En su viaje, con un escala de 24 horas en Estambul, el creador de contenido colombiano Camilo Pugliato pagó un tiquete en primera clase, únicamente para probar la que sería la “mejor comida” de avión que hay en el mundo, según diferentes reseñas, que la ubican empatada con la de Air France.
“Voy a ser honesto, esta vez no me ascendieron, yo pagué el tiquete de primera clase, pero solo porque dicen que esta es la aerolínea con mejor servicio de comida en el mundo. Así que vamos a ponerlo a prueba”, comentó, en uno de sus blogs publicados en marzo del 2024.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
A los veinte minutos de subirse al avión “lo primero que me trajeron fue una limonadita” y, ya en el aire, recibió “un sándwich de queso y tomate, con un ponquesito de postre que se ve absolutamente delicioso”, dijo.
Además, como es usual en los asientos de primera clase, encontró un estuche de regalo de la marca Salvatore Ferragamo con unos audífonos, antifaz, medias para dormir, cepillo de dientes, humectante labial, tapones para los oídos, crema dental y corporal.
Y, como si fuera poco, a unos minutos del despegue, recibió dos menús, uno con platos a la carta y el otro con una variedad inmensa de vinos. Sin embargo, él se inclinó por el recomendado del chef: un filete de carne.
Justo antes de que llegara la comida recibió una toalla caliente para desinfectar sus manos y, más tarde “comenzaron a servirnos, colocaron un mantel, algo que perece una vela y la sal y pimienta están pegadas con imanes al plato”.
Mientras él comía, le pidieron que cambiara de asiento y así, fueron alistando el suyo para la hora de ir a dormir; es decir, extendieron la silla y colocaron los tendidos que debía utilizar para pasar la noche cómodamente.
Recibió una pequeña entrada con nueces y, de plato fuerte, un filete con berenjenas y vegetales varios, acompañados de un vaso con agua, que él prefirió sobre el vino. Una comida cinco estrellas que se llevó a la boca, mientras veía una película, para luego subir la ventanilla que lo separaba del puesto de al lado y tomar una siesta de algunas horas.
Al despertar, Pugliato se encontró con un desayuno gourmet compuesto de jugo de naranja recién exprimido, fruta, quesos, panes y mermeladas a su gusto, que eran solo la primera de dos partes, ya que de plato fuerte recibió un sánduche con queso fundido y un omelette.
“Que viaje lindo, esto nunca lo había visto en un avión. Además, el avión tiene una cámara en vivo que te permite ver lo que esta por fuera”, comentó, al final de la experiencia que, sin duda lo llevó a desmentir el mito de que es mala la comida de avión.
Su punto de origen, al igual que su destino siguen en secreto para el momento de publicarse esta nota; sin embargo, Infobae Colombia encontró que los tiquetes en primera clase de Bogotá a Estambul en Turkish Airlines (aerolínea que tomó para disfrutar de la experiencia gastronómica) alcanza un precio que va de los 31 a los 105 millones de pesos, dependiendo de la temporada.
Bastante más alto que un tiquete en clase económica que, ronda un rango de precios entre los cinco y hasta los nueve millones de pesos colombianos (1.290 a 2.300 dólares estadounidenses o 1.190 a 2.140 euros al cambio de marzo del 2024).
Esta no sería la primera aventura gastronómica fuera de lo común que Pugliato comparte con sus fanáticos y es que, recién, a principios de mes el tiktoker pidió a un domicilio en medio del trancón que llegó antes de que pudiera salir avanzar 200 metros.