La Cancillería está hecha un revolcón: salida de alfiles de Leyva y la presunta continuidad de Murillo suman tensión en la cartera

Esa cartera estaría atravesando por problemas con otros países, por la falta de nombramiento de embajadores en propiedad, además de los recientes conflictos internos por cuenta de la licitación para la fabricación de pasaportes

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Todo el revolcón en la Cancillería sería producto del escándalo por la licitación de pasaportes que dejó a Álvaro Leyva suspendido por tres meses - crédito Colprensa y Cancillería / Montaje de Infobae
Todo el revolcón en la Cancillería sería producto del escándalo por la licitación de pasaportes que dejó a Álvaro Leyva suspendido por tres meses - crédito Colprensa y Cancillería / Montaje de Infobae

La Cancillería colombiana experimenta un periodo de transición y ajustes bajo la dirección interina de Luis Gilberto Murillo, quien asumió el cargo tras la suspensión de Álvaro Leyva hace más de cinco semanas. Aunque inicialmente su período al frente de la Cancillería se estimó en tres meses, las acciones de Murillo sugieren una posible extensión de su mandato. Este cambio se produce en un contexto de relevancia para la diplomacia colombiana, marcado por retos internos y la necesidad de fortalecer la presencia del país a nivel global.

En el ámbito interno, la salida de varios funcionarios cercanos a Leyva, incluidos Silvia Carrizosa, directora de Talento Humano; José Antonio Salazar, exsecretario general; Juan Carlos Losada, director de asuntos jurídicos internacionales, y Lida Rodríguez, jefe de contratos, empieza a marcar un reajuste significativo dentro de la entidad. Estas partidas se relacionan con la controversia en torno a la licitación de pasaportes, un proceso que ahora investiga la Superintendencia de Industria y Comercio por posibles violaciones a la libre competencia.

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De hecho, ese trámite también ha despertado polémica, pues varios funcionarios de la cartera aseguraron que los enviados por Cielo Rusinque se llevaron documentos que comprometen la seguridad nacional, por lo que exigieron a la superintendente entregar explicaciones de las acciones adelantadas en el palacio de San Carlos en los últimos días.

El sindicato de la Cancillería le exigió explicaciones a la superintendente de Industria y Comercio, Cielo Rusinque, por visita administrativa al Palacio de San Carlos - crédito Colprensa/Felipe Restrepo Acosta/Wikipedia
El sindicato de la Cancillería le exigió explicaciones a la superintendente de Industria y Comercio, Cielo Rusinque, por visita administrativa al Palacio de San Carlos - crédito Colprensa/Felipe Restrepo Acosta/Wikipedia

Respecto a la proyección internacional de Colombia, la decisión de crear 10 nuevas sedes diplomáticas en destinos como Barbados, Haití, Guyana, Etiopía y Senegal, entre otros, ilustra el objetivo de ampliar la influencia del país en el escenario mundial, a pesar de las críticas que se han despertado en la oposición por la formación de nuevas células burocráticas en el Gobierno nacional.

Este plan, sin embargo, ha suscitado interrogantes sobre su viabilidad financiera y operativa, especialmente tras el nombramiento de Armando Benedetti como embajador ante la FAO, lo que pone en duda si los recursos asignados serán suficientes.

Además, la administración del presidente Gustavo Petro enfrenta el desafío de cumplir con su promesa de nombrar a profesionales de carrera diplomática en al menos la mitad de los cargos en el exterior. Aunque se ha avanzado, con cerca del 37% de los nombramientos correspondiendo a diplomáticos de carrera, aún no se alcanza la meta establecida.

En medio de estos ajustes, la visita reciente de Leyva a la Cancillería generó especulaciones sobre su posible regreso al cargo, sumando un elemento más de incertidumbre al ya complejo panorama de la diplomacia colombiana.

Luis Gilberto Murillo, embajador de Colombia en Estados Unidos, fue designado como canciller encargado por Gustavo Petro. Sin embargo, se rumora que su permanencia en la cartera podría ser permanente - crédito @JotaPeHernandez/X
Luis Gilberto Murillo, embajador de Colombia en Estados Unidos, fue designado como canciller encargado por Gustavo Petro. Sin embargo, se rumora que su permanencia en la cartera podría ser permanente - crédito @JotaPeHernandez/X

La expansión de la red diplomática también ha sido motivo de debate en el Congreso, donde se ha cuestionado la estrategia detrás de la apertura de nuevas embajadas y el impacto en el presupuesto y la operatividad del Ministerio.

A nivel de Latinoamérica, el supuesto nombramiento de Sebastián Guanumen como embajador en Chile destaca las tensiones diplomáticas y la importancia de mantener relaciones bilaterales sólidas, especialmente con países que comparten desafíos comunes, como las nuevas olas migratorias. La recepción de este nombramiento ha dejado también una posible tensión en las relaciones, pues Guanumen habría hecho comentarios que apoyarían la violencia en el país latinoamericano.

Sin embargo, desde Gobierno nacional aseguraron que no existe tal nombramiento, por lo que Flor Ángela Durán Consuegra asumirá el cargo mientras se define un embajador en propiedad. “No permitiremos intromisión en asuntos internos. Gabriel Boric, Gustavo Petro, esperábamos alguien a la altura”, aseguró el político chileno Iván Moreira tras correrse el rumor del nuevo embajador.

La situación de las representaciones diplomáticas en países clave como Japón y Australia, donde aún no se han nombrado embajadores en propiedad, junto con la resonancia de las políticas internas en el escenario internacional, también evidencia la dinámica continua entre la gestión interna de la Cancillería y su misión global, que estaría rezagada ante tantos conflictos.

“Si no, ¿para qué existe?”, dijo Leyva en redes sociales, reflejándose en la intención de dar prioridad a los profesionales de carrera diplomática para los nombramientos en el exterior, una postura que sigue siendo un tema de debate y análisis dentro de la Cancillería y entre varios sectores políticos del país.

La gestión actual de Murillo, sus movimientos para consolidar el equipo de la Cancillería y las implicaciones de estas decisiones para la política exterior de Colombia continúan atrayendo atención tanto a nivel nacional como internacional. Aunque el futuro inmediato de la dirección del Ministerio es incierto, desde el Gobierno nacional aseguraron que está claro que la meta es fortalecer la presencia de Colombia en el mundo, asegurando que sus intereses y valores estén adecuadamente representados.

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