Durante la reciente vitrina turística de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato), que se llevó a cabo en Bogotá, se dieron a conocer cinco destinos emergentes en Colombia que están captando la atención por su novedosa oferta cultural y de aventura.
Dichos lugares, que incluyen Nariño, Meta, La Guajira, el Golfo de Morrosquillo y Amazonas, prometen a los viajeros experiencias únicas lejos de los convencionales circuitos turísticos.
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Estos sitios no solo se destacan por sus impresionantes paisajes y oportunidades de aventura, sino también por el rico intercambio cultural que ofrecen con las comunidades locales.
Algunas de estas regiones, que en el pasado fueron afectadas por la violencia, hoy emergen como puntos de interés turístico gracias a iniciativas apoyadas por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), que buscan promover la paz a través del turismo. Sorprendentemente, estos destinos, aunque menos conocidos, están comenzando a ser el foco de turistas que desean aventuras auténticas y un contacto genuino con las culturas locales.
Este interés renovado en destinos menos convencionales subraya una tendencia creciente entre los viajeros de buscar experiencias más profundas y significativas. La preferencia por lugares que ofrecen no solo belleza natural, sino también la posibilidad de aprender sobre la vida y las tradiciones de las comunidades, refleja un cambio en la percepción del turismo.
La elección de vacaciones se está moviendo hacia aquellas que ofrecen no solo descanso, sino también enriquecimiento personal y contribución a la sostenibilidad de los destinos visitados.
La vitrina turística de Anato es uno de los eventos más importantes para el sector turístico del país, pues define tendencias y oportunidades para conocer la diversidad cultural y natural de Colombia. Esta atracción hacia lo desconocido y la aventura, combinada con una conciencia creciente sobre la importancia del turismo responsable, está remodelando la industria turística, no solo en Colombia, sino a nivel mundial. Los viajeros de hoy buscan mucho más que simplemente visitar; quieren experimentar, aprender y contribuir positivamente a los lugares que visitan.
Uribe, en Meta, y Dibulla, en La Guajira
Explorar destinos turísticos emergentes se ha convertido en una tendencia entre los viajeros en busca de experiencias auténticas y poco convencionales. En este sentido, Uribe, en Meta, y Dibulla, en La Guajira, surgen como opciones fascinantes para quienes deseen sumergirse en las riquezas naturales y culturales de Colombia. Ambas localidades ofrecen paquetes turísticos diseñados para conectar a los visitantes con la naturaleza exuberante y las tradiciones vivas de sus comunidades.
Por un lado, Uribe en el departamento del Meta, antes inaccesible debido al conflicto armado, hoy invita a los aventureros a descubrir sus cascadas, el Cañón del Guape y el Cañón del Río Duda. La pacificación del área ha abierto las puertas a un turismo comunitario en el que es posible interactuar de cerca con las comunidades indígenas locales.
Los planes turísticos incluyen visitas al Páramo de Sumapaz y al Parque Nacional Natural Cordillera Los Picachos, ofreciendo una experiencia integral de la biodiversidad y cultura de la región. Los paquetes que facilitan estas exploraciones varían en precio, dependiendo de si se incluye transporte desde Mesetas, Meta, con un coste de hasta 680.000 pesos por persona.
Por otro lado, Dibulla, en La Guajira, se presenta como un destino de inmersión cultural y natural ideal para quienes buscan escapar del bullicio cotidiano. Ubicado estratégicamente entre Riohacha y Santa Marta, este municipio es el punto de encuentro de diversas comunidades, incluidas cinco indígenas y una afrodescendiente.
Los viajeros pueden participar en actividades como la pesca tradicional, talleres de tamboras y una ruta gastronómica ofrecida por cocineras locales, además de las playas del mar Caribe y el Santuario de Fauna y Flora Los Flamencos. Existen paquetes turísticos desde un millón de pesos por dos días, incluyendo transporte desde Santa Marta, alojamiento y parte de la alimentación.
Estas propuestas turísticas no solo favorecen el desarrollo económico de Uribe y Dibulla, sino que también promueven el entendimiento y la apreciación de las ricas culturas indígenas y afrodescendientes de Colombia. La apertura de estas localidades al turismo representa una oportunidad invaluable para experiencias de viaje más significativas y conectadas con la autenticidad de los destinos visitados.
Explorando destinos turísticos emergentes en Colombia: Juanchaco, Puerto Nariño y Golfo de Morrosquillo.
Colombia se destaca por sus diversos destinos turísticos, entre los cuales Juanchaco, en Buenaventura; Puerto Nariño, en Amazonas; y el Golfo de Morrosquillo, entre los departamentos de Córdoba y Sucre, hacen una promesa de naturaleza, cultura y aventura a los viajeros. Cada uno de estos lugares ofrece una experiencia única, desde avistamiento de ballenas, hasta expediciones en la Amazonía y escapadas a playas paradisíacas.
Juanchaco es reconocido por su rica herencia cultural y natural, siendo parte del Parque Nacional Uramba. La localidad es presentada por Fundancestral, una agencia de viajes con raíces en las comunidades locales, que subraya la oportunidad de degustar 31 bebidas ancestrales únicas en la región y la posibilidad de avistar ballenas entre julio y octubre. Para facilitar la exploración, ofrecen un paquete básico de dos días que incluye transporte, alojamiento, alimentación, y actividades específicas, con precios que varían dependiendo de la temporada.
En el extremo sur de la Amazonía colombiana, Puerto Nariño se presenta como un ejemplo sobresaliente de turismo sostenible, hogar de comunidades indígenas como los Ticuna, Yagua y Atacamas. Resaltado por actividades como la pesca artesanal en el Lago Tarapoto y el encuentro con la diversa fauna local, incluidos los delfines rosados, el sitio promete una profunda inmersión en la cultura y la naturaleza amazónicas. Las opciones de viaje, dirigidas desde Leticia, incorporan experiencias culinarias en países vecinos y travesías en lancha rápida hacia este destino remoto.
El Golfo de Morrosquillo, por su parte, atrae a los visitantes con su clima cálido, excelentes servicios de hospitalidad y rica gastronomía. Ubicado entre Córdoba y Sucre, el golfo se presenta como un destino ideal para los amantes del mar, con actividades que incluyen visitas a las islas cercanas y exploración del Parque Natural Marino Corales del Rosario.
La Agencia de Viajes Américas pone a disposición paquetes para disfrutar de las playas y la naturaleza local, añadiendo experiencias como paseos en barco por la Ciénaga de La Caimanera.
Estos destinos enriquecen la oferta turística de Colombia, promoviendo no solo el disfrute de paisajes naturales y experiencias culturales únicas, sino también el apoyo a las economías locales y el turismo responsable. Cada uno, con su singularidad, invita a los viajeros a explorar la vasta riqueza del país en términos de biodiversidad, tradiciones y hospitalidad.