Con la decisión de la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia, que se decantó por la hoja de vida de Luz Adriana Camargo para convertirse en la nueva fiscal General de la Nación, parece que acabó la incertidumbre que caracterizó este proceso, luego de 168 días que empezaron a correr desde el momento en el que el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, radicó ante el alto tribunal la terna de candidatas para que se escogiera la sucesora de Francisco Barbosa.
Con 18 votos de 23 posibles, dos más de los 16 necesarios para elegida como nueva titular del organismo de investigación, Camargo se convertirá —si nada extraordinario ocurre— en la décima fiscal en propiedad número en 32 años de historia de la entidad, que entró en vigencia en 1992 como fruto de la Constitución Política promulgada el 4 de julio de 1991. Y la segunda mujer, luego de que en enero de 2011 y marzo de 2012 oficiara Viviane Morales.
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Sin embargo, contrario a lo que se ha manifestado en redes sociales, su designación no implica necesariamente su inmediata posesión. Para ello deberán cumplirse una serie de trámites que irán en pro de avalar su elección, en caso de que el proceso se haya efectuado conforme a la ley y sea una candidata habilitada para asumir el cargo. El mismo que en la actualidad está bajo encargo de Martha Mancera, que asumió de manera interina desde el 13 de febrero, ante la salida de Barbosa.
¿Qué sigue en el proceso de escogencia de la nueva fiscal General?
El primer paso es el que ya se llevó a cabo: que la Corte Suprema, a través de su presidente, Gerson Chavarro, notifique a Camargo de su elección, por lo que la ya titular del ente investigador tendrá un plazo de ocho días para aceptar la designación. Después del formalismo, tendrá 20 días adicionales para recolectar los documentos que se requieren para que la determinación sea ratificada por la Sala Plena del alto tribunal, conforme a los requisitos fijados.
Así pues, una vez se confirme la legalidad de la elección de la nueva jefe del ente acusador, revisando la documentación que tendrá que radicar, la escogida por la Corte contará con 15 días, contados a partir de la certificación de la Corte, para que tome posesión ante el presidente Gustavo Petro. Las cuentas darían para que a más tardar, en la segunda semana de abril, aproximadamente el 15 o 16 del mes en mención, Luz Adriana Camargo se posesione en su nuevo cargo.
Cabe destacar que como cualquier decisión tomada por las altas cortes, la misma está sujeta a la veeduría ciudadana, por lo que si hay alguna demanda en contra del proceso en el que se escogió nueva fiscal, teniendo en cuenta que la renuncia de una de las ternadas, Amelia Pérez, se produjo a minutos de que empezara la sesión extraordinaria en la que, con una abrumadora votación, la última de las ternadas —reemplazó a Amparo Cerón— fue la favorecida en la ronda definitiva.
Camargo es cercana al ministro de Defensa, Iván Velásquez, pues lleva más de dos décadas en labores de investigación, como magistrada auxiliar en la Corte Suprema y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig). Es graduada en Derecho por la Universidad de La Sabana y ha acumulado experiencia en el ejercicio del derecho penal y criminología: campo en el que cuenta con una especialización de la Universidad Libre.
Además, ha trabajado como juez de instrucción criminal durante más de 35 años, siendo abogada de la Dirección Seccional de Instrucción Criminal de Bogotá y funcionaria de la Fiscalía General de la Nación, donde desempeñó funciones como fiscal delegada ante los jueces penales del circuito. A su vez, fue fiscal auxiliar y fiscal delegada ante la Corte Suprema, por lo que tendría la experiencia necesaria para llevar las riendas de la entidad de investigación.
Llama la atención que Camargo aún tiene un proceso abierto por corrupción en Guatemala junto con el ministro Velásquez, por su labor en el país centroamericano, que generó todo tipo de controversias. Esto, según expertos, podría representar inconvenientes a la hora de que se ratifique su escogencia como fiscal General, pues sería uno de los motivos por los que, desde los partidos de oposición, buscarían demandar su elección.