Su casco le retuvo la bala: un policía se salvó de la muerte por un disparo repentino

Un ataque en contra de las fuerzas del orden en Colombia resultó en un milagro. Un intendente de la Policía logró salvar su vida de manera providencial gracias al casco que portaba, el cual detuvo una bala disparada por un presunto miembro del Clan del Golfo.

El ataque ocurrió el miércoles 20 de marzo a las 10:10 de la mañana, mientras el agente realizaba tareas de patrullaje en el municipio de Yarumal, Antioquia. La rápida reacción del oficial y su equipo, sumada a la eficacia de su equipo de protección, resultó de vital importancia en un asalto que buscaba cobrar vidas de uniformados.

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Según el coronel Carlos Andrés Martínez, comandante del departamento de Policía de Antioquia, y quien proporcionó detalles sobre la eventualidad, el oficial estaba en una misión de vigilancia en una de las zonas elevadas del municipio cuando recibió e4l impacto de bala en el casco. Favorablemente, el proyectil quedó incrustado en el casco, y lo previno de cualquier otra posible lesión. “Durante un patrullaje normal en una de las partes altas del municipio, recibió un impacto de proyectil en el casco. El casco evitó que resultara herido, afortunadamente”, declaró Martínez.

Al parecer, según los reportes y testimonios del mismo uniformado, el ataque no fue el resultado de un enfrentamiento directo sino un acto premeditado por un individuo identificado como miembro de la subestructura Julio César Vargas del Clan del Golfo, uno de los grupos criminales más notorios y violentos del país.

Las fuerzas de seguridad ya han identificado al atacante, aunque no se han compartido detalles sobre su captura o las circunstancias que llevaron a este acto de violencia. “Ya tenemos identificado a un miembro del Clan del Golfo, que fue quien realizó el ataque en contra de nuestro policía”, señaló el coronel Martínez.

“Me caí de la moto y me arrastré por el suelo, pero esa persona me siguió disparando estando en el piso. Entonces, con la mirada borrosa, saqué mi arma de dotación y le propiné un disparo”, relató el uniformado afectado, citado por el periódico local El Colombiano.

Según la información que publicó el medio, luego de ser llevado al hospital San Juan de Dios. “Tenía un dolor de cabeza intenso, además un golpe hacía temer alguna lesión en el brazo izquierdo y laceraciones en buena parte del cuerpo. Tras la revisión del cuerpo médico constataron que, increíblemente, estaba a salvo, que las lesiones se las había producido con la caída y que no había rastro de bala en la cabeza”.

El patrullero fue impactado por una bala de calibre 9 milímetros, según la información del portal informativo paisa. Este proyectil entró por el área de la barbilla, recorrió hacia la parte posterior de la cabeza y terminó incrustado en el recubrimiento interno específicamente en la zona que protege el área parietal del cerebro. Este acontecimiento ha llevó al uniformado a considerar que ha recibido una segunda oportunidad de vida.

El disparo sucedió en un contexto de violencia que se intensifica en el departamento. Las autoridades de la región, el 21 de marzo capturaron un grupo de hombres que ha sido responsable de un aumento en los homicidios en Antioquia, cuatro presuntos miembros del Clan del Golfo en las regiones norte y occidental del departamento.

Este acontecimiento fue descrito como uno de los más severos reveses sufridos por el grupo delictivo, según declaraciones del coronel Andrés Martínez. Entre los detenidos se incluyen individuos identificados por sus alias Rolo, Barbas y Arañazo, quienes presuntamente desempeñaban roles clave dentro de la organización en términos de tráfico de drogas, control territorial y extorsiones.

Los arrestos están principalmente relacionados con actos violentos en Ituango y sus alrededores, que han resultado en desplazamientos forzados y la muerte de líderes comunitarios en la zona. Martínez reveló que esta célula podría estar detrás de al menos diez asesinatos, entre los que se incluyen defensores de derechos humanos y personas vinculadas al proceso de reincorporación de las Farc. Además, el año pasado, la violencia en el Norte de Antioquia condujo a un alarmante número de 140 homicidios, con Ituango emergiendo como uno de los municipios más afectados.