Quienes buscan un tiempo de conversión, para abandonar malas conductas, trabajan en sus errores durante 40 días, que componen la Cuaresma, el tiempo litúrgico de la reconciliación, que permite a los creyentes, en su fe católica, prepararse para la Pascua, cuando se conmemora la resurrección de Jesucristo.
Los 40 días de conversión recuerdan la lucha de Jesucristo, el hijo encarnado de Dios, en el desierto. Allí, según la Biblia católica, enfrentó con valentía las tentaciones de Satanás. Pasó todos los días y noches ayunando y, en su cuerpo humano, sintió hambre. Entonces, esa figura diabólica lo retó: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes”, se lee en el evangelio de Mateo, del texto sagrado.
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Jesucristo no se dejó convencer: “Escrito está: No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios”, dijo. Fue así como superó varias pruebas en medio del desierto, que ponía al límite su cuerpo, su mente y su espiritualidad.
Por eso, en el tiempo de Cuaresma se invita a todos en el mundo a luchar como lo hizo Jesús y, en esa medida, lograr sobreponerse a los obstáculos y tentaciones del mundo, como por ejemplo, el dinero y el poder.
Se acerca la Semana Santa, el tiempo litúrgico en el que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, y con ella, el anhelo de muchos de reparar lo roto, cambiar y fortalecerse para evitar caer en malos pasos.
“La Cuaresma nos ilumina a nosotros y nos anima para que vivamos este tiempo, construyendo desde nuestra conciencia y en nuestras comunidades la valentía de la conversión, de salir de la esclavitud y de caminar hacia la esperanza”, explicó el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, citado por la entidad.
Para ello, los creyentes suelen recurrir a los salmos que, según el papa Francisco, son oraciones que “brotan de la vida” y, para poder rezarlos, solo basta con “ser lo que somos”. “Los salmos son la palabra de Dios que nosotros humanos usamos para hablar con Él”, explicó el sumo pontífice, citado por la Arquidiócesis de Bogotá.
En la Biblia católica hay 150 salmos y, uno de ellos, en especial, se enfoca en la oración para evitar caer en tentaciones y superar los problemas y obstáculos de la vida desde la fe:
Salmo 91: 1-16 - El Señor es nuestro refugio
El que habita al abrigo del Altísimo,
descansará a la sombra del Todopoderoso.
Yo digo al Señor: “Tú eres mi refugio,
mi fortaleza, el Dios en quien confío”.
Solo él puede librarte
de las trampas del cazador
y de mortíferas plagas,
pues te cubrirá con sus plumas
y bajo sus alas hallarás refugio.
Su verdad será tu escudo y tu baluarte.
No temerás el terror de la noche
ni la flecha que vuela de día
ni la plaga que acecha en las sombras
ni la peste que destruye a mediodía.
Podrán caer a tu lado mil
y diez mil a tu derecha,
pero a ti no te afectará.
No tendrás más que abrir bien los ojos
para ver a los impíos recibir su merecido.
Ya que has puesto al Señor por tu refugio,
al Altísimo por tu protección,
ningún mal habrá de sobrevenirte,
ningún desastre llegará a tu hogar.
Porque él ordenará que sus ángeles
te protejan en todos tus caminos.
Con sus propias manos te sostendrán
para que no tropieces con piedra alguna.
Aplastarás al león y a la víbora;
hollarás al cachorro de león y a la serpiente.
Yo lo libraré, porque él me ama;
lo protegeré, porque conoce mi nombre.
Él me invocará y yo le responderé;
estaré con él en momentos de angustia,
lo libraré y lo llenaré de honores.
Lo colmaré con muchos años de vida
y le haré gozar de mi salvación.