Los incidentes de violencia relacionados con las barras bravas están aumentando en Colombia, marcando una preocupante tendencia en el ámbito deportivo del país.
Durante la última jornada de la Liga BetPlay Dimayor se registraron altercados en Bogotá, Cali y Envigado, que tuvieron como protagonistas a los mal llamados hinchas, lo cual ha elevado el nivel de alerta entre las autoridades colombianas. Esta serie de eventos remarca los desafíos de seguridad que enfrentan los eventos deportivos en la nación.
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La solicitud del Ministerio del Deporte
Frente a este panorama, la cartera de Gobierno hizo una solicitud a cada una de las ciudades en las que juega en el rentado local. A través de la circular 004, la ministra Luz Cristina López solicitó que para cada encuentro debe presentarse un protocolo de seguridad con fecha de actualización hasta el 20 de marzo.
“El Ministerio de Deporte tiene la competencia de velar por el cumplimiento de las disposiciones de seguridad, comodidad y convivencia en el marco de eventos de fútbol profesional so pena de ordenar la suspensión o aplazamiento de eventos deportivos cuando su realización no atienda las normas deportivas, los escenarios no tengan las condiciones físicas y sanitarias adecuadas o cuando no se garantice la seguridad de los participantes o espectadores”, se lee en la circular.
Los desmanes en los estadios de Colombia, una tendencia que se agrava fecha a fecha
En Bogotá, el enfrentamiento más notorio ocurrió en el estadio El Campín, donde seguidores de Independiente Santa Fe y Deportes Tolima entraron en disputa, llegando incluso al punto de arrancar y lanzar asientos de las tribunas.
Por otro lado, en Palmaseca, durante un encuentro entre Deportivo Cali y Patriotas, un hincha del conjunto Azucarero irrumpió en el campo de juego causando una interrupción temporal del partido. Mientras tanto, en Envigado, aficionados de Millonarios protagonizaron actos violentos antes del partido contra el equipo local, aumentando la lista de altercados de la jornada.
Estos acontecimientos se suman a una tendencia creciente de violencia en el fútbol colombiano, la cual se ha intensificado en las últimas semanas. Además de los enfrentamientos entre hinchas, se han reportado amenazas contra jugadores y técnicos, lo que agrega una capa de preocupación sobre la seguridad de los involucrados en el deporte. Este contexto evidencia la necesidad urgente de abordar la violencia relacionada con las barras bravas y garantizar entornos seguros para el disfrute del fútbol.
La serie de incidentes pone de manifiesto los desafíos para las autoridades y organizadores de eventos deportivos en Colombia, quienes se enfrentan a la tarea de reinventar las medidas de seguridad y promover un ambiente de sana competencia. La violencia en el fútbol no solo afecta a quienes participan directamente en los altercados, también mancha la imagen del deporte y aleja a familias y aficionados que buscan disfrutar de una experiencia positiva.
La Federación Colombiana de Fútbol (FCF), Dimayor y equipos de la liga no participaron de la reunión por la seguridad en los estadios del país
Durante un encuentro que se llevó a cabo en la sede del Ministerio del Interior en Bogotá, representantes de la Federación Colombiana de Fútbol, Dimayor y algunos clubes decidieron abandonar la reunión tras notar la presencia de miembros de la Agremiación de Futbolistas (Acolfutpro), con quienes mantienen un conflicto laboral.
El motivo de la retirada, según fuentes mencionadas por CM&, fue una recomendación de sus abogados, aduciendo que no podrían compartir un mismo espacio con representantes de Acolfutpro debido a un litigio en curso gestionado actualmente por el Ministerio del Trabajo.
Fernando Jaramillo, presidente de la Dimayor, fue el que expresó esta posición, marcando un momento de distancia y discordia entre las partes involucradas en el ámbito del fútbol profesional colombiano.
La reunión, que además contó con la presencia de funcionarios del Ministerio del Deporte, Policía Nacional, y, por supuesto, del Ministerio del Interior, estaba destinada a discutir diversas cuestiones pertinentes al fútbol colombiano.
A pesar de la ausencia de las partes mencionadas, la reunión tuvo avances significativos, dado que la Policía deberá presentar un esquema que permita disminuir de manera gradual la presencia de uniformados en los escenarios deportivos, ya que los 36 equipos del fútbol colombiano deberán asumir el pie de fuerza en cada uno de los encuentros.