Es 2024 y parece increíble que exista todavía una grieta entre las oportunidades y derechos que tienen las mujeres en Colombia, con respecto a las que tienen los hombres; esas son, precisamente, las que debería tener cualquier ciudadano en el país. Todavía falta camino: Colombia tiene apenas el 75% de su brecha de género saldada.
El empoderamiento político y la participación económica son las dos áreas más críticas, en las que las mujeres presentan mayores obstáculos en Colombia. En la primera, aún existe una brecha del 62,7% y el país se encuentra en el puesto número 34 a nivel global; en la segunda, aunque la brecha es menor (34,3%) Colombia ocupa el lugar 92 en el ranking mundial del Global Gender Gap Report.
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El Global Gender Gap Report del 2023, realizado por el Fondo Económico Mundial (FEM), mide la brecha de género en todos los países del mundo con respecto a cuatro aspectos clave de la sociedad: educación, salud, economía y política. Aunque entre 2022 y 2023 el país saltó desde el puesto 75 al 42 (considerando esos cuatro aspectos), lo cierto es que aún falta un gran esfuerzo en materia de participación política y oportunidades económicas para que las mujeres logren alcanzar derechos similares a los que tienen los hombres desde hace décadas.
Aunque el país se ha inscrito en tratados internacionales, como la Convención de Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, para reducir la brecha de género en la política y generar más oportunidades económicas para la mujer, no ha logrado avanzar significativamente en esos dos temas.
La pobreza en Colombia afecta más a las mujeres
El más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), conocido en 2023, revela disparidad en los índices de pobreza entre hombres y mujeres en Colombia: por cada hombre que vive en condiciones de pobreza, hay 17 mujeres en la misma situación. Esta brecha ha aumentado desde 2008, cuando la proporción era de unas tres mujeres pobres por cada hombre, según el Dane.
El análisis detallado muestra que el 40,3% de mujeres en el país viven en situación de pobreza monetaria, definida por ingresos mensuales de 354.031 pesos, en comparación con el 38,2% de los hombres en esa condición. Eso indica que las mujeres son un 2,1% más pobres que los hombres; pero 5,9% más si se miden los ingresos de las viviendas en las que asumen el rol de jefas de hogar.
Pilar Torres, economista y socióloga de London School of Economics, subraya que no basta con observar el índice de feminidad en los hogares pobres; también se debe analizar la brecha de pobreza entre los hogares encabezados por mujeres y aquellos encabezados por hombres.
“La feminización de la pobreza es un fenómeno evidente en Colombia. A medida que más mujeres asumen el rol de jefas de hogar, se enfrentan a una carga desproporcionada de responsabilidades, tanto en el cuidado como en la generación de ingresos”, afirma Torres.
El informe del FEM también indica que, a pesar de que la brecha educativa entre hombres y mujeres está cerrada en un 100% en el país, las mujeres encuentran dificultades para acceder a empleos formales.
En toda la historia del país, la cifra de desempleo en las mujeres nunca ha sido de menos de dos dígitos: en 2023 fue de 13,57% para las mujeres y de 8,78% para los hombres. Mientras tanto, el 35% de los trabajadores empleados a tiempo parcial son mujeres, mientras que en el caso de los hombres esa cifra corresponde solo al 18%.
Además, las personas que suelen ocupar roles en servicios y la mayoría de vendedores ambulantes son mujeres. Estos trabajos, aunque ofrecen flexibilidad para cumplir con las responsabilidades domésticas, suelen caracterizarse por salarios más bajos y condiciones laborales precarias.
Torres enfatiza que esta situación está estrechamente relacionada con los roles de género arraigados en la región, que limitan la participación de las mujeres en el mercado laboral y perpetúan la desigualdad económica. En el país, las mujeres ganan un 4% menos dinero que los hombres solo por el hecho, sí, de ser mujeres.
Las barreras para que las mujeres lleguen a ocupar cargos políticos
A pesar de un ligero aumento en el número de mujeres candidatas en las elecciones de 2023 en comparación con los comicios anteriores, las barreras persistentes continúan obstaculizando su acceso al poder político en Colombia: apenas el 28% de los congresistas son mujeres.
En el proceso electoral de 2023, las mujeres representaron el 39% del total de candidaturas registradas, marcando un incremento del 1,7% respecto a las elecciones de 2019 y del 2,4% en comparación con 2015, según datos de ONU Mujeres. Sin embargo, este progreso no se reflejó en un aumento significativo en el número de mujeres elegidas, pues entre hace cuatro años y 2023, solo fueron escogidas 0,38% más mujeres en los cargos territoriales.
Alma Beltrán y Puga, doctora en Derecho especializada en género, destaca la importancia de la voluntad política para garantizar una participación equitativa de las mujeres en la contienda electoral. “Más que leyes, se necesita voluntad política”, afirma. Cabe anotar que en el aspecto de empoderamiento política Colombia pasó del lugar 70 al 34 debido a que el gabinete ministerial de Gustavo Petro es paritario: compuesto 50% por hombres y 50% por mujeres.
Sin embargo, las cifras muestran que esta voluntad política aún no se traduce en una representación adecuada en altas cortes, para 2021 las mujeres ocupaban solo el 25,8% de los cargos en el Consejo de Estado y el 12,9% en la Corte Suprema de Justicia, de acuerdo con el portal informativo Agenda Estado de Derecho.
Beltrán y Puga agrega que “si nunca vemos mujeres en el poder, ¿por qué votaríamos por ellas? No sabemos cómo son sus liderazgos ¿Cómo sabemos si nos van a gustar o no?”.
La falta de recursos económicos es un obstáculo significativo para las mujeres que buscan cargos públicos. Según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), las mujeres recibieron solo el 20,5% del total de recursos destinados a las campañas, a pesar de representar casi el 40% de las candidaturas. “Estos resultados representan un retroceso horrible en la política”, lamenta Marcela Clavijo, excandidata al concejo de Bogotá por el partido Alianza Verde.
Dora Saldarriaga, feminista y activista por la paridad de género en la política, subraya que las maquinarias políticas y el machismo continúan siendo obstáculos importantes. “Las maquinarias hacen todo lo posible para que no llegue gente nueva a estos espacios”, señala Saldarriaga. Además, el limitado acceso a recursos económicos dificulta aún más las campañas de las mujeres, quienes a menudo no reciben el financiamiento necesario para llegar a la ciudadanía.