No les bastó con asesinar a lideresa indígena, disidencia de ‘Iván Mordisco’ atacó su caravana fúnebre

Cuando la comunidad ancestral le rendía un homenaje a Carmelina Yule Paví, miembros del Estado Mayor Central les dispararon con fusiles

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Funeral de Carmelina Yule Paví, la lideresa indígena asesinada por la disidencia de alias Iván Mordisco el sábado 16 de marzo en el norte del departamento del Cauca. (Crédito: EFE / Indepaz)
Funeral de Carmelina Yule Paví, la lideresa indígena asesinada por la disidencia de alias Iván Mordisco el sábado 16 de marzo en el norte del departamento del Cauca. (Crédito: EFE / Indepaz)

La violencia en contra de los indígenas que habitan en el norte del Cauca sigue siendo crítica luego de que el fin de semana, integrantes de la subestructura Dagoberto Ramos, del Estado Mayor Central (EMC) que responde al mando de alias Iván Mordisco, asesinara a la lideresa indígena Carmelina Yule Paví.

A los insurgentes no les bastó con quitarle la vida de forma violenta, luego de que ella acompañara a la Guardia Indígena en el rescate que hacían de un menor de su comunidad, reclutado forzosamente por los mismos guerrilleros, sino que, además, en la noche de lunes 18 de marzo dispararon en contra de la caravana fúnebre con la que la rendían un homenaje póstumo.

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Así lo denunció la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acin), que a través de su cuenta oficial en la red social X , que: “El Frente Dagoberto Ramos ataca con ráfagas de fusil en el sector de La Despensa a la caravana que transporta el cuerpo de la mayora Carmelina Yule hacia Toribío”.

Yule Paví, de 52 años de edad, resultó herida de muerte el sábado por subversivos del EMC, grupo armado ilegal que se considera como la mayor disidencia de las extintas Farc, y falleció al día siguiente debido a la gravedad de las heridas.

“Hemos perdido una mayora con mucha sabiduría, con mucho conocimiento, con mucha trayectoria en el proceso, con mucho aporte para cambiar la juventud”, Manuel Méndez, autoridad ancestral del resguardo de Toribío.

Se debe recordar que el magnicidio de la lideresa indígena tuvo como consecuencia que el Gobierno Petro suspendiera el cese el fuego bilateral con ese grupo en los departamentos de Nariño, Cauca y Valle del Cauca.

“Se nos llevaron toda una vida entregada al proceso”, remarcó Méndez, quien recordó que el foco del trabajo de la lideresa asesinada estuvo en guiar a los jóvenes de la comunidad a retomar los valores de su pueblo pero “las balas apagaron la vida de esta gran mujer. Ella será eterna, dejó mucho conocimiento”.

Precisamente, sobre el nuevo atentado del EMC, el jefe de Estado condenó nuevamente las acciones armadas de ese grupo armado y señaló que estaban haciendo lo mismo que las desaparecidas AUC, la estructura criminal de derecha que se desmovilizó en el Gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez.

“El EMC en el Cauca ha adquirido la vieja mentalidad de los paramilitares, ligados al narcotráfico y asesinando al pueblo desarmado (sic)”, publicó en su cuenta de X, durante la noche del lunes.

Por otro lado, la Procuraduría anunció la creación de  una agencia especial para intervenir en la investigación penal por el asesinato de Yule y pidió resultados en las investigaciones.

En ese sentido la procuradora colombiana, Margarita Cabello Blanco, reiteró el llamado a las autoridades para que investiguen estos hechos y “lleven a los responsables ante la justicia y redoblen los esfuerzos para garantizar la seguridad de las comunidades indígenas como sujetos de especial protección y destinatarias de medidas de prevención”.

La suspensión del cese de hostilidades, que se tenía prorrogado hasta julio de este año, tiene en alerta a las Fuerzas Militares, por un posible ‘plan pistola’ en contra de policías y militares por parte de la disidencia de ‘Iván Mordisco’.

Según informaron los altos mandos, los insurgentes planificar ejecutar acciones criminales en ciudades como Cali, Medellín, Pasto, Popayán, y se investiga si también podrían tener lugar en Bogotá.

Los posibles ataques en contra de soldados, policías y funcionarios de la Fiscalía se estarían fraguando en Florencia (Caquetá), Tumaco (Nariño), Arauca, San José del Guaviare y municipios del Catatumbo, en Norte de Santander.

El supuesto “plan pistola” buscaría generar un ambiente de inseguridad y temor entre los integrantes del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Policía, con el propósito de dificultar sus movimientos y operaciones, abriendo así camino para que las disidencias de las Farc perpetren sus actividades ilícitas con más facilidad.

(Con información de EFE)

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