El hurto de cable de cobre es un delito silencioso en Colombia que afecta a cientos de usuarios y empresas, pues según datos de Alto Colombia, solo en 2023, entre habitantes de calles, estructuras delictivas organizadas y suplantadores de contratistas, se hurtaron más de 70 kilómetros. Lo que ha generado todo un mercado ilegal de venta y exportación del mineral en el país.
Para conocer más sobre este delito, Infobae Colombia conversó con el director de operaciones del grupo Alto Colombia, Jorge Armando Segura Cabrera, una organización con presencia en el país hace 14 años y que está enfocada en generar comunidades más seguras a través de herramientas y estrategias de prevención y reacción frente a los riesgos operacionales que tengan las compañías.
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Infoabe Colombia: ¿Por qué el cobre es tan apetecido?
Jorge Armando Segura: Colombia no es líder en la producción de cobre como mineral, a diferencia de otros países como, por ejemplo, Chile por lo que el precio en el mercado es mucho más alto a diferencia de otro tipo de elementos como son el aluminio, el acero o el hierro y esto hace que sea un negocio lucrativo.
Actualmente, el cobre es implementado en la distribución de energía eléctrica y esto abarca todo lo que tiene que ver con televisores, lavadoras y cualquier tipo de aparato electrónico o que necesite electricidad. Por esto es por lo que es tan apetecido y se ha vuelto un negocio lucrativo para algunas estructuras criminales o delincuentes.
Infobe Colombia: ¿Cuánto puede valer un kilo de cobre?
Jorge Armando Segura: Hemos logrado establecer distintas modalidades frente a la venta de cable de cobre porque tiene un valor que depende de si está pelado o no, eso genera que el precio por kilogramo varíe en el mercado.
Hoy en día, un kilo de cable de cobre limpio oscila alrededor de $28.000, cuando hablamos de un kilo de cable de cobre quemado está alrededor de $20.000 y cuando se presenta como tal el hurto y se lleva el kilo de cable de cobre encauchetado; es decir, sin haberlo pelado, pagan por él alrededor de $10.000 o $12.000.
Infobae Colombia: ¿Cuánto cable de cobre pueden llegar a robar?
Jorge Armando Segura: Entre las estadísticas que tenemos, solo a nivel de Bogotá, el total de cable de cobre hurtado en 2023 fue de 78.253 metros, para 2024, en lo que llevamos de año con corte a febrero, la cifra es de 3.472 metros. Esto a nivel monetario, para que tengan como un comparativo, estamos hablábamos de más de $3.960 millones en pérdidas en 2023 y en 2024 ya va en $325 millones.
Eso implica un daño a la infraestructura, la red del sector de telecomunicaciones o la vulnerabilidad para cualquier ciudadano del común y estas empresas tienen que asumir unos temas de costos, entre los que se encuentran, la mano de obra o materiales que causan un impacto importante dentro de lo que tiene que ver con la reposición y reactivación del servicio.
Infobae Colombia: ¿Quiénes son los que más hurtan este tipo de cable?
Jorge Armando Segura: Hemos podido identificar distintos actores que participan en el hurto. El primero son los habitantes de calle, que en 2023, tenemos el registro de más o menos 622 personas; el segundo actor que encontramos son las bandas o grupos delincuenciales organizados, de los que se identificaron 127 personas asociadas a esta modalidad; la tercera, involucra a los contratistas o la suplantación de contratistas; es decir, utilizan prendas o vestimentas de las empresas que realizan el mantenimiento de la red o la infraestructura de telecomunicaciones; y por último, tenemos un tema de ciudadanos extranjeros o migrantes que fueron en total siete.
Para llevar esas cifras a porcentajes, estamos hablando de que la participación de habitantes de calle en estos robos es como del 80%, de bandas criminales es de un 16%, en cuanto a suplantación de contratistas estamos alrededor de un 1% y extranjeros también estamos en el 1%.
Infobae Colombia: ¿Si este tipo de cable transporta energía, no es muy peligroso cortarlo para venderlo?
Jorge Armando Segura: Muchos de los habitantes de calle a veces asumen este riesgo y hemos tenido situaciones en las que terminan electrocutados y fallecen porque no solo se suben a un poste hacer el corte; sino que también abren las recámaras, lo que el ciudadano de a pie normalmente conoce como las alcantarillas, y ahí debajo, en esa red subterránea, también ingresan y hacen los cortes.
Infobae Colombia: ¿A qué lugares van los habitantes de calle a vender el cable de cobre?
Jorge Armando Segura: Hay algo, que es como un factor común que hemos encontrado, y es que hoy en día los habitantes de calle venden ese cable de cobre para un tema de consumo de estupefacientes, por lo que generalmente procuran no hacer la venta de este cable de cobre en bodegas, porque cuando son identificados como habitante de calle terminan aprovechando esa situación y les compran a un precio menor al que ya les indiqué anteriormente.
Ellos tienen unos sectores en los cuales hacen esta venta, nosotros acá en Bogotá tenemos detectado como punto de compra la Central de Abastos donde sí les hacen un pago mayor.
Infobae Colombia: ¿Quiénes son los más afectados con este tipo de robos?
Jorge Armando Segura: Cuando se genera el robo del cable de cobre no sólo se afecta a la empresa de telecomunicaciones, sino que se afecta al bolsillo de todos los usuarios sin importar el estrato social porque la interrupción de estos servicios básicos de Internet dejan incomunicadas a todas las personas y esto afecta a comerciantes, estudiantes que no pueden recibir sus clases como corresponden, a las mismas compañías que dejan de prestar servicios, microempresarios, al sector bancario, las mismas entidades gubernamentales, una estación de policía, porque la Línea 123 puede quedar incomunicada por falta de conectividad o servicio, incluso, la misma Fiscalía General de la Nación que hoy en día lleva a cabo sus audiencias de manera virtual.
