Satanistas estarían robando en iglesias de Bogotá para llevar a cabo sus rituales pre Semana Santa

Párrocos y sacerdotes han hecho un llamado para aumentar el pie de fuerza que custodia espacios santos, conforme se acerca la Semana Mayor

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Rito satánico en Semana Santa - crédito Waewkidja/ Freepik
Rito satánico en Semana Santa - crédito Waewkidja/ Freepik

Conforme se acerca la Semana Santa, padres y párrocos en Bogotá han estado denunciando que miembros de grupos satanistas se han coordinado para entrar en ingleses y hurtar objetos santos que necesitan para sus rituales pre Semana Santa.

Así lo habría denunciado en entrevista para el Ojo de la noche de Noticias Caracol el sacerdote de la iglesia Santa Bárbara, Nicolás Garzón.

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Las iglesias piden mejores esquemas de seguridad a su alrededor - crédito shutterstock
Las iglesias piden mejores esquemas de seguridad a su alrededor - crédito shutterstock

En este sector del centro histórico de Bogotá se practica mucho la santería, satanismo y otro tipo de oscurantismos, otro tipo de cosas no santas y entonces se aprovechan de esto. Incluso algunos padres me han contado que en las confesiones alcanzan a escuchar cosas como, por ejemplo, que pagan muchísimo dinero por no ser consagrada”.

En el caso de Santa Bárbara, según se sabe, fue robada una hostia, ya consagrada, que satanistas o proveedores de satanistas venderían por un costo excesivo en el mercado negro y es que, incluso, las hostias no consagradas son también bastante apetecidas, sobre todo, los días previos a la Semana Mayor.

Las iglesias piden mejores esquemas de seguridad a su alrededor - crédito mundo esotérico paranormal
Las iglesias piden mejores esquemas de seguridad a su alrededor - crédito mundo esotérico paranormal

Para hacer brujería con sus huesos: satanistas han profanado tres veces la tumba de una joven asesinada en Arauca

En un hecho que ha conmocionado al departamento de Arauca, la tumba de Karen Yessenia González Fuentes, una joven asesinada en marzo de 2022, ha sido objeto de profanaciones y ataques repetidos.

Karen, de 33 años y madre de dos hijos, fue víctima de sicarios en Saravena mientras se desplazaba en motocicleta con su esposo, pero, incluso, después de su muerte no ha podido descansar por los continuos ataques a su tumba, que han incluido la sustracción de huesos y objetos personales, o la escritura de mensajes burlones, que agudizan el dolor de su familia.

El indignante ciclo de violencia contra la memoria de Karen comenzó en octubre del 2022, cuando desconocidos rompieron el cristal de su ataúd para mirar su rostro y perpetraron otros actos de vandalismo en dos ocasiones para, al parecer, la práctica de rituales satánicos.

Su situación ha generado una profunda indignación y clamor por justicia entre sus seres queridos y la comunidad en general. “Extrajeron algunos de los huesos de los pies para proceder a realizar lo que, al parecer, podría ser un ritual de brujería,” denunció una amiga de la familia en redes sociales, destacando el nivel de horror y falta de respeto hacia la difunta.

Se cree que sus huesos fueron utilizados para rituales - crédito X
Se cree que sus huesos fueron utilizados para rituales - crédito X

Y es que los González Fuentes han enfrentado no solo la pérdida y el duelo de su hija, sino también la profanación de su descanso eterno, que los ha obligado a trasladar sus restos a un lugar secreto después de descubrir la falta de huesos y ropas durante el tercer acto de vandalismo.

Incertidumbre y frustración envuelven a sus seres queridos, ante la falta de avances significativos en la investigación. “Se han radicado derechos de petición para informar cómo va el desarrollo de la investigación, no obstante, no ha existido respuesta por parte de la Fiscalía,” destacó una allegada, expresando el sentimiento de abandono y desesperanza ante la dilación de respuestas.

El asesinato de Karen y los subsiguientes ataques a su tumba reflejan no solo la brutalidad del acto inicial sino también una persistente violencia simbólica que perturba la paz y el orden social en Arauca.

El día de su asesinato, Karen y su esposo, Juan Pablo Jiménez, fueron emboscados por hombres armados, resultando en heridas fatales para ella. Karen consiguió ser trasladada al hospital por su hijo mayor, en un desesperado intento por salvar su vida, un gesto de amor filial que contrasta profundamente con la crueldad de sus agresores.

La sepultura de Karen en el cementerio de La Esmeralda representaba un lugar de recuerdo y respeto, sin embargo, la secuencia de profanaciones ha transformado este espacio en un sitio de continuo tormento para su familia.

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