Así fue la espectacular fuga de Aida Merlano por la cual su hija Aída Victoria tendrá que pagar 13 años de cárcel

El 1 de octubre del 2019 en la localidad de Usaquén la expolítica del Partido Conservador bajó por una cuerda desde un consultorio odontológico en un tercer piso y escapó en una moto a plena luz del día

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Momento en el la ex congresita Aida Merlano escapó - crédito Infobae
Momento en el la ex congresita Aida Merlano escapó - crédito Infobae

Se conoció hoy que un juez de la Sala de decisión del Tribunal Superior de Bogotá condenó con 13 años y 10 meses de prisión a la generadora de contenido Aída Victoria Merlano.

La joven fue condenada por los cargos de favorecimiento de fuga y uso de menores para la comisión de delitos en el escape de su mamá, la excongresista Aida Merlano.

A raíz de su condena, Infobae Colombia recuerda la cinematográfica fuga que ocurrió hace algunos años en Bogotá a plena luz del día.

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La fuga se dio el 1 de octubre del 2019 en la localidad de Usaquén, en el norte de Bogotá, Aida Merlano debía asistir a una cita de un tratamiento dental en el consultorio odontológico del Centro Médico La Sabana, pero sobre las 3 de la tarde la excongresista condenada por corrupción huyó al lanzarse con una cuerda desde el tercer piso, caer al suelo y escapar en una motocicleta ante la mirada atónita de varios espectadores del insólito hecho.

Aída Merlano se fugó de las autoridades, mientras asistía a una cita odontológica, en abril de 2019 - crédito X

Aunque la fuga inició desde varios días anteriores al mes de octubre, de acuerdo con Merlano en una de sus audiencias varias personas estuvieron tras la planeación de su escape. La excongresista mencionó que Arturo Char y Álex Char tenían conocimiento de una serie de citas que estaba teniendo Merlano en el dentista.

“Yo le comenté a Julio, hijo de Julio Gerlein, que tenía tres citas, porque tengo un diseño de sonrisa que me quité. Cuando le dije que tenía esas citas, ellos se reúnen y me llaman a los teléfonos que están en la cárcel (...) Cualquier día me llaman a decirme en una videollamada que todo estaba listo y cuando me llaman me pasan a una persona, un señor moreno que me dice que saque un cuaderno. Es una persona desconocida, pero contratada para mi fuga, yo no lo conozco. Sacó unos planos y sobre ellos trabajamos. Eran planos del consultorio y de la calle, ahí me dijo cómo debía hacer todo y por qué ventana brincar”.

Así mismo indicó la excongresista que el día anterior le arrojaron al patio de la cárcel la cuerda roja con la que escapó del consultorio. Precisamente para dirigirse a la cita odontológica se acomodó aquella cuerda debajo de una faja, Merlano señaló en su testimonio que era tratada por lo general con mayores privilegios a los de las demás reclusas de El Buen Pastor por lo que no era requisada.

“Nunca he sido requisada en una remisión, de hecho he tenido un trato distinto, al principio no me esposaban, después sí, pero nunca me revisaban. Tanto así que siempre que iba a las remisiones llegaba llena de ropa por dentro y era la única forma de ingresar más vestimenta”.

Ya en el consultorio la mujer que estaba junto a su hijo de 17 años; su hija, hoy condenada a prisión, y el odontólogo Javier Cely, los invitó a almorzar mientras eran las 3 de la tarde, de acuerdo con Merlano tenía establecida tal hora para fugarse del lugar de acuerdo a la operación establecida.

En cámaras de seguridad se aprecia como la mujer se despide de todos y finalmente queda sola, saca la cuerda roja y se dirige a una de las ventanas, según mencionó durante en una de las audiencias tuvo que salir por una ventana diferente a la planeada originalmente.

Momento en el que alista la cuerda con la que bajó del consultorio - crédito captura de pantalla cámara de seguridad
Momento en el que alista la cuerda con la que bajó del consultorio - crédito captura de pantalla cámara de seguridad

“La cuerda roja, que es súper delgada, ya venía preparada con un torniquete, se supone que yo lo debía usar del otro lado pero no había forma porque el vigilante me veía, entonces después comencé a mirar y cuando me asomé me di cuenta que el consultorio tenía vista a la calle del lado del parqueadero, pero la ventana era muy angosta, igual yo presioné mi cabeza y entró. Yo dije ‘si entra mi cabeza, entra mi cuerpo’ y fue cuando se me ocurrió que yo me iba a tirar por ahí”.

Merlano ha sido clara y enfática en resaltar que detrás de su escape hubo una organización con intereses políticos para mantenerla fuera del radar de la justicia: “Esa fuga fue organizada por un clan en la Costa, los Char”.

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