Infobae Colombia: ¿Cómo fue el proceso para lograr una condena al ladrón de cable de cobre?
Jorge Armando Segura: En un trabajo conjunto entre Alto Colombia y las autoridades se logró la condena de un habitante de calle, el cual, fue procesado por el delito de hurto calificado consumado no atenuado y que desde luego no era una persona primeriza y ya contaba con anotaciones, no antecedentes penales, pero sí anotaciones.
Nosotros teníamos detectadas unas zonas en Bogotá gracias a los eventos que nos reportaron nuestros clientes, entonces desde Alto diseñamos mapas de calor y unos focos críticos donde establecimos cuáles eran las horas de mayor criticidad de esos cortes, la hora puntualmente en que se generaban.
En este caso fue en el barrio Juan Rey en la localidad de San Cristóbal, donde logramos establecer que los cortes se estaban dando de una manera recurrente y en conjunto con la empresa de seguridad de vigilancia de nuestro operador de telecomunicaciones realizamos unos patrullajes y dentro de uno de esos patrullajes, más o menos sobre la 1:33 p. m., logramos establecer que un habitante de calle acababa de abandonar una de las recámaras con 16 metros de cable que había hurtado de 50 pares.
En ese momento se da a la fuga, pero afortunadamente el motorizado empezó la persecución y la misma comunidad auxilió al motorizado para poder lograr la aprehensión de este habitante de calle, ahí nos comunicamos de inmediato con la Policía para recibir todo el apoyo y se adelantó el procedimiento de judicialización en situación de flagrancia. Esto ocurrió el 10 de marzo de 2023.
Tuvimos los réditos gracias a un trabajo muy articulado con las autoridades, porque más allá de hacer una denuncia, el rol de representación de víctimas que Alto hace tiene que dar unos réditos, entonces aportamos unos elementos materiales probatorios y una evidencia física con videos, entrevistas, testigos y así poder mostrar la reincidencia de esta persona.
Así damos herramientas y elementos para que la Fiscalía también pueda contar con insumos, porque a veces la Fiscalía no tiene la capacidad de hacer la persecución penal de todos los delitos y nosotros hemos ayudado con ese insumo para que sea más fácil la labor investigativa donde, finalmente, se logró obtener una sentencia condenatoria contra esta persona de cuatro años de prisión que hoy en día se encuentra privada la libertad en Cómbita Boyacá.
Infobae Colombia: ¿Considera que hace falta legislación en el país para este tipo de hurtos?
Jorge Armando Segura: No es que haga falta legislación o regulación frente al tema de procesamiento de estos delitos. Hoy en día están en nuestro Código Penal, puntualmente, en el título de delitos contra el patrimonio económico, están establecidos en el artículo 239 y el artículo 240 los numerales primero y quinto.
En el caso de las telecomunicaciones, se puede tratar de un hurto calificado, pues existe una violencia sobre las cosas, es decir, la estructura o el cable de red tiene que ser cortado y hay una violencia para poder hurtar ese cable de cobre.
En el numeral quinto de ese artículo 240 se estipula que se realiza ese hurto sobre un elemento que es destinado a la comunicación telefónica, eso hace que el delito sea calificado y que tenga una mayor connotación y una mayor punibilidad dentro de nuestro ordenamiento jurídico, es decir, pasa a tener una pena de entre 5 a 12 años de prisión cuando es calificado.
No es que haya una carencia frente a la legislación o regulación, lo que sí consideramos importante es que a nivel de Fiscalía y de la misma Policía se puedan establecer unidades especializadas en estas temáticas.
Infobae Colombia: El robo de cable de cobre es todo un negocio oscuro, pero existe el mercado para venderlo, ¿quién compra este tipo de elemento?
Jorge Armando Segura: Hemos logrado esa articulación de varias de estas estructuras, puntualmente en Cesar, Bolívar o en Bogotá y hemos podido decantar toda esta cadena criminal donde hay unos roles específicos, pero no hemos llegado al punto de identificar quién es el actor en el extranjero que lo compra, porque ya sabemos por qué es que lo compran, la necesidad y para qué se emplea, pero no hemos podido llegar a ese eslabón.
Nuestras investigaciones llegan siempre hasta la chatarrería, hasta el sitio de receptación o de acopio ilegal, pero no logramos llegar hasta esa parte porque eso requiere métodos avanzados de investigación que solo las autoridades competentes van a poder tener por tema de relacionamiento internacional o de cooperación internacional.
Infobae Colombia: ¿Qué se debe hacer en el país para que este tipo de hurto no siga ocurriendo?
Jorge Armando Segura: Se deben plantear estrategias preventivas, reactivas y trabajar con las autoridades, con Juntas de Acción Comunal, generando canales para prevenir y perseguir todos los delitos que afecten la red; además, promover buenas prácticas y generar ambientes de control porque, realmente, a todos nos afecta.
Algo bien importante es destacar que ese rol de víctima sirve para instaurar la denuncia penal y compartir elementos materiales probatorios porque esa evidencia física genera unos réditos cuando se trabaja articuladamente con las autoridades.
Infobae Colombia: ¿Tienen más investigaciones abiertas?
Jorge Armando Segura: Hemos compartido información y material probatorio para que la Fiscalía investigue tres bandas en la ciudad de Bogotá, tres en el departamento de Bolívar, dos en el Cesar y tenemos una estructura que esperamos poder aportar esos elementos para que se tengan avances y lograr una condena.