En el municipio de Tierralta, departamento de Córdoba, durante la noche del martes 19 de marzo al menos dos mil personas estaban esperando al presidente de la República, Gustavo Petro, quien se iba a expresar en uno de sus discursos sobre la situación de seguridad que viven los pobladores de la región.
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Pese a la agenda presidencial el evento tuvo que ser pospuesto, de acuerdo al mismo mandatario la razón habría sido una tormenta eléctrica que impidió su movilización a la población.
A través de una nota de voz el jefe de Estado les explicó a los asistentes que la condición meteorológica impedía que el avión presidencial pudiese llegar a la región. Este anunció causó divididas reacciones ya que algunos espectadores chiflaron el pronunciamiento.
“El vuelo del helicóptero que partió desde Ayapel se vio afectado a mitad de camino por una tormenta eléctrica, lo que hizo imposible su aterrizaje en Tierralta. Este contratiempo nos ha obligado a posponer nuestra llegada a la ciudad de Montería. Ofrecemos disculpas a la comunidad por este incidente, resultado de las dificultades de diversa índole que hemos enfrentado”.
Al finalizar el presidente Petro explicó en su audio que el encuentro iba a ser pospuesto para el siguiente día, miércoles 20 de mazo, en esta ocasión se suscitaron unos tímidos aplausos alrededor de la voz del mandatario.
“La reunión prevista se pospone; sin embargo, con el objetivo de fortalecer el diálogo entre el gobierno y el pueblo, nos comprometemos a estar en el mismo lugar mañana a las 10 de la mañana”.
El contundente llamado presidencial al Clan Del Golfo y al Ejército Nacional
El presidente Gustavo Petro, en un decisivo movimiento el martes 19 de marzo de 2024, instruyó a las Fuerzas Militares para que liberen las vías en el municipio de Tierralta obstruidas por miembros del Clan del Golfo. En el contexto de su gira por la costa Caribe, Petro reafirmó su compromiso con una política de paz total, criticando fuertemente al Clan del Golfo por contradecir sus propuestas de diálogo con acciones de violencia y obstrucción.
El presidente expresó su incomprensión y frustración ante la paradoja de tener una presencia militar en la región sin que esta haya impedido las acciones coercitivas del Clan del Golfo. Con una postura firme, Petro solicitó una acción inmediata de las Fuerzas Militares para asegurar la seguridad y libertad de movimiento de los habitantes de Tierralta, subrayando que la autoridad y el poder residían en el pueblo y, por ende, el ejército debía actuar en su beneficio, rechazando cualquier forma de chantaje o bloqueo por parte de grupos ilegales.
“No entiendo cómo, teniendo el Ejército aquí, el Clan del Golfo está tapando vías. ¿Quién tiene el poder aquí? Si el pueblo tiene el poder aquí, el Ejército obedece al pueblo. Y eso significa que las vías de Tierralta se liberan para el pueblo. No vamos a admitir chantajes ni bloqueos”.
Advertencia a los sabotajes a la paz total
El incidente puso de manifiesto la tensión entre los anuncios del Clan del Golfo, que sugerían una apertura al diálogo y la negociación para cesar sus actividades delictivas, y sus acciones simultáneas que afectaron el orden público y la seguridad de Tierralta. Esta contradicción fue directamente cuestionada por Petro, quien criticó la falta de coherencia en la postura del grupo armado, resaltando la incongruencia entre sus afirmaciones y sus actos.
“Qué bonitos. El abogado dice que sí aceptan los diálogos, cierto, y por el otro lado están impidiendo que el pueblo hable. Así no es la paz, señores. Entonces, general, por favor, dé las órdenes y mueva las tropas como tiene que ser”.