En un fuerte pronunciamiento a través de sus redes sociales, el jefe del comando central del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Eliécer Herlinto Chamorro Acosta, más conocido como Antonio García, se pronunció el martes 19 de marzo de 2024 e insistió en sus denuncias de que se estaría fraguando desde Nariño una especie de complot contra el grupo armado ilegal, pese a que hace parte de los diálogos de paz.
García, que se ha caracterizado por sus posturas críticas con respecto a este proceso de negociación, que ya completó seis ciclos, manifestó a través de su perfil de X (antes Twitter) que detrás del plan para desestabilizar a esta estructura armada está el mismo presidente de la República, Gustavo Petro, que estaría llevando a cabo una serie de encuentros con el fin de consumar la estrategia en contra del ELN.
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En su mensaje, el jefe del grupo ilegal manifestó que en la planeación estuvo el alto comisionado para la Paz, Otty Patiño, que se habría encontrado, según manifestó en su relato, con miembros de la inteligencia militar con este propósito. Una versión que no ha sido desmentida por el funcionario ni por otro integrante del Gobierno, y que había sido expuesta en el escrito Las trampas de la paz, el lunes 18 de marzo.
“El mismo presidente Petro se reunió con Otty Patiño y Álvaro Jiménez (operador de la inteligencia militar) para recibir un informe de primera mano, pues ha sido Jiménez, el General Rincón y Vicealmirante (Orlando) Romero, integrantes de la Delegación de Gobierno, quienes adelantan el plan”, indicó el cabecilla del grupo armado ilegal, con un mensaje en el que hizo énfasis en sus denuncias.
“En esa reunión le dijeron al presidente que tenían ‘información de contactos avanzados’”, señaló el jefe del ELN, que además enfatizó que aún “seguían vivos”, al menos, “para dejar testimonio de la bajeza”.
De acuerdo con el miembro de este grupo insurgente, este hecho fue denunciado de manera formal en la mesa de negociaciones, y puesto en conocimiento de los garantes internacionales y acompañantes permanentes. “De los cuales el Gobierno se hace el de ‘la vista gorda’ para decir que no sabía del asunto”, afirmó el comandante del Ejército de Liberación Nacional, que no hace parte de la delegación en el proceso.
El plan para desestabilizar al ELN
Las denuncias de García tienen su origen en los diálogos regionales en Nariño, de los que hacen parte los llamados Comuneros del Sur, siendo este un grupo desconocido por parte del comando central del ELN. Según el cabecilla de la guerrilla, en esta facción hay varios agentes de inteligencia militar, en calidad de infiltrados, que se habrían hecho pasar como mandos, siendo uno de los señalados alias Miguel A.
“Realizó operaciones contra estructuras y mandos del ELN en varias regiones del país. A finales de 2022, al quedar en evidencia, no quiso reportarse para una investigación y se refugió en Nariño, donde al poco tiempo buscó protección en los organismos de seguridad del Estado y con ellos activaron un plan B, donde para protegerlo armaron el montaje de un proceso regional de paz”, indicó García.
En sus señalamientos, la intención con estos diálogos sería la de generar una “división” entre las filas del ELN, aunque agregó que, a medida que fueron pasando los días, se fueron descubriendo lo que denominó los “cables pelados” que existían con esta iniciativa, que explicaría el afán, de acuerdo con su postura, en hacer público un proceso que “se traía en silencio desde hacía varios años”.
En su escrito, García señaló que el Gobierno mantuvo contactos secretos durante el primer semestre de 2023, en el que preparó condiciones para normalizar, en su concepto, el “entuerto”, que avanzó en agosto del mismo año, cuando se hizo una reunión “encubriéndola con un evento de evaluación del cese el fuego en Nariño”, cuando según acotó era un encuentro de “agentes de inteligencia infiltrados”.
“Desde luego que hay mucha tela por cortar y muy largo para contar, pero la hipótesis señalaba el interés del Gobierno por montar un show, a lo mejor no como el que querían. Pero al fin de cuentas intentarán otro rumbo con los llamados ‘procesos regionales’, claro que mintiendo de sus intenciones al comando central para poder decir que cumplieron y que ‘las cosas no se dieron como ellos querían’”, dijo.