El 13 de enero del 2024 se realizó el Elvis Birthday Party, en Super Rayo, una fiesta temática dedicada al cumpleaños de Elvis Presley. La música estuvo a cargo de dos selectores, que con maletas llenas de vinilos, ambientaron este encuentro de baile y rocanrol con los éxitos de Chuck Berry, Ritchie Valens, Jerry lee Lewis y, por supuesto, el rey: Elvis Presley.
El Rocket, uno de los selectores de la fiesta, cual reloj alrededor del rock, puso la primera canción de la noche a las 9. Con unas cuantas personas en el bar, la gente empezaba a pedir algunas bebidas con licor. No fue sino hasta dos canciones después, que tres personas, evidentemente vestidas acorde para la temática de fiesta, pasaron a la pista de baile, hecho que motivo a que conforme llegaba la gente, dejaran sus cosas en las diferentes mesas del bar y se pusieran a bailar.
Enfocado en la música de hace siete décadas en Estados Unidos, Sergio Iglesias el segundo selector musical de aquella noche y fundador del Bogotá Soul Club, tomo su experiencia en San Francisco, California, cuando organizaba fiestas en las épocas en que esa ciudad californiana era epicentro del rock estadounidense, con estrellas como Santana, Grateful Dead y Jefferson Airplane, entre otros.
Con esa experiencia en suelo gringo, Iglesias ahora busca enriquecer la diversidad de sonidos y estilos musicales en Bogotá, con una alternativa diferente para los aficionados a la música y coleccionistas de vinilos en la ciudad, ejemplo de eso, fue Elvis Birthday Party.
El Bogotá Soul Club está marcando un hito en la escena musical de la capital de Colombia, desde la primera década del siglo XXI, al introducir un formato basado en fiestas con vinilos de siete pulgadas, discos de acetato con diámetro de 18 centímetros, populares en la época en que los músicos grababan sencillos, con una canción por su lado A y B.
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Inspirado en las influencias musicales globales de las décadas de 1950 y 1960, Bogotá Soul Club ha logrado definir un sonido característico que resuena con una audiencia creciente. La escena musical actual en Bogotá, descrita por el club como “vibrante”, y en busca de más diversidad, ha visto en este colectivo un pilar importante para el desarrollo y valoración de la música en vinilo. La creciente afición y los nuevos colectivos de vinilos en la ciudad son testimonios del impacto significativo de Bogotá Soul Club.
“Inicié siendo promotor en San Francisco en 1999 y DJ desde el 2005. Al regresar a Colombia quise intentar el mismo formato de fiesta de vinilos en formato “siete” con música exclusivamente de los años cincuenta y sesenta. La idea siempre ha sido ampliar un poco la diversidad en sonidos y estilos musicales en Bogotá”, relató Sergio Iglesias.
Para Soul Club, su mayor logro es el haber inspirado y dado pie a una nueva generación de seguidores y colectivos musicales que comparten la pasión por la buena música y el formato de vinilo, fenómeno que apunta a una recepción positiva del público, que se contagia de la energía y se vuelve parte de una “cadena” de apreciación musical.
Esto se puede ver desde la compra y venta de vinilos en los pulgueros de Bogotá y tiendas especializadas, hasta en las diferentes fiestas temáticas mensuales que colectivos como Bogotá Soul Club, El Sindicato Dj Gang o Fuego Negro, colectivos que ponen a bailar con géneros subterráneos y poco conocidos como el mismo soul, el rockabilly, surf, R&B y ska, entre otros muchos.
“Han pasado muchas cosas, clubs, bares, fiestas, colectivos de vinilos, festivales, todo es muy fresco y el público quiere más. BSC ha generado un interés en los vinilos e influenciado a los nuevos colectivos vinileros en Bogotá y el país... Ver cómo las nuevas caras y colectivos en la escena que fueron fieles seguidores de BSC logran ahora continuar dispersando la pasión por la buena música y los vinilos, es el mayor logro del colectivo”, afirma Sergio Iglesias.
Sin embargo, a pesar del entusiasmo generado, el colectivo señala que aún no se ha consolidado una escena soul específica en la ciudad, aunque hay seguidores apasionados y selectores musicales dedicados a fomentar este género. “Siempre hay seguidores, apasionados; hay algunos selectores con muy buenos discos e intenciones, pero escena soul cómo tal, no hay”, menciona Sergio Iglesias.
La pregunta sobre si Bogotá “baila soul” recibe una respuesta afirmativa: “Sí, claro, y sorprende”, y destaca la capacidad de sorpresa y aceptación del público hacia este género musical.
Este interés se remonta a los años 60 y 70, cuando la música en vivo jugaba un papel crucial en la difusión del soul en la ciudad, aunque no se identifica una relación cultural o contracultural específica asociada con este movimiento en el pasado, actualmente, en la ciudad hay diferentes espacios, tanto públicos y privados, en los que el soul, como otros géneros, encuentran un espacio entre sonidos más tradicionales (mainstream), como el reguetón y la música popular.