En operaciones de registro y control, agentes de tránsito de la Policía departamental del Huila lograron evitar que 105 kilos de marihuana llegaran a Bogotá, desde el municipio de Garzón, a dos hora y 15 minutos de Neiva.
El cargamento, según información entregada por las autoridades, iba camuflado al interior de maletas y cajas de cartón que dos mujeres hicieron pasar por su equipaje en el supuesto viaje que realizaban hacia la capital del país.
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Sin embargo, y pese a su ingenio y esfuerzo por pasar desapercibidas, antes de salir del departamento del Huila, por el Tolima, el vehículo en el que se desplazaban fue interceptado por la Policía y fue entonces que lograron desenmascararlas.
De momento, se sabe que ambas pertenecen al municipio del Pital y Acevedo, pero que fue en Garzón donde abordaron el vehículo en el que pensaban llegar a Bogotá, de no ser por la acción preventiva de las autoridades.
El operativo fue celebrado por el coronel William Javier Lara Avendaño, que en diálogo con Caracol Radio sostuvo que “la incautación de la marihuana fue posible gracias a la pericia de los uniformados que procedieron a verificar el equipaje con los respectivos dueños de este, encontrando la marihuana oculta”.
Mientras, ambas mujeres fueron capturadas y puestas a disposición de la Fiscalía número 48, especializada en la lucha contra el narcotráfico en esta región, desde donde intentan rastrearse envíos de estupefacientes realizados bajo distintas modalidades.
Y es que, de unos años para acá, traficantes han optado por dejar el transporte de marihuana y otros alucinógenos en las manos de empresas de carga o de transporte público, luego de que miembros de su organización soliciten sus servicios, haciéndose pasar por clientes comunes y corrientes.
¿Hasta dónde va el ingenio de los traficantes? Hace menos de un año utilizaban pasteles para realizar envíos
En una operación poco usual, agentes de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá descubrieron 2.000 gramos de marihuana escondidos dentro de un pastel temático de duendes. El dulce cargamento, enviado de Cali a Barranquilla por tierra, fue interceptado durante revisiones a empresas de mensajería, ahora conocidos por ser medios para el tráfico de drogas.
El operativo se llevó a cabo en medio de una conjunto de inspecciones a paquetes enviados por mensajerías, pues estas empresas han estado bajo escrutinio por su uso en la distribución de sustancias ilícitas, como ocurrió con el peculiar hallazgo.
Según el comandante José Cristóbal Fonseca, fue la estructura y contenido atípicos del paquete lo que levantó sospechas entre los oficiales, quienes al realizar un examen más detallado, descubrieron la droga camuflada: “Nuestros uniformados lograron detectar un alijo de marihuana con un peso aproximado de 2.000 gramos”.
Este hallazgo no solo destaca por su ingenio sino también por el intento de burlar a las unidades caninas de la policía, especialmente diseñadas para detectar este tipo de cargamentos ilegales. Y es que, según la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, “la marihuana estaba encaletada en un arreglo de pastelería y cubierto con papel chicle, con el fin de evadir el olfato de nuestra canina Keyla”.
La marihuana, valorada aproximadamente en 400.000 pesos colombianos en el mercado local, podría haber incrementado significativamente su valor si se hubiera logrado su distribución fuera del país.
Tras el incidente, no se registraron detenciones relacionados con este insólito método de contrabando. No obstante, este caso deja en evidencia el creciente problema del uso de servicios de mensajería para el tráfico ilícito de sustancias.
De hecho, semanas antes, más de 60 kilogramos de estupefacientes fueron incautados en envíos postales, gracias a la eficacia del equipo de caninos de la policía, entrenados para la detección de drogas.