Carolina Galván y Nilson Díaz fueron condenados a 42 años de cárcel por la desaparición de Sara Sofía

En una sentencia histórica, Carolina Galván Cuesta y Nilson Bladimir Díaz Valenzuela fueron condenados a más de cuatro décadas de prisión tras ser declarados responsables de la desaparición de una niña de tan solo 23 meses de edad.

Esta decisión se toma más de tres años después de ocurridos los hechos. Los eventos atribuidos a estas dos personas tuvieron lugar el 15 de enero de 2021, en el suroccidente de la capital del país. Según las investigaciones de la Fiscalía, Carolina Galván Cuesta recogió a su hija, la pequeña Sara Sofía, en una vivienda del barrio Roma, en la localidad de Kennedy, donde residía una hermana de la ahora condenada, quien había estado a cargo del cuidado de la niña desde septiembre de 2020.

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Sin embargo, Carolina Galván nunca regresó con su hija como prometió, y las labores de la Policía judicial revelaron que se trasladó junto con la menor a la residencia donde vivía con Nilson Díaz Valenzuela. Las contradictorias informaciones proporcionadas por la pareja a sus familiares durante la investigación han hecho difícil que las autoridades puedan dar con el paradero de la pequeña, pues hasta ahora sigue siendo desconocido.

En un fallo determinante, una juez especializada de Bogotá impuso a Galván Cuesta y Díaz Valenzuela una pena de 42 años y seis meses de prisión, además de una multa por 5.036 millones de pesos, lo que equivale a 3.874 salarios mínimos legales mensuales vigentes, por el delito de desaparición forzada agravado.

Cabe recordar que los dos condenados ya habían sido declarados responsables de la desaparición de la menor el pasado 27 de febrero de 2024. Sin embargo, no se había establecido aún cuál sería la pena que tendrían que pagar Galván y Díaz por el delito.

Este caso representa un avance significativo en la lucha contra la desaparición de menores en el país, sobre todo porque esta es reconocida como una población vulnerable y sujetos especiales de derecho, según la Constitución Política de 1991.

El juicio contra los dos involucrados, Carolina Galván Cuesta y Nilson Bladimir Díaz Valenzuela, no avanzó significativamente durante dos años debido a los reiterados retrasos en las audiencias.

Ante esta prolongada incertidumbre, Xiomara Galván, tía de la pequeña desaparecida, expresó en varias ocasiones a la Fiscalía General de la Nación que temía que no se hiciera justicia en el caso de su sobrina ante la posibilidad del vencimiento de términos. “Les imploro, les ruego, que por favor agilicen, necesitamos condena, necesitamos respuestas, necesitamos verdad sobre qué realmente pasó con la niña”.

La desaparición de Sara Sofía ha generado diversas teorías, entre las que se incluye la hipótesis de que la niña habría fallecido a causa de maltrato por parte de su padrastro y que su cuerpo fue arrojado al río Tunjuelito. Sin embargo, Xiomara Galván sostuvo durante mucho tiempo que la bebé había sido vendida, lo que llevó a la Interpol a emitir una circular amarilla para localizarla.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades y de la familia, ninguna de las teorías ha sido confirmada. La búsqueda del cuerpo de la menor fue suspendida en diciembre de 2021, sumiendo a Xiomara Galván y a todos los involucrados en una espera desgarradora en la que la verdad aún no ha salido a la luz.

El diario El Espectador tuvo acceso a los resultados de la evaluación de psicología forense realizada a la madre de la víctima. El estudio reveló que Carolina Galván presenta dificultades significativas para razonar, resolver problemas, aprender y planificar, además de mostrar una discapacidad intelectual leve y un funcionamiento cognitivo deficiente.

Estas características la hacen vulnerable a la influencia y manipulación; además, tiene una limitada comprensión de los riesgos asociados a ciertas situaciones. Esto sugiere la posibilidad de que la mujer estuviera siendo coaccionada por Nilson Díaz.

De acuerdo con su testimonio ante la Fiscalía, Carolina Galván habría sufrido múltiples episodios de maltrato a manos del ahora condenado. Al parecer, su expareja la habría obligado a prostituirse para contribuir económicamente al hogar, exigiéndole 100.000 pesos diarios.

Respecto a lo ocurrido con su hija, la madre declaró que no se encontraba en casa en el momento de la muerte de la niña. Entonces, acusó a Díaz de ser responsable de la muerte de la menor y de haber ocultado su cuerpo posteriormente.