En su discurso en el municipio de Apartadó, Antioquia, el presidente Gustavo Petro dio una controvertida declaración que ha causado rechazo y molestia en sectores de oposición. El jefe de Estado indicó que con la llegada y establecimiento de grandes capitales de El Poblado a Urabá se marcó el inicio de uno de los negocios más productivos del país, centrado en el cultivo y exportación del banano, pero que también desencadenó un conflicto armado por diversas razones.
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El mandatario indicó que entre la relación de inversores y la comunidad de Urabá siempre primaron los intereses del empresariado por encima al de las personas: “Gente que viene a trabajar aquí y grandes capitales de El Poblado Medellín. ¿Ese gran capital miró el territorio o lo usó? ¿Cómo ve a la gente del territorio?, ¿Cómo una fuerza de trabajo a usar o como una gente que merece desarrollarse como seres humanos?”
Los pronunciamientos del mandatario generaron molestias, especialmente en los sectores opositores. Una de las críticas más fuertes llegó por parte de una integrante de la colectividad Centro Democrático, la senadora uribista Paola Holguín, quien calificó a Petro como ‘el socialista de Ferragamo’.
“El socialista de Ferragamo está obsesionado con El Poblado, no le preocupa la superación de la pobreza, sino la destrucción de la riqueza; no tiene ni idea cuando falta para acabar las 4G, solo las menciona para enfatizar su discurso de odio de clases; crea falsos dilemas para dividir el país”.
En la región de Antioquia no fue muy bien visto el pronunciamiento de Petro, el congresista derechista Juan Espinal también indicó, al igual que Holguín, que el mandatario tiene problemas con la región: “Petro demuestra una vez su bronca contra Antioquia”.
Al respecto el gobernador del departamento, Andrés Julián Rendón, salió en defensa de los habitantes de la población antioqueña y señaló que ese tipo de comentarios estigmatizan.
“Ayer el Presidente Petro atacó a la Comuna 14- El Poblado para estigmatizar a Medellín y Antioquia. Un gobernante debe entender que lo que hay que acabar es con la pobreza y no con la riqueza; una bien construida, equitativa, generadora de empleo y posibilidades”.
Finalmente concluyó haciendo fuertes comentarios en contra de las políticas del presidente Petro a quien acusó de operar bajo ´lógicas marxistas’.
“Tiene razón el Presidente cuando dice que pensamos muy diferente: su visión de la confrontación se justifica por las ‘causas objetivas de la violencia’. Él ve a quienes posan de insurgentes como rebeldes. Yo los veo como criminales. En su lógica marxista, él ve a los empresarios como explotadores, yo los veo como generadores de riqueza”.
El paramilitarismo en Urabá, la explicación de Petro
El presidente señaló un aspecto crítico de este fenómeno: la interacción entre los recién llegados y las comunidades locales. Esta relación se ha caracterizado, en su opinión, por un choque cultural y económico, donde el enfoque predominante de los empresarios no estaba en la integración y desarrollo de las comunidades locales, sino en verlas como meros recursos laborales. Este enfoque ha generado tensiones y desigualdades significativas.
Petro argumentó que la falta de atención a las necesidades y aspiraciones de las comunidades locales por parte de los empresarios y el Estado condujo inevitablemente a conflictos sociales y armados. La insurgencia, como la del Ejército Popular de Liberación, ganó fuerza en la región, lo que a su vez llevó a una respuesta militarizada por parte de sectores del empresariado, incluyendo el financiamiento y apoyo al paramilitarismo.
“Pues aquí hubo una presencia insurgente del Ejército Popular de Liberación Poderosa. Eso afectó el empresariado bananero, llamémoslo ahora así, que reaccionó paramilitarizándose. No todos, eso no, siempre habrá excepciones, pero más o menos fue así la historia (...) Las confesiones, la Comisión de la Verdad y los fallos judiciales muestran que un sector del empresariado bananero con ayuda estatal apoyó en el pasado el paramilitarismo y la masacre del pueblo del Urabá. En Urabá se impuso una forma paramilitar de gobernar”.