“El proceso constituyente comienza ya”, dijo Gustavo Petro en la mañana del 18 de marzo en su cuenta de X. Contrario a lo que había repetido en varias ocasiones durante su campaña en 2022 y, antes, en 2018, el comentario que hizo el mandatario en Cali el pasado 15 de marzo, que parecía no trascender, terminó desencadenando todo un debate sobre una reforma a la Constitución Política de 1991.

A pesar de todas las veces que había negado una reforma a la Carta Magna, Petro sí mencionó en una ocasión, específicamente en 2017, la posibilidad de convocar una Asamblea Constituyente. En una entrevista publicada con Semana, el 17 de noviembre de ese año, Gustavo Petro expresó su intención de realizar un referendo para convocarla.

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“Si yo soy presidente de Colombia, el primer acto, el primer día, es convocar un referendo con una sola pregunta de sí o no: ‘¿Quiere usted convocar una Asamblea Nacional Constituyente en Colombia?’. Si la mayoría dice sí, nos permite hacer esa reforma”, aseguró el ahora mandatario.

En su diálogo con ese medio, Petro explicó que su reforma constitucional no sería como la del 91, pues no estaría reunida en el centro de Bogotá. “Tiene que ser una constituyente territorial, ese es el gran vacío de la Constitución del 91: la democracia local”.

Además, mencionó que no sería una cambio dirigido a todo lo que consigna la Carta Magna ya que, admitió, que “tiene ventajas en muchísimos temas”.

No obstante, expresó que sí sería necesario acotar esa Asamblea para lograr reformas de: salud, educación, justicia, la “nueva economía” (salir del petróleo) y la política.

Con esto en mente, el entonces candidato presidencial justificó una posible Constituyente en la supuesta incapacidad del congreso: “La pregunta es, estas reformas vitales que nos permitirían entrar a una era de paz, ¿las puede hacer el Congreso de la República que tenemos? Si ni siquiera pudo cumplir el proceso de paz de las Farc, solo era la JEP. No nos digamos mentiras, no son capaces”, dijo Petro el 17 de noviembre de 2017 al medio referido.

Cuando el periodista le preguntó qué pasaría con el congreso mientras ocurriera el proceso de la Asamblea en 2017, Petro respondió que dejaría de sesionar momentáneamente: “El Congreso sigue pero no tiene función, se suspende hasta que acabe la función de la Constituyente”.

Luego dijo que, de todas formas, la Asamblea Constituyente debería ser plural: “No es al estilo Maduro, de uno solo, eso no tiene sentido. Es una Constituyente que sea la expresión de la sociedad colombiana”.

Cinco años más tarde, durante la contienda electoral de 2022, Petro dijo a ese mismo medio que se mantendría en el poder solo hasta 2026: “No iré más allá. La Constitución dice que es hasta el 2026, (…) mucho cuidado de las cosas que dicen, no voy a cambiar la Constitución, eso no va a pasar”, dijo Petro.

Lo que afirmó para entonces es similar a lo que ahora está diciendo ahora. En su cuenta de X escribió este 18 de marzo: “No es ni para cambiar la constitución del 91, ni para perpetuarme en el poder. En las más de tres décadas que han pasado desde 1991, los poderes constituidos por el constituyente del 91, no han podido resolver varios problemas fundamentales que detienen a la sociedad colombiana”.

Por eso, el presidente propuso que se discuta una eventual Asamblea Nacional Constituyente teniendo en cuenta estos aspectos:

• El cumplimiento del Acuerdo de Paz: una reforma agraria, la inclusión del territorio y la población abiertamente excluida y la verdad como eje de la justicia.
• Garantizar las condiciones básicas de existencia a toda la población colombiana: agua potable, salud, y renta para la población más vieja.
• Recuperar los objetivos de la constitución del 91: priorizar la educación pública y la reforma agraria.
• Constitucionalizar la lucha contra el cambio climático y la descarbonización de la economía.
• Garantizar que la política monetaria, manteniendo la independencia del Banco de la República, priorice el empleo y la producción.
• Cumplir la orden de la Constitución de hacer un reordenamiento territorial que los poderes constituidos (como el Congreso) no cumplieron porque su base electoral depende del ordenamiento territorial de 1886. El ordenamiento territorial es imperativo hacerlo alrededor del agua como criterio estructurante.
• Separar la política de la financiación privada.
• Llevar el sistema judicial hacia obtener la verdad para buscar la reparación de las victimas.

Cabe preguntarse por qué algunos de los puntos que sugiere Petro para discutir sobre una Asamblea Nacional Constituyente rescatan principios de la actual Carta Magna que rige a Colombia.