Un nuevo feminicidio se registró en Medellín; en esta ocasión, la víctima fue una mujer de 29 años de nacionalidad venezolana, identificada como Grecia Marielbis Perales. El cadáver de la mujer fue encontrado en una vivienda que se estaba incendiando en el centro de la capital antioqueña durante la mañana del lunes festivo 25 de marzo.
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Los hechos habrían comenzado alrededor de las 9 de la mañana del lunes festivo, cuando varios residentes del barrio Boston, en la comuna 10, alertaron sobre una intensa discusión acompañada de golpes en un apartamento cercano al parque principal. Aproximadamente media hora más tarde, notificaron a las autoridades sobre una densa columna de humo que emanaba de la mencionada vivienda.
Al llegar, las autoridades se toparon con una escena dantesca: la mujer extranjera yacía entre dos colchones, presentaba múltiples heridas de arma blanca, en total 17 puñaladas, y un cable estaba enredado en su cuello. También se estaba incendiando la estufa de la residencia, pero gracias al esfuerzo de las autoridades se logró controlar la emergencia y realizar el respectivo levantamiento del cadáver.
En relación con el sospechoso de este aberrante feminicidio, el principal señalado es la pareja sentimental de Perales, quien también sería de nacionalidad venezolana. El individuo, que había estado residiendo con la víctima y el hermano de esta durante los últimos 10 días en el lugar donde se encontró el cuerpo de Perales, fue capturado por cámaras de seguridad momentos antes de que las autoridades procedieran al levantamiento del cadáver.
Con el asesinato de Perales en la ciudad de Medellín, el número de feminicidios asciende a 8 durante el año 2024 y a 25 en todo el departamento de Antioquia. Las autoridades han informado que han iniciado un proceso investigativo para determinar el paradero del sospechoso y esclarecer este nuevo caso que aflige a las mujeres en el Valle de Aburrá.
La violencia de género abarca diversas formas de manifestación, extendiéndose más allá de lo físico para incluir también aspectos emocionales, psicológicos, sexuales y económicos. A continuación, se describen algunas señales y conductas indicativas de violencia basada en género dentro de una relación:
- Control y aislamiento: Buscar el dominio sobre la pareja, limitando su vestimenta, interacciones sociales, y movimientos, es un claro indicativo de intento de control. El aislar a la víctima de su círculo cercano pretende incrementar su dependencia hacia el agresor.
- Violencia psicológica: Incluye humillaciones, insultos, desprecios, intimidación, amenazas y manipulación. Este tipo de abuso tiende a mermar la autoestima de la víctima, fomentando sentimientos de insuficiencia, miedo y dependencia emocional hacia su agresor.
- Violencia física: El recurso a la fuerza para herir, que puede variar desde un simple empujón hasta agresiones más graves, constituye una clara manifestación de violencia. Las lesiones pueden ser tanto externas (moretones, cortes, fracturas) como internas.
- Violencia sexual: Se define por cualquier acto sexual sin el consentimiento de la pareja, incluyendo la coacción y manipulación sexual, hasta llegar a ataques de índole sexual más explícitos.
- Violencia económica: Representa el control absoluto sobre los recursos financieros, limitando el acceso al dinero, controlando ingresos o impidiendo trabajar o estudiar, buscando así limitar la independencia económica de la víctima.
- Celos excesivos: Los celos desmedidos suelen ser un pretexto para justificar actos de control y violencia, presentándolos erróneamente como muestras de afecto.
- Cambios repentinos de humor: Los agresores suelen exhibir variaciones bruscas en su comportamiento, pasando de ser amables a mostrar un enojo extremo sin motivo aparente, generando en la víctima un estado permanente de ansiedad y temor.
Es clave entender estas señales para poder brindar el apoyo adecuado a las personas afectadas y trabajar en la prevención y erradicación de la violencia de género.