Angelina y Nicolás, dos tiktokers que comparten su vida en pareja a través de las redes sociales, denunciaron los últimos días que fueron víctima de hurto tras pedir un mercado de cerca de 400 mil pesos por Rappi.
Acostumbrados a utilizar la opción de supermercado para ahorrar tiempo y mantener los estantes de su alacena surtidos, tuvieron su primer gran inconveniente con la aplicación y lo peor de todo es que, según dicen, su asistente virtual no les dejó explicar lo ocurrido ni hacer el reclamo.
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“Rappi nos robó y por eso decidimos hacer un TikTok de deshago y, pues sí, es culpa de uno por dar el código antes de tiempo, pero no está bien que el culpable termine siempre siendo la víctima”, lamentaron en un video que ya se acerca a las 300 mil reproducciones.
Al realizar pedidos, de manera aleatoria y sobre todo cuando tienen un costo elevado, la aplicación genera de manera automática un código que llega por mensaje de texto al cliente para que lo entregue al repartidor, únicamente, cuando finalice la entrega.
Sin embargo, ellos se encontraban fuera de casa y no querían entorpecer la jornada de su domiciliario así que, una vez llegó a portería le entregaron el código para que siguiera con sus entregas, pero al llegar a casa se llevaron una amarga sorpresa:
“Dimos el código”, ese fue el error, cuando “estábamos fuera de la casa el portero nos llamó y nos dijo que había llegado el pedido, entonces le dimos el código al rappitendero y al volver nos encontramos que, de un mercado grande, de 400 mil pesos, nos habían dejado dos gaseosas y un chocoramo”.
Como suelen hacer con casi cualquier aspecto de su vida en pareja, decidieron abordar el problema con algo de humor, pues, no habían pedido chocoramo y, aún así, se los dejaron en portería: “Ese último si fue un buen detalle, porque nosotros no habíamos pedido chocoramo y la persona que nos robó nos dejó uno”.
A pesar de pagar una suscripción mensual no recibieron una atención personalizada y con las opciones limitadas del asistente virtual no lograron explicar la magnitud de su problema o cómo es que fueron timados por la domiciliaria de quien, a pesar de lo ocurrido, protegieron su identidad.
“Para Rappi Prime no sirve para un carajo. Nosotros lo pagamos e igual nos atendió un asistente virtual que al preguntarnos si entregamos el código nos dijo que no había nada qué hacer”, lamentaron, antes de ser contactados por la misma aplicación y es que, como bien dijo Nicolás: “Es difícil dejar de usar Rappi. Es” casi que “un mal necesario”.
La denuncia llegó a oídos de Rappi:
Habiendo pasado 24 horas desde que compartieron sus historia en las redes sociales, el área de servicio al cliente de la aplicación los contactó para analizar a fondo su caso: “Rappi nos contactó por la queja que pusimos un día antes y pudimos expresarle nuestro descontento. Queríamos hablar con una persona y no con una asistente, porque el asistente está en modo automático”.
Con una persona y no un robot al otro lado de la pantalla lograron explicar la complejidad del caso y por qué fue que entregaron el código, a pesar de las advertencias claras de no hacerlo.
“Sentimos que nos escucharon, nos contaron las medidas que están tomándose al respecto, cómo quieren mejorar ese proceso y a la Rappi tendera la sacaron, porque ajá”.
Una medida que se complementa con la promesa de rappitenderos de entregar “información relevante para combatir el fraude de repartidores y otras situaciones que puedan afectar el adecuado funcionamiento de la plataforma”, tras sus acuerdos con la empresa.