Más de 10.000 antioqueños están en proceso de obtener la nacionalidad portuguesa, un fenómeno impulsado por una legislación portuguesa de 2015 que permite a personas con ascendencia judía sefardí, expulsada de la Península Ibérica en el siglo XV, acceder a la ciudadanía.
Pero este interés no se ja limitado a la búsqueda de un vínculo histórico; los solicitantes ven en el pasaporte portugués, uno de los más poderosos del mundo, una puerta hacia mejores oportunidades de vida gracias a los beneficios de la Unión Europea, pues actualmente está catalogado como el cuarto pasaporte más influyente en el mundo, lo que le permite a su poseedor ingresar y hacer negocios en más de 190 países del mundo sin necesidad de contar con un visado.
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La legislación española, que lanzó una iniciativa similar a modo de reparación al pueblo judío y que expiró en 2021, fue aprovechada por aproximadamente 30.000 colombianos de 50.000 solicitantes según una reciente investigación de El Colombiano, resaltando el fuerte vínculo de Antioquia con esta ascendencia sefardí.
Aunque la normativa portuguesa ha experimentado algunas modificaciones que han dificultado el acceso, la demanda desde Antioquia sigue siendo significativa, impulsada por la promesa de una calidad de vida mejorada, acceso a la educación y sistemas de salud europeos, y una opción en caso de inestabilidad económica o política en Colombia.
David Serna, un ingeniero paisa, representa el caso de muchos antioqueños que han embarcado en la búsqueda de su ascendencia sefardí, un proceso que le ha tomado años pero que finalmente podría concretarse este año. De hecho, según le comentó al medio citado, sus esperanzas están más que firmes, pues una de sus hermanas ya cuenta con el documento oficial que le ha permitido vivir, viajar y trabajar en Italia.
Y es que la obtención del pasaporte portugués, y por ende la nacionalidad, también resulta un plan ambicioso para los miles de colombianos que hasta ahora se han postulado, pues no representa solo un estatus para el poseedor, sino que podría extenderse a cónyuge e hijos, quienes podrían disfrutar de la herencia genealógica de sus familiares, por lo que en Antioquia se ha convertido casi en una misión buscar sus ancestros y conseguir la nacionalidad.
Sin embargo, los expertos aseguran que la búsqueda de la ascendencia sefardí de los antioqueños no se limita a una alegación superficial de un apellido, como se ha malentendido en muchos casos, después de que Portugal y España publicaran una larga lista los apellidos que podrían ser más susceptibles a tener ascendencia judía.
Según informaron las oficinas de abogados que se han hecho buenas ganancias ayudando a los aspirantes, requiere de una investigación genealógica detallada y la obtención de documentos que demuestren la conexión. De hecho, Andrés Villegas, un reconocido genealogista, explicó a El Colombiano que lo difícil no es encontrar un ascendente judío, sino conseguir los documentos, por lo que se debe recurrir a partidas de bautismo y documentos históricos, que no serían fácilmente ostensibles con el registro civil, pues en Colombia ese documento solo cuenta con unos 100 años de antigüedad, eso sin contar los innumerables registros que se han perdido por descuido o incendios en algunas sedes de la Registraduría.
Esta travesía hacia la ciudadanía portuguesa, sin embargo, no está exenta de desafíos, incluyendo la saturación de solicitudes tanto en la Comunidad Israelita de Lisboa como en el ministerio de Justicia portugués, extendiendo el tiempo de espera hasta dos o tres años.
El debate sobre la presencia judía en Antioquia y su legado cultural ha resurgido con esta tendencia. A pesar de la variabilidad en la evidencia y las perspectivas sobre este legado, lo que es indudable es el impacto tangible de estas dinámicas históricas en las aspiraciones actuales de muchos antioqueños.
De hecho, estudios genéticos recientes sugieren una mezcla compleja de ancestros en la población antioqueña, con una contribución semítica que podría incluir a los sefarditas, al punto de concluir que el 23% de los ciudadanos latinoamericanos estudiados, tendrían al menos un 5% de ancestralidad judía.
“La población fundadora de Antioquia se estableció en los siglos XVI y XVII a través de la conjunción de amerindios, europeos y africanos y creció en relativo aislamiento hasta finales del siglo XIX, con una mezcla temprana de mujeres nativas y hombres inmigrantes”, señaló el reporte de tesis doctoral del investigador Juan Camilo Chacón.