tu ser, mi viejo, florecerá. Como a Fidel a ti, #ManuelSemilla, la historia te absolverá”, señalaron en uno de las publicaciones que hicieron del fallecido máximo jefe subversivo en su cuenta oficial en la red social X.
Un mensaje más extenso dio el líder natural de esa colectividad, Rodrigo Londoño, más recordado por su nombre de guerra ‘Timochenko’, y quien encabezó al último secretariado de las Farc, que era la instancia decisoria de la desaparecida estructura armada ilegal.
“Manuel Marulanda Vélez fue #ManuelSemilla de muchos Manueles. Manuel Dignidad. Manuel Resistencia. Manuel Justicia. Manuel Paz. Manuel Venceremos (sic)”, trinó.
Sin embargo, la senadora uribista María Fernanda Cabal repudió esos homenajes en X y recordó la trayectoria criminal de ‘Tirofijo’, quien fue apodado de esa manera por su buena puntería con las armas de fuego con las que le quitó la vida a muchos de sus compatriotas.
“El narcoterrorista FARC ‘Tirofijo’ tenía 150 órdenes de captura a nivel nacional y 21 a nivel internacional. Acusado de concierto para delinquir, terrorismo, secuestro, rebelión, homicidio con fines terroristas, entre otros. Su desaparición significó justicia para sus víctimas (sic)”, publicó la congresista del Centro Democrático.
Pero no fue la única que censuró los homenajes al fundador de las Farc, ya que el concejal de la colectividad uribista Daniel Briceño también hizo un listado acerca de los delitos que perpetró el jefe guerrillero que falleció de muerte natural y nunca pudo ser capturado o abatido por el Estado colombiano.
“Manuel terrorista. Manuel delincuente. Manuel asesino. Manuel violador de derechos. Etc (sic)”, agregó.
Lo mismo había hecho el exgobernador del Meta Juan Guillermo Zuluaga, aunque con motivo de unas declaraciones del presidente de la República, Gustavo Petro, cuando criticaba a alias ‘Iván Mordisco’ tras la suspensión del cese al fuego con ese grupo armado ilegal.
“Dice que Manuel Marulanda Vélez era un revolucionario de verdad y lo exalta. Lo que tenemos que recordar es que fue un bandido porque desde que fundó a las Farc hasta su muerte, fueron más de 40 años delinquiendo. Esos que dicen que luchan por el pueblo, lo único que hacen es utilizar a la gente”, rechazó el político, que también se encuentra en el sonajero de candidatos a la Presidencia en 2026.
La figura de ‘Tirofijo’ es de las más controversiales del país por su trayectoria insurgente que comenzó como bandolero liberal que formó junto con 10 de sus primos un grupo de autodefensa campesina en Génova (Quindío) ante la creciente violencia bipartidista que se desató en el país tras el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán en 1948, para protegerse de los escuadrones de la muerte de los conservadores que se denominaban como ‘Pájaros’ o ‘Chulavitas’.
Ya a finales de la década de 1960, y con la influencia de Jacobo Arenas, adoptó la ideología socialista y conformaron el primer grupo revolucionario que denominaron como Autodefensas Comunistas y para esa época comenzó a utilizar su nombre de guerra Manuel Marulanda en homenaje a uno de los líderes de los trabajadores asesinados en la masacre de las bananeras en 1928, donde se estima que el Estado colombiano asesinó 2000 personas que se manifestaban en contra de la multinacional United Fruit Company.
Sin embargo, tras el fracasado proceso de paz en el Gobierno del fallecido expresidente Belisario Betancur en 1982, cuando se recrudeció la violencia tras el surgimiento de grupos paramilitares, que financiaron narcotraficantes como Gonzalo Rodríguez Gacha, así como gamonales en las regiones y la creciente influencia de ese fenómeno criminal en el país, la figura de ‘Tirofijo’ comenzó a degenerar.
Ya en la década de 1990 las Farc se convirtieron en una ‘máquina de guerra’ con 20.000 hombres en armas y que obtenían grandes dividendos con secuestros, extorsiones y especialmente con su incursión en el narcotráfico, inicialmente cobrando a los cultivadores de la hoja de coca, para inmiscuirse al punto de exportar miles de toneladas de cocaína.
Para esa época ‘Marulanda’ ya no era un referente de revolución, sino de la delincuencia en Colombia, comparable a Pablo Escobar, que incluso no tenía problema en reconocer que en las filas de esa guerrilla se reclutaban a menores de edad.
Pero el momento de inflexión fue su incumplimiento para asistir al inicio del proceso de paz que inició en 1998 el Gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana con la extinta guerrilla, cuya fotografía de su silla vacía en la mesa de diálogos fue histórica y le dio la vuelta al mundo.
Tras ese nuevo fracaso y la posterior persecución que inició la administración sucesora de Álvaro Uribe Vélez, la figura del insurgente ‘Tirofijo‘ perdió validez hasta su muerte en 2008, que confirmaron los mismos insurgentes que fue por causas naturales y no en combates.