En el departamento de Santander hay conmoción por un feminicidio que se presentó en el municipio de Lebrija. Se trata de una mujer de 58 años de edad que falleció a manos de su propio yerno que, además, también sería su hijastro.
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La víctima de este trágico e inusual suceso fue identificada como María Sabina Solano. Se tiene constancia de que fue vista por última vez alrededor de la medianoche del 14 de marzo en un local comercial del municipio. Durante ese día, se encontró con Enrique Álvarez, su yerno y cuñado. Ambos habrían compartido bebidas alcohólicas hasta altas horas de la noche.
Después vino la tragedia cuando su cuerpo fue encontrado semidesnudo en una zona rural de Lebrija, con evidencias de heridas en su cabeza, y de acuerdo con diarios judiciales de la zona, el golpe en el cráneo habría sido producido con un martillo, aunque no se ha confirmado por las autoridades.
La persona encargada de hallar el cadáver habría sido el esposo de la víctima y padre del feminicida. De acuerdo con las autoridades, el hombre encontró cerca de la zona donde estaba el cuerpo de Sabina el vehículo en el que se habrían transportado y el pantalón del agresor.
“Óscar Mauricio Álvarez Quintero, compañero sentimental, al notar que no llegaba a la casa su esposa inicia la búsqueda y es hallada la motocicleta en la cual se transportaban su hijo Enrique Álvarez y su esposa. Por sus propios medios busca a su esposa sobre los alrededores ubicándola en una quebrada”, se aprecia en el reporte policial de las autoridades.
La razón del feminicidio habría sido ‘venganza’, de acuerdo con las primeras hipótesis la hija de Sabina y pareja de Álvarez, Amparo Ochoa, días previos a la tragedia habría terminado la relación sentimental con el hoy capturado. En medio de la frustración por la ruptura amorosa el feminicida habría perpetrado el lamentable crimen que tiene estupefactos a los habitantes de la región.
Qué le pasó al feminicida de María Sabina
Tras haber cometido el asesinato, Álvarez huyó al casco urbano de Lebrija, pero de acuerdo con algunos diarios judiciales fue hostigado por la comunidad, que casi lo linchan, hasta que las autoridades controlaron la situación y capturaron al feminicida.
Tras ser capturado Álvarez espera que se defina su futuro judicial. El asesino de Sabina podría afrontar por la pena de feminicidio agravado hasta 50 años de prisión sin ningún tipo de beneficio judicial.
Identificar una relación con violencia basada en género es crucial para poder intervenir y ofrecer apoyo a las víctimas. La violencia de género puede manifestarse de diferentes maneras, no solo físicamente, sino también de forma emocional, psicológica, sexual y económica. A continuación, se presentan algunas señales y conductas que pueden indicar la presencia de violencia basada en género dentro de una relación:
- Control y aislamiento: Uno de los signos más comunes es el intento de controlar a la pareja, lo que puede incluir desde decidir qué ropa usa, con quién se ve o habla, hasta controlar sus movimientos y comunicaciones. El aislamiento de amigos y familiares es una táctica para aumentar la dependencia de la víctima hacia su agresor.
- Violencia psicológica: Humillaciones, insultos, menosprecios, intimidaciones, amenazas y manipulación son formas de violencia psicológica. Este tipo de abuso puede socavar la autoestima de la víctima, generando en ella sentimientos de inutilidad, miedo y dependencia emocional hacia el agresor.
- Violencia física: El uso de la fuerza física contra la pareja, que puede ir desde un empujón hasta golpes, es una señal innegable de violencia. Las lesiones pueden ser visibles, como moretones, cortes o fracturas, pero también pueden ser internas.
- Violencia sexual: Cualquier acto sexual realizado sin el consentimiento de la pareja es una forma de violencia de género. Esto incluye la coacción, la manipulación para tener relaciones sexuales y ataques sexuales más explícitos.
- Violencia económica: Se refiere al control total sobre los recursos económicos, incluyendo el impedimento de acceso al dinero, el control de los ingresos o la prohibición de trabajar o estudiar, lo que busca limitar la independencia económica de la víctima.
- Celos excesivos: Los celos patológicos, que a menudo el agresor justifica como una muestra de amor, suelen ser una excusa para ejercer control y violencia.
- Cambio repentino de humor: Los agresores a menudo muestran cambios bruscos de humor, pasando de la amabilidad al enojo extremo sin razones aparentes, lo que mantiene a la víctima en un estado constante de tensión y miedo.