Andrea Padilla, una destacada activista por los derechos de los animales en Colombia, escaló a una posición de mayor influencia y responsabilidad al ser elegida senadora para el periodo 2022 – 2026. Su compromiso con la causa animal ha sido evidente a través de numerosas iniciativas y proyectos que ha liderado o en los que ha participado activamente, marcando un hito en la política colombiana al representar directamente los derechos de estos seres en una corporación pública.
Conocida por su compromiso con la defensa de los derechos de los animales, Padilla atribuye su pasión por la causa a una experiencia transformadora vivida a los 23 años con su pequeña gata Mayo (bautizada así porque llegó en ese mes). Esta experiencia marcó el inicio de una trayectoria que combinó activismo y política, con el objetivo de generar un impacto significativo en la legislación y políticas públicas en favor de los animales.
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Su trabajo ha estado marcado por desafíos, especialmente al trasladar su lucha desde las calles hacia el escenario político, un ámbito en el que destaca la necesidad de contar con argumentos potentes y estrategias sólidas frente a críticas y comparaciones con otras causas sociales. En diálogo con Infobae Colombia, la senadora contó cómo fueron sus inicios, sus retos y su lucha como mujer, dándole voz a los que no la tienen desde el espectro político.
Desde su infancia, en una Bogotá de hace 35 años “que era todavía mucho más hostil, circulaban los vehículos de tracción animal, las calles estaban repletas de perros, en fin, mucha falta de conciencia. Recuerdo que me afligía todo eso”, contó Padilla conmovida.
En ese entonces ya sentía una gran sensibilidad hacia los animales, situación que la llevó a involucrarse en el activismo y posteriormente en la política, persiguiendo la meta de protegerlos de forma más efectiva. Con el tiempo, su compromiso la condujo a adoptar una dieta vegetariana, a unirse con sociedades protectoras de animales y a incrementar su participación en el activismo.
La decisión de llevar su lucha a la política surgió del deseo de tener un mayor impacto, movida por la frustración ante las limitaciones que percibía en el activismo sin el apoyo de políticas públicas fuertes. “Siempre está uno detrás de que le hagan el favor, agradeciéndole al político de turno por nada, porque finalmente lo que botan son migajas, entonces me cansé y decidí que era el momento de intentarlo en el concejo de Bogotá”.
Durante la charla, la integrante del Congreso por el Partido Alianza Verde habló sobre los desafíos que ha tenido que enfrentar por la defensa animal y abrirse paso en la política. “Propiamente, dentro del escenario político, es difícil porque el tema de la defensa de los derechos de los animales, contrario a lo que muchas personas puedan creer por desconocimiento que clasifican el tema como light, es un tema muy denso. Porque sobre la explotación de los animales se ha construido todo nuestro sistema capitalista”.
Asimismo, hizo énfasis en que “quienes luchamos constantemente por los animales nos vemos cuestionados con el argumento de ‘y por qué no los niños’, ‘pero lo que usted les destina a los animales se le va a dejar de destinar a los abuelos’. Siempre los animales son los menos valorados y constantemente eso exige un poder en la palabra, un poder en el discurso y unos argumentos muy fuertes”.
Desafíos y logros: Andrea Padilla rompe barreras de género en la política y defensa animal
Además de asumir los retos habituales de cualquier activista, Padilla ha tenido que lidiar con lo que se describe como una brecha de género presente aún en este ámbito. A pesar de ser un espacio dominado tradicionalmente por hombres, ella se ha esforzado por mantener una actitud firme y respetuosa, evitando trivializar su causa y enfocándose en argumentar con base en estudios y datos concretos.
“Las mujeres tenemos que lidiar con un trato que yo le llamo ‘machismo de galantería’, y es que no hay tratos burdos directamente, pero sí, en ocasiones hay un menosprecio frente a las ideas, frente a la actitud política. El hecho de que no esté hablando duro, que no esté gritando, puede ser leído como una actitud débil en la política.
