De acuerdo con las escrituras del catolicismo, los creyentes están llamados a cumplir con una misión: llevar amor y paz a los demás. Por eso, durante la Cuaresma, el tiempo litúrgico que antecede a la Semana Santa y a la Pascua, los feligreses buscan el perdón de sus pecados y una conversión de vida.
La Biblia, el texto sagrado de dicha religión, expone diferentes textos, parábolas y enseñanzas sobre la manera en que el ser humanos debería actuar, discerniendo sobre el bien y el mal. Y, así como los creyentes cuentan con las sagradas escrituras, también tienen a la mano historias que pueden ser tomadas como inspiración.
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Pues, hay “millares” de santos y santas que dedicaron sus vidas al “prójimo”. “No son superhombres, ni han nacido perfectos. Son personas que antes de alcanzar la gloria del cielo han vivido una vida normal, con alegrías y dolores, fatigas y esperanzas. Son hombres y mujeres que tienen la alegría en el corazón y la transmiten a los demás”, explicó en su momento el papa Francisco, citado por la Arquidiócesis de Bogotá.
Entre la larga lista de santos y santas está San Alejo, el hijo de un senador romano que vivía en medio de lujos y riquezas y que, teniendo 20 años, decidió abandonar su vida acomodada, y sobrevivir como un mendigo, pidiendo limosna y repartiéndola entre otros habitantes de calle.
De acuerdo con la leyenda, recogida por la Arquidiócesis de Bogotá, para lograr eso tuvo que salir de Roma y vivir en Edesa (Siria), allí pasó 17 años sin disfrutar de las riquezas que alguna vez tuvo. Es reconocido entonces por haber compartido lo poco que conseguía con otros que también lo necesitaban.
Varias congregaciones lo han declarado patrono por la labor que hizo desde la pobreza. Por ejemplo, en el siglo XV fue declarado patrono por los Hermanos de San Alejo, y en 1817 la congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María hizo lo propio, nombrándolo patrono secundario.
Así las cosas, en general, es considerado el patrono de las personas pobres y desamparadas. Sin embargo, creyentes han elevado oraciones de todo tipo hacia él, con el fin de que “interceda” por ellos. Una de las plegarias más conocidas es aquella con la que piden mantener alejados a las personas negativas.
Oración a San Alejo para separar enemigos
¡Oh, glorioso San Alejo santo bienaventurado!
Tú que tiene el poder de alejar todo lo malo
que rodea a los siervos del Señor,
haz que sea invisible para mis enemigos;
aléjame de Satanás, aléjame de la envidia,
escóndeme donde no me puedan encontrar
los que quieren causar mi perdición.
San Alejo bendito: por la Santísima Virgen María,
por su amado Hijo Jesucristo
y por la gracia del Espíritu Santo, ten piedad de mí
y no desoigas mi pedido.
Amén.
¿Colombia tiene santos?
Entre los millares de santos y santas que tiene la iglesia católica, solo hay una de nacionalidad colombiana, que fue canonizada en mayo de 2013: la madre Laura Montoya Upegui, reconocida por su trabajo con las comunidades indígenas que se encontraban en el Urabá antioqueño. Según la arquidiócesis, tuvo más de 1.000 discípulas a su cargo, que hoy cumplen misiones en 21 países del mundo; hacen presencia en el departamento de Chocó, así como en países como Haití y en continentes como África.
“Una característica de los santos y beatos colombianos es la conciencia social y la vida con los pobres. El amor a Dios se traduce en una dedicación total al prójimo”, detalló en su momento monseñor Pedro Mercado, presidente del Tribunal Eclesiástico de Colombia, citado por la arquidiócesis.