En un fuerte pronunciamiento, el presidente de la República, Gustavo Petro, dio el martes 19 de marzo de 2024, órdenes a las Fuerzas Militares para que despejen las vías en el municipio de Tierralta (Córdoba), en donde están hombres del Clan del Golfo. El anuncio, casualmente, se dio luego de que Laura Sarabia, directora del Dapre, le pasara un papel al primer mandatario mientras se encontraba en tarima.
Desde la población de Ayapel, durante su gira de cinco días por cuatro departamentos de la costa Caribe, que se extenderá hasta el viernes 22 de marzo, el jefe de Estado se fue lanza en ristre contra la estructura criminal, a la que un día antes, el lunes 18 de marzo, había conminado a sentarse a negociar el cese de actividades delictivas, como parte de su intención de avanzar en la política de paz total.
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“Aquí dice: el Clan del Golfo bloqueó las vías de acceso de Tierralta y la gente se está retirando por temor”, fue el mensaje que lo alertó sobre lo que estaba sucediendo, tras la presurosa presencia de Sarabia en el atril en donde se encontraba el presidente. Fue entonces cuando buscó con su mirada al comandante del Ejército y le endilgó esa tarea.
“Orden del presidente: el Ejército llega de inmediato y me despeja las vías. No entiendo cómo, teniendo el Ejército aquí, el Clan del Golfo está tapando vías. ¿Quién tiene el poder aquí?”, afirmó el primer mandatario, que le pidió a sus hombres que procedieran de inmediato en pro de darle tranquilidad a los más de 100.000 habitantes de esta población, la segunda más grande de Córdoba.
Duro mensaje al Clan del Golfo
En su aparición, Petro dejó en claro a esta organización que no dejará que se amedrente a las comunidades, por lo que dispondrá de las unidades militares que operan en la zona para contrarrestar el accionar delincuencial de estos hombres al margen de la ley. Fue una noticia que causó indignación en el presidente, que pidió se actúe de inmediato ante lo que sería el asedio del grupo subversivo y narcotraficante.
“Si el pueblo tiene el poder aquí, el Ejército obedece al pueblo. Eso significa que las tierras de Tierralta se liberan para el pueblo. No vamos a admitir chantajes ni bloqueos”, agregó Petro, que cuestionó lo que sería el doble discurso de esta agrupación ilegal, pues en la mañana del martes 19 de marzo se conoció la intención de aceptar la propuesta hecha por parte del clan, pero horas después que sitiaron a Tierralta.
“Qué bonitos: el abogado dice que si aceptan los diálogos, y por el otro lado están impidiendo que el pueblo hable. Así no es la paz, señores”, señaló el presidente, que le salió al paso al comunicado del grupo ilegal: que en su misiva confirmaban que estaban listos para sentarse a negociar “las condiciones políticas que permitan las transformaciones sociales” en los territorios.
Horas antes, las llamadas AGC habían enfatizado en su disposición a establecer una mesa de negociaciones, al reconocer que eran cobradores de impuestos a la producción de estupefacientes y no que operaban también como productores, como lo expresó el presidente.
“Lo que sí debemos anotar es que las economías ilícitas existen en las regiones mucho antes de que fuéramos una realidad como organización. No las hemos creado, cosa distinta es que se cancelen unos recursos en lo que se ha llamado el ‘impuesto al gramaje’ en el caso de la coca”, manifestaron en su comunicación, en la que —además— negaron tener participación en el lucrativo negocio del tráfico de migrantes.