Aprobada la ley contra el vapeo en Colombia: buscaría la protección de los más jóvenes

La Cámara de Representantes de Colombia aprobó finalmente la regulación de los vapeadores y cigarrillos electrónicos en el país, tras un proceso legislativo que vio numerosos intentos fallidos en el pasado.

La medida, impulsada por los senadores Norma Hurtado y José David Name, del Partido de La U, busca establecer controles sobre una industria considerada por varios estudios como un potencial riesgo para la salud pública, especialmente entre los jóvenes.

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“¡Lo logramos!”, exclamó Hurtado a través de su cuenta oficial de X, celebrando la aprobación de su proyecto, que busca “modernizar el marco normativo para regular también estos dispositivos nocivos para la salud”. Esta normativa se presenta como una ampliación de la Ley 335 de 2009, conocida como la Ley Antitabaco, liderada por Dilian Francisca Toto, hoy gobernadora del Valle del Cauca. La senadora Hurtado agradeció especialmente a Víctor Salcedo, coordinador ponente de la ley, por su papel clave en el proceso.

Por su parte, Víctor Salcedo celebró la aprobación del proyecto. “Como ponente único en la Cámara de Representantes, celebro la aprobación en último debate del proyecto de ley, que regula la comercialización de cigarrillos electrónicos en Colombia. Un gran paso en salud pública”.

El énfasis de la nueva legislación está en equiparar los dispositivos de vapeo con los cigarrillos convencionales en cuanto a restricciones publicitarias y de consumo en determinados espacios. Esto se debe, en gran medida, a la popularidad que han ganado estos productos en diversos ámbitos sociales, encontrando un mercado especialmente receptivo entre los más jóvenes. Los promotores de la ley han subrayado repetidamente la necesidad de proteger a esta vulnerable franja de la población de los riesgos asociados al vapeo.

Antes de que esta regulación entre en vigor, el texto aprobado deberá someterse a un proceso de conciliación, tras el cual podrá ser enviado al presidente para su sanción. Este paso representa el último escollo legislativo para que la propuesta se convierta en ley, un hito en el tratamiento de los cigarrillos electrónicos y los vapeadores dentro del contexto legal colombiano.

La iniciativa ha sido objeto de amplio debate tanto dentro como fuera de las cámaras legislativas, reflejando una creciente preocupación por el impacto del vapeo en la salud pública. Con la aprobación de este proyecto, Colombia se suma a una lista cada vez mayor de países que han optado por regular de manera más estricta el uso de estos dispositivos, en un esfuerzo por mitigar sus posibles efectos nocivos.

La travesía legislativa que culminó con la aprobación de esta ley no ha sido menor, marcada por años de discusiones y varios intentos que no fructificaron hasta ahora. “15 años después de la Ley Antitabaco, logramos modernizar el marco normativo”, destacó Hurtado, señalando la importancia de actualizar las leyes ante los cambios en las dinámicas de consumo y las nuevas amenazas a la salud pública.

En conclusión, con la aprobación en cuarto y último debate de este proyecto de ley, Colombia se posiciona en la vanguardia de la lucha contra el consumo de vapeadores y cigarrillos electrónicos entre los más jóvenes, enfocándose en la prevención como pilar fundamental de la salud pública. La comunidad espera ahora la conclusión del proceso legislativo con la firma presidencial que convertirá la propuesta en ley.

El uso de cigarrillos electrónicos, también conocidos como vapeadores, ha suscitado una creciente preocupación entre expertos en salud pública debido a los riesgos asociados a su consumo. Investigaciones recientes han evidenciado que la inhalación del vapor de estos dispositivos puede tener efectos perjudiciales para la salud, poniendo en riesgo el bienestar de sus usuarios.

Los estudios en torno a los cigarrillos electrónicos han demostrado que, a pesar de ser publicitados como alternativas más seguras al cigarrillo tradicional, contienen sustancias nocivas que pueden afectar el sistema respiratorio y cardiovascular. Entre estas sustancias se encuentran el propilenglicol y la glicerina vegetal, componentes principales del líquido utilizado en los vapeadores, los cuales, al ser calentados y vaporizados, pueden transformarse en compuestos tóxicos como el formaldehído, un conocido carcinógeno.

Además, el uso de estos dispositivos ha sido vinculado con casos de enfermedad pulmonar grave, conocida como EVALI (lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos o productos de vapeo). Según estudios, el EVALI puede provocar síntomas como dificultad respiratoria, tos y fiebre, e incluso puede requerir hospitalización.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido advertencias sobre los riesgos del vapeo, instando a los gobiernos a implementar políticas que limiten el acceso y consumo de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes, un grupo particularmente vulnerable a este hábito. La preocupación radica en que el uso de estos dispositivos puede servir como puente hacia el tabaquismo convencional, contrarrestando décadas de esfuerzos en la lucha antitabaco.

Para aquellas personas que buscan dejar el hábito del tabaco, los expertos recomiendan buscar alternativas de cesación comprobadas y respaldadas por evidencia científica, como los programas de apoyo psicológico y los tratamientos farmacológicos, en lugar de recurrir a los cigarrillos electrónicos como método de sustitución.