Desarticularon a los Armeros, una red que abastecía el arsenal de los Costeños, los Pepes y otros grupos

En operativos simultáneos desarrollados en Medellín y Barranquilla cayeron varios integrantes de esa estructura dedicada al tráfico de armas

Los Armeros vendían arsenales en Antioquia y Atlántico - crédito Policía Atlántico

En una operación policial simultánea en Barranquilla y Medellín, las autoridades lograron desmantelar al grupo delictivo conocido como los Armeros, que era el encargado de fortalecer el arsenal de grupos criminales como los Costeños, los Pepes, entre otros. La operación policial dejó como resultado la captura de cinco personas señaladas de cometer los fabricación, comercio y tenencia ilegal de armas de fuego.

De acuerdo con las autoridades, entre los detenidos están los cabecillas de la estructura criminal conocidos con los alias de Pabón y Bruno, junto con otros tres miembros que, al parecer, serían sus escoltas.

“A través de una investigación importante que se desarrolla por nuestra Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijín) se logra la captura de cinco delincuentes que están dedicados al tráfico de armas de fuego en la organización conocida como los Armeros”, dijo el general Herbert Benavidez, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla.

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Según los informes de las autoridades, Pabón dirigía principalmente la modificación de armas para incrementar su peligrosidad y fabricaba documentación falsa para su distribución a través de grupos en redes sociales. Además, alias Pabón tenía un amplio prontuario criminal por delitos que incluían falsificación de documentos y agresiones sexuales.

La estructura criminal abastecía de armamento a otras redes delincuenciales - crédito Policía

Así alquilan armas en Valledupar

El tráfico y alquiler de armas no solamente se ve en el Atlántico y Antioquia, sino también en Cesar, principalmente en su capital Valledupar, donde las autoridades descubrieron que los sicarios no poseen armas propias, sino que las rentan para cometer los crímenes.

Las bandas delincuenciales que necesitan armamento contactan a otras bandas y le hacen un alquiler o préstamos de arma de fuego para realizar un hecho ilícito. Posterior a que se comete el hecho, las armas las devuelven y así se van rotando entre bandas delincuenciales”, expresó el coronel Álex Durán, subcomadante de Policía Cesar.

El oficial indicó que, a diferencia de los criminales de Antioquia y Atlántico, el alquiler de armas en el Cesar se hace a través del voz a voz para evitar ser descubiertos por las autoridades. “Los delincuentes se preguntan entre ellos quienes tienen armas y así se hacen las entregas en lugares acordados, más, no en domicilios o en un barrio específico”, sostuvo.

Los criminales piden armas en alquiler por montos que oscilan entre $300.000 y $500.000 - crédito Colprensa

Las investigaciones determinaron que los criminales mandan razones entre sus conocidos del mundo del hampa y posteriormente se dan cita para recibir el ‘pedido’ a cambio de dinero que oscilan entre $300.000 y $500.000 según el tipo de arma y crimen que se vaya a cometer con la misma. Los criminales se responsabilizan de las armas que les alquilan y en caso de ser capturados, tienen que pagar el artefacto nuevo.

Además de las armas, los dueños de las redes de alquiler también ponen a disposición de los delincuentes motocicletas, que son usadas principalmente por los fleteros y los sicarios, quienes cambian las placas del vehículo para evitar ser detectados por la Policía.

Una modalidad similar es empleada en ciudades principales como Bogotá, Cali y Barranquilla, donde no se alquilan armas sino sicarios para cometer venganzas o los denominados ‘ajustes de cuentas’ entre grupos criminales. Así como las armas, los sicarios son rentados por minutos u horas, tiempo en el que deben llevar a cabo el crimen.

La revelación de un sistema de arrendamiento de armas ilustra la complejidad y el desafío que enfrentan las fuerzas del orden en su lucha contra el crimen - crédito Luisa González / Reuters

De acuerdo con la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, los artefactos que usan los criminales son introducidos a Colombia desde el exterior, en especial de países como Estados Unidos y algunos europeos.

Las armas son importadas por partes a través de encomiendas que ingresan por el aeropuerto el Dorado, donde incautaron un cargamento el 20 de marzo con diez revólveres y pistolas, junto a lo menos catorce fusiles y munición, todo camuflado en juguetes.