El periodista y cronista Alberto Salcedo Ramos fue declarado inocente del delito de acto sexual violento por el cual enfrentaba un proceso penal, luego de que fuera denunciado por la periodista y ex actriz porno Alejandra Omaña, también conocida como Amaranta Hank. Asimismo, fue absuelto de los cargos por ese mismo delito, denunciado por la periodista Angie Castellanos.
Hank publicó un comunicado en el que dio a conocer su opinión al respecto, aclarando que es una decisión equivocada, al basarse en el siguiente argumento para desestimar la denuncia de la exactriz: “No entendía cómo una mujer que se dedica a cobrar por tener relaciones sexuales podía ser víctima de violencia sexual”, detalló en el comunicado.
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La periodista contestó en el texto: “Le respondo, señor juez: me tardé en denunciarlo porque era una joven recién llegada a Bogotá, sin dinero y sin trabajo estable, sin una voz pública, enfrentándome a uno de los periodistas más importantes del país, influyente en los medios editoriales y culturales donde yo empezaba una carrera. Él es 30 años mayor que yo. Había un claro desequilibrio de poder”.
En sus redes sociales y en el comunicado anunció que apelarán la decisión tomada por el juez 20 penal del circuito con función de conocimiento de Bogotá, al considerarla revictimizante.
Las acusaciones contra Salcedo Ramos
Los presuntos hechos de violencia sexual que habría cometido el cronista salieron a la luz en 2020, siete años después de que hubieran ocurrido. Según relató Hank a Las Igualadas, en noviembre de 2003, siendo estudiante de segundo semestre de comunicación social de la Universidad de Pamplona (Cúcuta), viajó a Bogotá para hacer parte de Prisa Ediciones.
En diciembre de 2003 fue asignada como asistente de Salcedo Ramos y otros escritores; su papel era acompañarlos a firmas de libros y otros eventos. “El 7 de marzo de 2013, Alberto Salcedo Ramos me invitó por unas cervezas a Usaquén y yo, muy animada, acepté. Soñaba con ser escritora y a él lo veía como un mentor”, narró.
De regreso a sus casas, según denunció la periodista, Salcedo Ramos la besó a la fuerza. “Me tomó con fuerza con sus manos grandes e intentó meterme su lengua en la boca. Se alejó a los segundos cuando vio a un taxi y le sacó la mano para que nos llevara. En el camino no le mencioné nada sobre el beso, pero le dije al taxista que lo dejara en su casa, y que siguiera su camino de camino hacia donde yo vivo”, detalló.
El cronista habría invitado a Hank a pasar a su casa para enseñarle libros y música que le sirvieran para su carrera. Ella accedió pensando que, si no lo hacía, podrían haberse quejado en la editorial y perder su trabajo. Estando en su residencia, Salcedo Ramos habría tomado sus manos con fuerza para que tocara sus genitales.
“Yo aún en silencio y sin ningún deseo de tocarlo, aun con cervezas en la cabeza, intentaba alejarme, pero tomada de la fuerza de las manos me llevó a su habitación, se acostó y me sentó encima de él”, indicó.
Para escapar de la situación, dijo que sí quería tener sexo con él, pero estando sobria, y que lo mejor era que se fuera: “Tenía el corazón roto porque sabía que no quería verlo más”.
En el comunicado, dio detalles de lo que tuvo que enfrentar después de lo sucedido, sobre todo, durante el proceso penal. “Sufrí ataques de ansiedad cada vez que se acercaban las audiencias, subí de peso por atracones de comida y perdí el gusto por mi propia intimidad”, escribió.
Asimismo, aseguró que en el proceso, sus videos y publicaciones de contenido para adultos habrían sido usados como prueba para desestimar su denuncia, al igual que algunos videos publicados en YouTube, en donde se refería a la salud mental y a la depresión, para que se viera como “una desequilibrada mental”.
El caso de Angie Castellanos habría sido parecido. Según Cambio, Salcedo Ramos la besó a la fuerza en un ascensor. Además, han surgido otros testimonios de mujeres que han decidido mantenerse en anonimato.
De las denuncias en su contra, el cronista se ha declarado inocente y la justicia ratificó su versión. “Con Omaña y Castellanos tuve relaciones de adultos, y nunca existió un vínculo de subordinación o una posición de poder que representara una amenaza para ellas”, se lee en el comunicado.