En Colombia, uno de los países predilectos para vacacionar son los Estados Unidos de América, pues sus destinos turísticos y atractivos llaman la atención.
Para llegar al país americano es necesario cumplir con una serie de condiciones y requisitos para que el viaje no se convierta en un dolor de cabeza. Entre esos requisitos está la visa.
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Una de las prácticas más frecuentes y que comienza a generar sospechas en las autoridades migratorias, son las constantes entradas y salidas del país americano, lo que, a la larga, termina perjudicando a los viajeros. Quienes, sin saberlo, no tienen en cuenta los riesgos y cómo manejar este tipo de prácticas.
Es importante recordar que la visa de turista se divide en las categorías B1 y B2. Está la visa temporal que permite a los solicitantes facilitar visitas temporales y ocasionales relacionadas con negocios, turismo o tratamiento médico.
La visa de turista no está diseñada para establecer una residencia a largo plazo en los Estados Unidos, ni para pasar la mayor parte del tiempo en el país, por lo que, de hallar motivos injustificados de los constantes viajes, podría enfrentarse a la negación de la entrada o problemas en futuras solicitudes de visa.
Ante esta situación, es esencial que aquellos que opten por la visa de turista estén conscientes de las restricciones y respeten las condiciones establecidas, evitando cualquier actividad que pueda dar lugar a malentendidos ante las autoridades migratorias.
En ese contexto, de acuerdo con la empresa de asesoría migratoria Boundless, con la visa B2 los visitantes colombianos pueden permanecer máximo de 180 días o seis meses; no obstante, la duración final de la estadía la determinan las autoridades al ingresar al país, según la Oficina de Asuntos Consulares, citada por W Radio.
En cuanto a la frecuencia de ingresos al país, no hay un límite establecido siempre y cuando la visa de turista esté vigente. Sin embargo, según Boundless, es recomendable evitar viajes muy seguidos o cercanos, ya que esto podría generar sospechas por parte de las autoridades migratorias.
Los especialistas de la empresa migratoria explican que el personal encargado de revisar la documentación al ingreso también tiene acceso al historial de ingresos y la duración de cada viaje. Si detectan visitas muy frecuentes o prolongadas, podrían suscitar sospechas sobre la autenticidad de los motivos de viaje declarados al obtener la visa de turista.
Una visa de visitante B1 o B2 es adecuada para diversos propósitos de viaje a los Estados Unidos, abarcando tanto actividades comerciales como de turismo. La solicitud de una visa B1 o B2 requiere demostrar que la estancia en los Estados Unidos será breve. Además, es necesario evidenciar la intención de regresar al país de origen después del viaje y contar con una residencia fuera del país americano, donde no se tiene la intención de establecerse de manera permanente.
Según reseña Semana, en el proceso de admisión en el puerto de entrada a los Estados Unidos, un oficial de inmigración del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) juega un papel crucial al decidir si permite la entrada de un visitante y por cuánto tiempo puede permanecer en el país para una visita específica. Esta evaluación se realiza mediante el registro de información en el sello de admisión o en el Formulario I-94 en papel.
El inspector de inmigración estadounidense asigna una fecha de admisión o, en algunos casos, utiliza la designación “D/S” (duración del estatus) en el documento correspondiente. Si el sello de admisión o el Formulario I-94 en papel indican una fecha específica, esta se convierte en la fecha límite para abandonar los Estados Unidos.
En el caso de aquellos que ingresan con una visa de no inmigrante y desean prolongar su estancia, se debe presentar una solicitud ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS) antes de que expire la duración autorizada, según se haya registrado en el sello de admisión o el Formulario I-94 en papel.