En un segundo debate adelantado en la Plenaria de la Cámara de Representantes fue aprobado el proyecto de ley que busca prohibir los Esfuerzos de Cambio de Orientación Sexual e Identidad y Expresión de Género (Ecosieg), mal llamados “terapias de conversión”, a las que son sometidas personas de la población Lgbt de Colombia. Con estas, se busca “corregir” sus orientaciones sexuales o identidades y expresiones de género.
La decisión fue tomada luego de que la iniciativa tuviera 97 votos a favor y 18 en contra. Ahora, según el representante a la Cámara por Risaralda Alejandro García, hacen falta dos debates en el Senado de la República para que el proyecto quede completamente aprobado.
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De acuerdo con el representante Juan Carlos Losada, las mal llamadas terapias de conversión son “torturas impresentables a las que someten a la gente para hacerles negar su naturaleza”.
La necesidad de aprobar la prohibición de estas prácticas se evidencia en las cifras. El Representante a Cámara por Antioquia Daniel Carvalho indicó que, en Colombia, una de cada cinco personas homosexuales ha pasado por “terapias”, como los electrochoques y los exorcismos, para cambiar su orientación sexual, que es fuertemente cuestionada por parte de la sociedad colombiana.
Aseguró que con estos procedimientos solo se genera culpa e inseguridades en las personas Lgbt. “Terminan con problemas de depresión, ansiedad, o incluso llegan al suicidio”, detalló el congresista. En ese sentido, el proyecto de ley aprobado en el segundo debate de la Cámara, llamado Inconvertibles, busca que la población diversa del país pueda acceder a servicios de salud de manera digna y sin señalamientos.
“Colombia debe avanzar en la prohibición de las “terapias de conversión” (ECOSIEG). La libertad y el derecho de ser y amar, sin ser juzgados o violentados, es inconvertible. ¡No hay nada que curar!”, precisó Carvalho en X.
Juan Pablo Vargas, un joven que integra la población Lgbt en Colombia, narró a Noticias Caracol los tratos degradantes y violentos de los que fue víctima por parte de profesionales de un centro de salud que querían obligarlo a cambiar su orientación sexual.
“A los 19 años decidí internarme en una EPS y allí la terapia era que te ponían lo que son choques eléctricos mientras veías pornografía. Otra cosa que hacían era meter mi cabeza en una pila de agua y me decían ‘maricón, eres una abominación’”, detalló el sobreviviente al medio citado.
¿Qué dicen los que se oponen?
Algunos representantes a la Cámara han dado a conocer su total rechazo a la iniciativa, explicando las razones por las cuales lo consideran inconveniente. Uno de los argumentos que hay sobre la mesa es que el proyecto, al parecer, restringe las libertades individuales para las personas Lgbt que buscan tomar decisiones.
De acuerdo con el congresista Miguel Polo Polo, que se pronunció al respecto en una sesión del Congreso, hay personas homosexuales que, por ejemplo, no están de acuerdo con su orientación y quieren buscar ayuda. Asimismo, aseguró que pone trabas a las libertades de los profesionales en salud, de psiquiatras, psicólogos y terapeutas, así como las libertades religiosas de las personas.
“Hay que dejar claro que estamos en contra de la homofobia y la tortura. Pero al leer este proyecto nos dimos cuenta de que su fin, no es acabar la homofobia, sino que es un fin perverso; perseguir y cerrar iglesias, pastores, clínicas, eps e instituciones de salud que fueran acusadas por cualquier persona de discriminación. Hay una línea delgada que este proyecto cruza, de discriminación a la persecución”, añadió Polo Polo en su cuenta oficial de X.