En medio de las acciones contra los crímenes de índole sexual la Procuraduría General de la Nación ha emitido un pliego de cargos contra Ricardo García Duarte, que se desempeñó como rector de la Universidad Distrital de Bogotá durante el período 2017-2021, y dos exfuncionarios más de la misma institución, por presuntamente haber omitido las acciones pertinentes frente a denuncias de acoso sexual presentadas por estudiantes contra un docente.
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Los funcionarios implicados en esta acusación, además de García Duarte, son Cecilia Rincón Verdugo, que ocupó el cargo de decana de la Facultad de Ciencias y Educación entre 2017 y 2020, y Tito Ernesto Gutiérrez Daza, exdirector de Bienestar Institucional desde 2019 hasta 2021. Se les acusa de no haber dado el trámite adecuado a las quejas presentadas por alumnas de la institución, que denunciaron haber sido víctimas de acoso sexual y discriminación por parte de un profesor.
Según el organismo de control, las denuncias fueron documentadas adecuadamente por las estudiantes, incluyendo nombres, identificaciones y códigos de registro, pero no se les brindó la atención ni el trámite requeridos. Desde el ente dirigido por Margarita Cabello se subrayó que el manejo de denuncias de esta naturaleza requiere de una rigurosidad especial para proteger a las víctimas y evitar la revictimización, añadiendo que no actuar con diligencia y no implementar medidas de protección frente a violencias de género constituye una forma de violencia institucional contra las mujeres.
La instancia señala que, con su conducta, los exfuncionarios implicados habrían quebrantado los principios de igualdad, celeridad, eficacia y eficiencia que rigen la función pública, faltando a su deber de actuar con responsabilidad ante la gravedad de las denuncias. En consecuencia, la Procuraduría ha calificado las presuntas faltas de García Duarte y Gutiérrez Daza como graves, cometidas por culpa gravísima, mientras que a Rincón Verdugo se le ha atribuido una falta gravísima bajo la misma categoría.
El caso toma un giro más severo al considerar que la Procuraduría, en una decisión de primera instancia emitida el 13 de diciembre, sancionó a Carlos Antonio Julio Arrieta, profesor de la Facultad de Ciencias y Educación de la misma universidad, con destitución e inhabilidad para ejercer cargos públicos por 17 años, como resultado de su conducta constitutiva de acoso sexual contra estudiantes. Este contexto profundiza la responsabilidad de los funcionarios administrativos en la gestión adecuada y diligente de este tipo de denuncias.
El acoso sexual por parte de docentes y figuras administrativas en ámbitos educativos tiene profundas y variadas consecuencias para los estudiantes, afectando su bienestar, desarrollo académico y profesional, así como su salud mental y física.
Desde una perspectiva psicosocial, los estudiantes víctimas de acoso sexual pueden experimentar un deterioro significativo en su autoestima y confianza en sí mismos. De acuerdo con el psicólogo Javier Saldaña el miedo, la ansiedad y la vergüenza constante se convierten en una carga emocional que puede resultar abrumadora, conducir al aislamiento social y afectar las relaciones interpersonales tanto dentro como fuera del entorno académico.
En el ámbito académico, el acoso sexual tiene un impacto directo en el rendimiento y la concentración de los estudiantes. El estrés y la ansiedad que provoca esta situación pueden disminuir significativamente la capacidad de concentración, aprendizaje y participación en clases, lo que a su vez puede llevar al deterioro del rendimiento académico, deserción escolar o universitaria y, en algunos casos, al abandono de carreras y proyectos de vida.
La salud mental de los estudiantes también se ve gravemente comprometida. El psicólogo le señaló a Infobae Colombia que un trauma asociado al acoso sexual puede manifestarse en forma de depresión, trastornos de ansiedad, trastorno de estrés postraumático, entre otros. Estas condiciones, si no se tratan adecuadamente, pueden tener un efecto dominó en diversas áreas de la vida del estudiante, limitando su capacidad para funcionar de manera efectiva en su vida cotidiana.