En recientes declaraciones, el Dr. Greison Camargo, subdirector de Servicios Jurídicos de la Asociación Colombiana de Droguistas Detallistas (Asocoldro), ha puesto en evidencia una serie de irregularidades en el sector de las droguerías que afectan, de manera directa, la salud y el bienestar de los colombianos. De acuerdo a estas revelaciones, ciertos establecimientos estarían involucrados en un esquema corrupto por el cual se benefician de la doble función de las droguerías, tanto en el ámbito comercial como institucional.
Camargo subrayó la necesidad imperante de que se separen los canales de distribución de medicamentos para combatir la corrupción que permea el sector. Esta práctica corrupta incluye la venta de medicamentos institucionales y la manipulación de fórmulas médicas para beneficiarse a costa de los pacientes. Asimismo, se alertó sobre la práctica de las droguerías de reclamar medicamentos de alto costo para luego vender versiones más económicas al paciente, mientras que el original se vende en el mercado negro, según informó Red+ Noticias.
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Además, dentro de las preocupantes revelaciones se destaca la existencia de medicamentos ilegales y falsificados en el mercado, lo que representa una fuente de ingresos incluso más lucrativa que la venta de drogas ilegales. Esta situación apunta a una falta de control y seguimiento en la apertura y operación de nuevas droguerías en el país. Camargo hace un llamado urgente para implementar medidas que regulen más estrictamente el sector, incluyendo limitar la proximidad entre droguerías y aumentar la profesionalización de quienes operan estos establecimientos.
“Otro tema que realmente nos está golpeando es permitir que en una droguería estén los dos canales: el comercial e institucional. En Colombia, los medicamentos de uso institucional son los que se entregan a través del sistema de seguridad. Pero también están los comerciales, o sea, los que venden en estos locales”, sostuvo
Otra alarma importante es el desabastecimiento de medicamentos y el fácil acceso que tienen niños y adolescentes a drogas de alta complejidad. Esto ha llevado a la creación de drogas sintéticas peligrosas que ya han resultado en la muerte de menores de edad. La venta irresponsable de medicamentos en tiendas, panaderías y otros establecimientos no regulados fue también señalada como un factor contribuyente a este problema.
Estas problemáticas han sido llevadas al Ministerio de Salud, sin embargo, hasta la fecha, se espera una respuesta contundente y medidas efectivas para abordar estos graves problemas. Esta situación no solo pone en riesgo la salud pública, sino que expone las profundas brechas y falencias en el control y regulación del sector farmacéutico en Colombia.
Según menciona Camargo en conversaciones con Red+ Noticias, hay varios casos específicos que se presentan en las droguerías:
- Cuando una persona va a reclamar su medicamento expedido por un médico de la EPS, “lo que hacen, es decirle que no lo hay, pero a su vez se lo ofrecen en venta”.
- Cuando el usuario llega a reclamar un medicamento caro, se le “cruzan” los medicamentos, es decir, al usuario se le entrega un medicamento más barato y las droguerías se apropian del medicamento con mayor precio, mismo que revenden a comerciantes.
- Hay médicos que están expidiendo fórmulas sin que ni siquiera el usuario haya solicitado o asistido a las citas.
- Las empresas que se van a dedicar a operar y a dispensar medicamentos de uso institucional, no se dedican exclusivamente a eso, lo que causa que puedan realizar actos de corrupción.
Además, desde Servicios Jurídicos de la Asociación Colombiana de Droguistas Detallistas, afirmaron que “La comercialización de medicamentos ilegales, fraudulentos y de uso institucional es más rentable que el narcotráfico que hay en este país por la cocaína o alguna otra sustancia. Y es tan rentable, que lo tienen tan oculto porque sencillamente no hay persecución y no hay control alguno sobre los medicamentos. Por eso, hay que poner la lupa, poner en cintura y controlar la creación de nuevas droguerías”.