Siento que todavía hay algunas diferencias en el trato, y la política es un sector que valora unas actitudes asociadas a la imposición y cuando una mujer intenta tenerlas es tildada como ‘loca’, ‘gritona’, ‘pelietas’, ‘escandalosa’; entonces hay mujeres que intentan tener esa fortaleza de actitud y son mal vistas. Siento que todavía hay muchos prejuicios frente a las mujeres en la política”, expresó la senadora respecto a las brechas de género que aún se asoman en este espacio.
Para Padilla, uno de los mayores desafíos ha sido superar los estereotipos de género mientras defiende con vehemencia los derechos de los animales, buscando siempre elevar el debate sin caer en la descalificación fácil. A su vez, ha demostrado que el respeto y reconocimiento hacia su labor provienen de la consistencia y profundidad de sus argumentos, así como de su continua presencia en el terreno, atendiendo directamente a los animales.
“Yo creo que parte de mi valor es que trato el tema con mucha altura. Evito ridiculizar el tema, siempre estoy intentando darle categoría a través del lenguaje, porque finalmente lo que estamos haciendo es una reivindicación de derechos de una población excluida y eso requiere una fortaleza argumental para que no sea considerada como la de ‘los perritos y los gaticos’. Yo rechazo que me califiquen como la ‘amiga’ o la ‘amante’ de los animales. Por eso no me refiero a ellos como los ‘animalitos’, ni los ‘peluditos’, no, son sujetos de derechos”.
Su historia es un testimonio del poder del compromiso personal transformado en acción política, demostrando la importancia de luchar por causas en las que se cree profundamente y el impacto que se puede lograr desde dentro de la estructura política.
“Pienso que lo que me ha permitido ganarme un respeto con este tema ha sido, mi nivel argumental, compaginado con mi activismo; el hecho de que a mí me vean en la calle atendiendo a los animales, muestra que no soy una defensora de escritorio, sino que sigo presente en los territorios y eso es muy valorado”, expresó.
La trayectoria de Padilla y su aporte académico al derecho de los animales en Latinoamérica
La carrera de Padilla ha estado marcada por sus contribuciones significativas al bienestar animal en Colombia. Es fundadora del Equipo CER Gatos, una iniciativa para el cuidado ético de gatos ferales y sin hogar en Bogotá, y ha sido voz de la ONG AnimaNaturalis Internacional en el país. Además, con su proyecto Ruta Animal, logró alimentar a más de 22.000 animales sin hogar y esterilizar a más de 2.600 gatos y perros, demostrando su compromiso no solo con la protección animal, sino también con acciones concretas que mejoran las condiciones de vida de estos seres.
Durante su tiempo como concejal de Bogotá, Padilla impulsó cinco normas distritales orientadas a la promoción del bienestar animal, incluyendo la desincentivación de corridas de toros y peleas de gallos, y promovió la inclusión de los animales en el Plan de Desarrollo y el proyecto del Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad. Su educación superior, que incluye un doctorado en Derecho de la Universidad de los Andes, y su trabajo como profesora universitaria y autora, han fortalecido su base teórica y práctica en la defensa de la defensa animal.
Padilla ha recibido reconocimientos por su labor, como el galardón ‘Mujer defensora de los animales’ de Peta Latino, evidenciando su influencia y dedicación al movimiento de la protección de los seres sintientes tanto a nivel nacional como internacional. Su elección como senadora no solo es un avance personal en su carrera sino también un avance significativo para la causa animalista en Colombia, representando una oportunidad sin precedentes para la promoción de leyes y políticas que protejan a los animales de manera más efectiva.
Su libro, Derecho Sintiente, derivado de su tesis doctoral y publicado en 2022, profundiza en los aspectos legales de los derechos de los animales en el contexto latinoamericano, consolidando su perfil como una de las voces más autorizadas en la materia. Con esta trayectoria, Andrea Padilla emerge no solo como defensora de los animales, sino como pionera en la integración de estos derechos dentro del marco legal y político en Colombia.