Carlos Alberto Carrillo Arenas tomó una decisión trascendental en su carrera política al anunciar su renuncia al partido al que perteneció durante varios años, el Polo Democrático Alternativo. Esta determinación la dio a conocer a través de sus redes sociales, acompañada de una carta en la que formalizó su salida.
Sin embargo, lo que más llamó la atención es que esta renuncia se produce justo antes de asumir un nuevo cargo de gran relevancia: la dirección de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd). Este puesto que le fue ofrecido por el presidente Gustavo Petro.
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Luego de que se conociera el caso relacionado con la compra de unos carrotantes destinados a llevar agua potable a La Guajira, una región afectada por la escasez de recursos hídricos, este incidente arrojó una sombra de duda sobre la integridad de la institución y desencadenó una serie de reacciones en el ámbito político, por lo que el mandatario pidió a Carrillo la dirección de la Ungrd.
Al asumir su nuevo cargo, el antiguo miembro del Concejo de Bogotá, de 42 años y formación en diseño industrial, resaltó la necesidad de restaurar la fe de los ciudadanos colombianos en las instituciones, al admitir que la corrupción y conductas indebidas han sido persistentes en el ámbito político del país.
“Reconstruir la confianza de los colombianos en las instituciones es uno de nuestros principales retos. Desgraciadamente, la corrupción y las malas prácticas muchas veces han estado tan naturalizadas en el escenario político colombiano. En ocasiones, la impunidad en Colombia también contribuye a este problema”, afirmó Carrillo para Rtvc.
Carrillo dejó en claro que su renuncia no fue un acto impulsivo, sino el resultado de discrepancias fundamentales con la dirección actual del partido. No obstante, hizo hincapié en que su respeto y agradecimiento hacia las bases del Polo Democrático Alternativo permanecen intactos. Además, su renuncia no implica un distanciamiento de la lucha política, ya que espera que las bases del partido se mantengan unidas en torno a los ideales que siempre han defendido, incluso ante la eventualidad de la creación de un nuevo partido político.
En su mensaje en X (anteriormente Twitter), el exconcejal expresó: “Esta mañana, antes de asumir el cargo frente a la @UNGRD, renuncié al Comité Ejecutivo Nacional del @PoloDemocratico. Mis profundas diferencias con la actual dirigencia del Partido no cambian mi respeto y gratitud con las bases. En la militancia del POLO queda gente buena y comprometida con un cambio profundo. Me aparto de la vida partidaria, pero espero que las bases polistas reafirmen su espíritu unitario en el nuevo partido que está por nacer”.
Carlos Carrillo, además, compartió la carta de renuncia dirigida al Comité Ejecutivo Nacional del Polo Democrático, en donde expresó de manera clara y contundente su decisión de dejar su militancia, describiendo su dimisión como “voluntaria e irrevocable”.
La carta comenzó con el respetuoso saludo al comité, seguido por una explicación concisa pero significativa de los motivos detrás de su renuncia. Carrillo señaló que su decisión se debía a las nuevas responsabilidades que asumiría como funcionario público. Esta nueva posición, según el exconcejal, requeriría su plena dedicación y le impediría continuar desempeñando un papel activo en la dirección del partido.
“Dado que mis funciones como funcionario público, las cuales asumiré muy pronto, me impiden continuar haciendo parte activa de la dirección”, se lee en la carta.
La dimisión de Carrillo suscitó una variedad de respuestas tanto dentro del partido como en el ámbito político en general. Mientras algunos usuarios en las redes sociales manifestaron su sorpresa ante la noticia, otros reconocieron la relevancia de que el exconcejal pusiera en primer plano sus responsabilidades como funcionario público. Sin embargo, como suele ser habitual en situaciones como esta, numerosos usuarios expresaron críticas hacia el exmilitante del partido, especialmente debido a su vínculo cercano con el Gobierno nacional.