Ministro de Defensa aseguró que el “activismo político” del exfiscal Barbosa afectó las relaciones con el Gobierno

En una reciente intervención, Iván Velásquez, el ministro de Defensa de Colombia, ha formulado críticas al manejo que Francisco Barbosa, exfiscal General de la Nación, tuvo en su relación con la fuerza pública y su acercamiento a diversas problemáticas nacionales, puntualizando cómo las actitudes y declaraciones de Barbosa pudieron haber influenciado negativamente en la eficacia de la lucha contra el narcotráfico y otros delitos de gran impacto.

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Velásquez destacó la importancia de desarticular las organizaciones criminales más allá de las incautaciones de sustancias ilegales, poniendo de manifiesto la necesidad de una colaboración más estrecha y efectiva entre la Fiscalía y las fuerzas del orden.

El ministro manifestó su preocupación por la efectividad de las acciones contra el narcotráfico, subrayando que “la fuerza pública puede estar incautando permanentemente cocaína, 659 toneladas en 2022, 740 toneladas en 2023, 130 toneladas en los dos primeros meses de 2024. ¿Y dónde están los dueños de la cocaína?”. Este comentario destaca el desfase entre la cantidad de narcóticos aprehendidos y la captura efectiva de los cabecillas de las redes delictivas responsables de estos, planteando un cambio en la estrategia enfocada no solo en la confiscación de drogas, sino también en la desarticulación de las estructuras criminales.

Asimismo, Iván Velásquez resaltó la necesidad de que la unidad especial de investigación creada dentro de la Fiscalía cumpla con su propósito original, que va más allá de la investigación de homicidios.

Según el Ministro de Defensa, “lo que se requiere es desarticular las organizaciones”, enfatizando que el objetivo principal debe ser el desmantelamiento de los grupos criminales que operan en el país. Esta declaración busca orientar el enfoque de las actividades investigativas hacia un impacto más significativo en la seguridad nacional, mediante la erradicación de las redes ilegales.

La crítica hacia el exfiscal Francisco Barbosa se centra en su supuesto “activismo político” que, de acuerdo con Velásquez, habría deteriorado la relación entre la Fiscalía y las fuerzas de seguridad.

“Es evidente que el activismo político del fiscal Barbosa en su momento, del ahora exfiscal, afectó naturalmente las relaciones”, dijo Velásquez, agregando que la postura y comentarios del exfiscal frente al Gobierno eran contraproducentes. Esta situación, según el ministro, complicaba los esfuerzos conjuntos necesarios para enfrentar eficazmente el crimen organizado y otros desafíos de seguridad.

Estas declaraciones se dan en medio de un contexto en el que la cooperación entre distintas ramas del Gobierno se considera esencial para el logro de objetivos comunes, especialmente en lo que respecta a la seguridad nacional y la lucha contra el narcotráfico. La transición hacia una nueva dirección de la Fiscalía General abre la posibilidad de renovar y fortalecer las estrategias de colaboración, con la esperanza de que se adopten enfoques más holísticos y efectivos en el combate a las organizaciones criminales.

La confrontación entre altos cargos del Estado sobre las estrategias y el enfoque en la lucha contra el crimen organizado refleja los desafíos y la complejidad inherente a la gestión de la seguridad en Colombia. Las recientes cifras de incautación de narcóticos muestran tanto logros significativos como la necesidad de redireccionar esfuerzos hacia la neutralización de las redes delictivas en su conjunto.

Sin embargo, mientras criticaba duramente al exfiscal Francisco Barbosa, el ministro destacó la reciente elección de Luz Adriana Camargo como su sucesora.

Por su parte, la designación de Camargo marca una etapa significativa, considerando su destacado historial y las expectativas puestas en su gestión para combatir la corrupción y fortalecer el sistema de justicia colombiano.

Según fuentes cercanas al Gobierno, el enfrentamiento verbal del ministro con Barbosa no solo subraya las diferencias políticas y éticas entre las figuras implicadas, sino que además pone de manifiesto las complejidades y desafíos que enfrenta Colombia en su esfuerzo por asegurar un sistema judicial íntegro y eficaz. En este contexto, la experiencia y enfoque de Camargo hacia temas de justicia y seguridad nacional son vistos como vitales para avanzar en la consolidación de la paz y el orden en el país.