A través de una carta enviada al presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, un grupo de accionistas minoritario de la compañía pidió al dirigente que deje su puesto en la entidad, además de acatar una serie de recomendaciones que arrojó un informe elaborado por la consultora británica especializada en riesgos, Control Risks.
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“Le solicitamos que dicha asamblea aplace las modificaciones de la junta directiva y de los estatutos”, indica el documento al principio, y pide que se consideren los siguientes aspectos:
1. “Ecopetrol está pasando por el peor momento de su historia”, debido a que “es la primera vez que el presidente de la República –que controla el 88 por ciento de sus acciones– odia tanto los hidrocarburos que es el único jefe de Estado de país petrolero del mundo que ha decidido que no se firmen nuevos contratos para buscarlos”.
En este aspecto, se hizo énfasis en que, de continuar de esta manera sin volver al ritmo de exportaciones que se tenía antes de la llegada de Gustavo Petro a la presidencia, Colombia podría terminar convirtiéndose en importador de gas y/o petróleo de Venezuela u otra nación y, con ello, “una catástrofe económica y social”.
2. Los méritos y la carta de presentación de Roa no sería suficiente respaldo para tan alto cargo. Cabe recordar que el actual presidente venía de desempeñarse como presidente del Grupo Energía de Bogotá S.A. E.S.P., además de haber asumido funciones en la Transportadora de Gas Internacional (TGI) y la gerencia general de la Empresa Energía de Honduras (EEH): “Usted nunca tuvo los méritos empresariales para ser presidente de Ecopetrol”.
Mismo concepto tienen los accionistas minoritarios frente a la junta directiva que se pretende establecer, y aquí hubo un argumento de peso: “Es tan escasa la capacidad de esa mayoría que, al anunciarla el ministro de Hacienda, la acción de la empresa cayó 8,4 por ciento en comparación con el precio del petróleo Brent”.
3. Dentro de las recomendaciones que entregó Control Risks, la principal fue que Roa debería dejar su cargo como presidente de manera temporal o permanente y, de hacerlo, que realice un informe público indicando cómo quedaría la empresa tras su salida.
Dentro de este mismo ítem, los firmantes destacaron que “la función de Control Risks es impedir que los administradores de las empresas actúen contra los intereses de los accionistas, en este caso de todos los colombianos, de los 260 mil accionistas privados y de los más de 12 millones de afiliados a los fondos de pensiones”.
4. Como un “notable error”, catalogaron que Ecopetrol considere “cambiarle su naturaleza de empresa petrolera”, al querer realizar una transición energética que iría en contra de la producción de gas y petróleo, por lo que se examina esta posibilidad como carente debido a que el país no tendría “recursos suficientes para actuar en los dos sectores”, y más si se tiene en cuenta que los hidrocarburos se “seguirán consumiendo en el mundo y en Colombia durante décadas”.
5. Por último, y como “el colmo de los colmos”, no están de acuerdo con que se pretendan realizar varios cambios al interior de la entidad, el cual valoraron como “capaz de quebrar a Ecopetrol”, sin tener como soporte una serie de estudios rigurosos, con cifras y análisis que en realidad explique “el cambio que se propone sí es positivo para el país y para los colombianos que tenemos ahorros allí.”
El documento fue firmado por Jorge Enrique Robledo, Diego Otero, Gabriel Sánchez Sierra, Enrique Daza, Oscar Vanegas, Bernardo Useche Aldana, Luis Carlos Orejarena, Roberto Schmalbach y Alfredo Guillermo Castellanos, quienes esperan que la asamblea de accionistas de Ecopetrol tenga presente estas razones y “aplace cualquier decisión sobre cambios en su junta directiva y sus estatutos”.