Tatiana Piñeros es bogotana y lo dice con orgullo. Durante sus 46 años siempre ha vivido en la capital colombiana. Es contadora pública de la Universidad Central y su principal característica es la constancia: desde sus 18 años no ha dejado de trabajar. “He estado siempre en la administración pública, entonces aprendí a querer y a respetar el trabajo que se hace desde aquí, así como los impactos al ver que se puede beneficiar a diferentes grupos poblacionales”, dice la funcionaria.
Con motivo del Día de la Mujer, Infobae Colombia habló con Tatiana Piñeros, quien relató no solo algunos de los momentos más difíciles de ser alcaldesa local, sino los retos y logros que ha obtenido en su cargo; que no ha sido fácil ni para ella ni para todos quienes la han criticado por ser una mujer trans.
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A pesar de que es una característica de ella que defiende con vehemencia, a Tatiana no le gusta que la identifiquen por ser trans. En cambio, prefiere que la reconozcan por sus estudios (tiene una especialidad en gerencia de Recursos Humanos y una maestría en Gestión de Organizaciones), por su experiencia (como miembro de la Secretaría de Integración Social y en el Instituto Distrital de Turismo) o, mejor aún, por los resultados de su gestión como alcaldesa local de Bosa, Los Mártires y Ciudad Bolívar.
En enero de 2024, esa localidad de Bogotá experimento la mayor reducción de homicidios en los últimos años: este delito bajó un 50% con respecto al mismo mes del año anterior (2023). No obstante, muchos retos persisten. Según datos de la Secretaría Distrital de Planeación, el 75% de las personas en la ciudad con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) se concentra en siete localidades y Ciudad Bolívar está a la cabeza, seguida de Kennedy, Bosa, Suba y Usme.
¿Cuál fue su mayor reto siendo alcaldesa local?
El tiempo en el que estuvimos pandemia, así como el estallido social fue difícil. Estábamos en los barrios y diciéndole a las personas que no podían salir, luego que sí; qué podía funcionar y que no. Luego, además, tuvimos que hacer acciones para la reactivación económica, que fue necesaria hacer desde los barrios.
¿Ha sentido que las personas la tratan diferente como alcaldesa por ser mujer trans?
En principio que llegue una mujer trans genera incertidumbre porque ¿cada cuánto uno está compartiendo con personas trans? ¿cada cuánto uno se encuentra a una persona trans en el supermercado, en el medio de transporte, en la calle? No es tan usual, entonces genera incertidumbre.
Luego, cuando ya me conocen, cuando se dan cuenta que soy de carne y hueso las cosas cambian; pero, además, que soy muy cercana a la gente, porque a mí me gusta andar el territorio, mirar a los ojos, eso hace que se cree una cercanía.
Desde el rol donde esté el poder, este tiene que ser para servir. En ese orden de ideas, cuando la gente ya ve que su alcaldesa es una persona que les atiende, les escucha, les soluciona, que la tienen en WhatsApp, se les olvida que es una mujer trans.
¿Se ha sentido discriminada como alcaldesa?
Los temas de diversidad sexual generalmente causan tabú: no saber cómo lo trato. La gente se pregunta: ¿Cómo la trato, qué es? Pero definitivamente cuando se entiende que es una mujer trans y que se me tiene que tratar en términos femeninos... De ahí en adelante, evalúenme por mi capacidad profesional, por mis resultados, por mis logros.
La discriminación no la he sentido directamente; muchas veces sí sé que hablan a mis espaldas o en redes sociales. Sin embargo, como proyecto de vida, cuando hice este tránsito tomé una decisión que fue no dejarme afectar por comentarios.
Tomé la decisión de no ponerme a ver todos estos temas de los comentarios cuando salen, por ejemplo, entrevistas o demás porque se presta para dañar es al ser humano. Yo asumí mi papel de mujer con el respaldo de mi familia, con el respaldo de mis amigas y sabiendo que no estoy haciendo nada malo. Entonces no le presto atención.
¿Cómo fue su primer cargo público y qué tipo de cuestionamientos enfrentó como mujer trans?
Al principio genera una serie de temas por descubrir. Digamos, en mi primer cargo directivo en el Gobierno Distrital, cuando fui directora Corporativa en la Secretaría de Integración Social, una de las más grandes de Bogotá que atiende los temas sociales clave, se cuestionaba cómo una mujer trans iba a administrar un presupuesto de más de un billón de pesos... Cuestionaban eso, pero no cuál era la experiencia de esa mujer (trans) que iba a estar en ese cargo.
Al principio, cuando me nombraron directora en Integración Social, los comentarios fueron muy fuertes, porque no habían muchas personas trans visibles, mujeres trans... De pronto, Brigitte Baptiste en ese momento, pero de resto no había más experiencias de mujeres trans en cargos directivos. Entonces, los ataques fueron muy fuertes, pero ni siquiera frente a si tenía la preparación, si tenía la formación, sino de que sí es bonita, de cómo se expresa o no.
Primero hizo parte de la Alcaldía de Gustavo Petro y luego de la de Claudia López, ¿cómo ha sido trabajar con diferentes gobiernos, que además han tenido desacuerdos?
Soy una mujer tecnócrata y me preparé para administrar... Uno tiene que dar resultados tanto en ejecución presupuestal como en cumplimiento de metas, entonces en ambos gobiernos lo que pude hacer precisamente fue eso: mostrar mis capacidades como gerente. Obviamente no podría estar en un gobierno con el que no soy afín; con el Gobierno Petro pude entender que la política social es clave para las transformaciones.
Con la exalcaldesa Claudia López nos conocemos de los trasegares políticos, también hacemos parte de los sectores LGBT, yo como una mujer trans que además fui candidata al Senado de la República en el 2018 entonces nos encontramos en diferentes espacios; definitivamente también creo que Claudia López es una mujer que, antes que nada, conoce Bogotá.
Una de las cosas más preocupantes en Ciudad Bolívar es la seguridad, ¿qué autoevaluación hace frente al tema?
La seguridad es uno de los temas más importantes y no solamente en Ciudad Bolívar, ni en Bogotá, sino en el país. Definitivamente es un trabajo que, primero que todo, debe ser articulado de todas las instituciones, pero que también la seguridad no se puede entender solamente con un tema policivo: llenar de policías o sacar también el ejército, sino que tiene que ser un conjunto de articulación entre entidades, de la Fiscalía, los jueces, para que se capture, pero además es judicialice y también tiene un componente social, generar oportunidades.
Alguien que no tiene acceso a una educación, a un trabajo, a una seguridad alimentaria, es muy fácil que pueda llegar a sucumbir en temas delincuenciales. Sin embargo, Ciudad Bolívar es una demostración de que es una de las localidades que mayores necesidades tiene, pero la gran mayoría de gente es trabajadora, gente que madruga para atravesarse la ciudad e ir a trabajar y hacer el futuro de su familia.