Desde las 00:00 horas del 20 de marzo se suspendió de manera oficial la tregua que tenía el Estado colombiano con el Estado Mayor Central (EMC) de las disidencias de las Farc en Cauca, Nariño y el Valle, una decisión del presidente Gustavo Petro motivada por el ataque a la población civil en Toribío.
A pesar de que existían denuncias de incumplimiento por parte de este grupo armado al cese al fuego y versiones de que estarían movilizándose para adquirir poder territorial en varias regiones, fue la muerte de la lideresa indígena Carmelina Yule Pavi lo que terminó con la paciencia del mandatario, que desde ese momento ha invitado a la guerrilla liderada por Iván Mordisco a someterse o enfrentarse a las Fuerzas Militares.
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La muerte de Yule Pavi se hizo pública en la tarde del 17 de marzo, pero la labor positiva que dejó con la población en Toribio y el cruel desenlace es lo que ha generado indignación en el país.
Carmelina tenía 52 años y era parte de la guardia indígena del resguardo que reside en la vereda La Bodega, en Toribio; en la población la recuerdan como una gran tejedora y una resiliente del habla nasa yuwe. Durante su vida fue víctima del conflicto en varias oportunidades, pero fue el asesinato de sus dos hijos (2020 y 2021) lo que la llevó a luchar por la comunidad.
El impacto de su muerte no solo se registró en Colombia, ya que además del Estado, también hubo pronunciamiento por parte de la Embajada de Estados Unidos y de la Organización de las Naciones Unidas, que en un comunicado respaldaron la decisión de la comunidad de defenderse de los grupos armados.
“Estas decisiones tienen como objetivo “defender la vida” ante las agresiones perpetradas por parte de grupos armados no estatales, y consisten en realizar control territorial, administrar justicia para los responsables de estas graves vulneraciones, y “descontaminar el territorio de toda publicidad alusiva a las organizaciones armadas”.
Hasta su despedida tuvo que ser una muestra de resiliencia por parte de la comunidad en Toribio, que fueron víctimas de un nuevo ataque por parte del grupo armado, pero esto no impidió que se desarrollará el funeral de “La Mayora”, que es como se denomina a quienes orientan en la comunidad.
Durante esta ceremonia, su nieta, Francy Pequi Ascue, habló con AP y reveló detalles del ataque en el que murió Carmelina. La mujer de 26 años afirmó que estaban cocinando cuanto se enteraron del secuestro de un joven, lo que llevó a que la comunidad interceptara una camioneta en la que se movilizaban miembros de las disidencias, a quienes les afirmaron que debían entregar al adolescente.
“Tiempo es lo que hay para boliarles plomo”, fue la respuesta de los guerrilleros, y aunque su nieta le pidió retirarse, Carmelina decidió confrontar a los hombres armados, que dispararon contra la comunidad.
“Cuando ya venía corriendo a traerla, mi hermano gritaba ‘¡Mataron a mi abuela!’”, afirmó a AP la nieta de Carmelina Yule Paví.
La muerte de Carmelina hizo que el presidente finalizará la tregua con las disidencias, comparará a Iván Mordisco con Pablo Escobar y lejano a su mensaje de paz y reconciliación, hable de “guerrear” y de que el grupo armado está lejos de seguir un ideal de “servir al pueblo y ayudar a la vida”.
En la vereda La Bodega, el temor no ha llegado a sus pobladores, que luego de perder a “La Mayora” afirman que esto solo les ha dado fuerzas para seguir luchando por su territorio. “Mátennos si pueden… de mi parte no hay miedo”, afirmó Francy Pequi Ascue en un mensaje que sigue la línea del discurso dado por su madre, María Teresa, al despedir a su abuela.
“El día que yo muera, el día que yo no esté en el territorio, ustedes no se queden ahí, no les dé miedo a morir. Después de que estén luchando con sus manos, con su bastón, es el orgullo más grande que pueden tener, no como ellos, que son cobardes que empuñan un arma y con esa arma nos quieren intimidar, pero no, no se dejen doblegar, sean valientes, hablen”.