“Yo soy María Paula Mancera, soy oficial de la Fuerza Aeroespacial Colombiana. Actualmente, tengo el grado de teniente coronel. Soy piloto”; con estas palabras, Mancera inicia contando su trayectoria, marcada por “primeras veces” dentro de la institución, al cumplir roles nunca antes asumidos por una mujer.
Desde su ingreso en 2001, a los 17 años, no ha hecho más que quebrar moldes: fue la primera mujer en pilotear un T-41, emblemática aeronave de instrucción, y posteriormente, en 2012, se convirtió en la pionera femenina en ejercer como instructora de vuelo primario en la misma. Su carrera también la llevó a ser la primera en comandar una aeronave de inteligencia, destacando su participación en operaciones contra el narcotráfico.
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Su pasión y dedicación por el vuelo la llevaron a obtener sus alas como piloto militar a los 21 años. Sus logros continuaron al alcanzar el grado de mayor y tomar el mando del Centro Operacional de Excelencia de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, demostrando una vez más su liderazgo y habilidades excepcionales en el campo de la aviación y la administración aeronáutica.
Sus contribuciones no se limitan al pilotaje. La teniente coronel también ha jugado un papel crucial en la lucha contra el narcotráfico, pilotando el avión SR 560, diseñado para operaciones de seguimiento y defensa, además de maniobrar la aeronave SA 2-37 en misiones de inteligencia. El hecho de que solo cinco mujeres, incluida Mancera, se graduaron en su promoción de un total de 102 cadetes, destaca la significativa brecha de género que su presencia y éxito buscan cerrar en la aviación militar.
En la actualidad, ocupa el cargo de comandante del Grupo académico en la Escuela de Posgrados de la FAC, liderando procesos académicos y cursos de ascenso para oficiales. Además, desde 2023, Mancera asumió la responsabilidad de pilotear el equipo Fokker 28, transportando a personalidades del Gobierno y altos mandos militares a diversos puntos del país.
Su paso por la instrucción de vuelo primario, que se extendió por más de una década, le permitió formar a futuros pilotos, un logro que considera un motivo de orgullo. Durante la charla con Infobae Colombia y con el sonido de fondo de las hélices de un helicóptero que emprendía su vuelo desde la rampa del Comando Aéreo de Transporte Militar, María Paula expresaba su orgullo recordando anécdotas de los alumnos que formó mientras fue instructora, llegando a apreciarlos como a sus propios hijos.
“De las experiencias más bonitas que he tenido en la vida, enseñarle a los futuros pilotos de la fuerza a volar. Ellos empezaban su curso de vuelo muchas veces sin siquiera saber cómo manejar un carro y aprendían primero a volar que manejar. Verlos ahorita siendo comandantes de diferentes equipos y otros que ya son instructores inclusive, para mí es un motivo de orgullo gigante”.
Personalmente, esta destacada mujer equilibra su exigente carrera con su vida familiar, siendo madre de Alejandro, de 13 años, y esposa de un oficial retirado de la FAC. En cuanto a los desafíos, Mancera señala que su mayor reto ha sido la maternidad, dada la responsabilidad de formar a su hijo en un ambiente de valores y buenas prácticas.
“Yo creo que los retos más grandes están por el lado de ser mamá. Todas las mamás del mundo creo que me entienden cuando yo hablo de todos los retos que representa la maternidad. Porque uno tiene la responsabilidad de formar a ese hombre, que sea un hombre de bien, pero a eso se suma hacer bien cada una de las cosas que uno hace laboralmente”.
Dinámica de género en la FAC
En su esfuerzo por ser una figura de liderazgo para sus subalternos, resalta que, aunque son pocas las mujeres en la Fuerza Aeroespacial, su presencia es cada vez más significativa y bien recibida por sus compañeros masculinos.
“Es una gran responsabilidad porque no somos muchas y todavía hay personas que de pronto pueden sorprenderse a la hora de ver una mujer parada al frente de un gran grupo de hombres y teniendo el mando de ellos”.
Con respecto a las supuestas brechas de género dentro de la FAC, María Paula aseguró: “Nosotros somos de las fuerzas que hemos adaptado de mejor manera a la mujer a la institución. Todavía somos muy poquitas, pero afortunadamente cada vez somos más y yo no me he encontrado con un hombre que me ponga un alto o me genere problemas o dificultades para poder desempeñar mi carrera sin ningún problema. Al contrario, todos los hombres con los que he trabajado a lo largo de mi profesión me han apoyado y no tengo la menor queja de del apoyo de todos los hombres para poder desarrollarme y llegar a lo que soy hoy”.
Mancera se siente motivada por la misión de la FAC y valora la oportunidad de liderar y apoyar tanto a hombres como mujeres dentro de la fuerza, destacando el rol fundamental que juegan las mujeres en enriquecer y diversificar las operaciones militares. A través de su carrera, busca demostrar que el compromiso y la habilidad no conocen de género, destacando su liderazgo tanto en el aire como en tierra e impulsando así una mayor inclusión y reconocimiento de la mujer en roles tradicionalmente dominados por hombres.
Finalmente, al reflexionar sobre su experiencia como piloto, Mancera describe volar como una sensación indescriptible de libertad y responsabilidad. De otro lado el Fokker-28 Fellowship con su legado de más de 50 años transportando figuras gubernamentales, Mancera resalta su orgullo por ser la primera mujer piloto de esta emblemática aeronave, a la cual describe como poderosa y legendaria, que ha jugado un papel crucial en la promoción de la diplomacia colombiana. Esta experiencia subraya la versatilidad y el compromiso de Mancera con su país.
A través de su intachable carrera, la teniente coronel Mancera, o “simplemente María Paula” como pidió que la llamaran, con carácter determinado y una sonrisa espontánea que demuestra su calidez femenina, ha consolidado su posición como una pionera y fuente de inspiración para futuras generaciones, mostrando que la dedicación y la pasión son claves para superar cualquier obstáculo.
Su historia refleja el continuo progreso hacia la igualdad de género dentro de la Fuerza Aeroespacial Colombiana y las fuerzas armadas en general, siendo también un testimonio inspirador de dedicación y disciplina por servir a Colombia.