Comparándose con Jesús, Carlos Carrillo dijo que llegaba a la Ungrd a sacar “los mercaderes del templo”

Aunque aún no toma posesión como nuevo director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), cargo que dejó vacante Olmedo López, Carlos Carrillo ya empieza a generar comentarios en redes sociales. El exconcejal de Bogotá, que intentó sin éxito ser candidato a la alcaldía, aterrizó en el Gobierno nacional, pero ya es tendencia por unas polémicas declaraciones, en las que se comparó con Jesús de Nazareth.

Carrillo, que anunció una especie de “purga” en la Ungrd, luego del escándalo por presuntos sobrecostos en la adquisición de 40 carrotanques para el suministro de agua en La Guajira, dio de qué hablar por su anuncio mesiánico, en el que no dudó en equipararse con el personaje bíblico, del cual son creyentes millones de colombianos, arraigados en la fe católica. Y recordó uno de los famosos pasajes del libro sagrado.

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En entrevista con W Radio, el excabildante, que cuenta en su formación académica con un título de diseñador industrial de la Universidad Nacional de Colombia y una maestría en Arte y diseño de la Universidad de Donghua, ubicada en Shanghái (China), no dudó en calificar su tarea como una especie de limpieza. Así como el mesías lo hizo en aquella ocasión con los mercaderes del templo, en vísperas de la Pascua judía.

Esta es una escena que aparece reseñada en los cuatro evangelios del Nuevo Testamento, y que parece representar, a la perfección, lo que pretende hacer el nuevo funcionario del Gobierno nacional, pese a que su llegada al gabinete no cayó bien entre algunos petristas, como María Antonia Nany Pardo, que se despachó en su cuenta de X (antes Twitter), calificando a Carrillo como “mercenario”; a lo que el hombre no le prestó atención.

“Voy a sacar a los mercaderes del templo”, dijo Carrillo, en relación con las denuncias de actos de corrupción al interior de la entidad, en un símil que generó fuertes reacciones en las redes. Y lanzó una dura advertencia a los que creen, según él, que la Unidad —por su naturaleza jurídica— pueda contratar de manera directa. “No implican que puedan hacer lo que se les dé la gana y ahí es donde viene el compromiso con la transparencia”, añadió.

Incluso, habló de cómo, como si hiciera un paralelo entre Pedro y Jesús, cuando el discípulo lo negó tres veces, ahora “Ya nadie conoce al señor Olmedo (López)”, su antecesor, que tuvo que renunciar ante la ola de acusaciones en su contra, por presuntos malos manejos dentro de la entidad. Una decisión que estaba cantada, luego de la especie del comunicado de prensa en el que autoavaló su gestión.

A su vez, y lejos de reconsiderar su referencia bíblica, en diálogo con Blu Radio, Carrillo expresó a fondo su intención de reestructuración en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo. Aunque no se mostró de a favor del término “purga”, parece estar a gusto con que su intervención sea asemejada a una referencia, si se quiere, mitológica, por la relevancia del mensaje cristiano en la población.

“Creo que todos, más o menos, estamos sintonizados a que me refiero cuando hablo de sacar a los mercaderes del templo, no se trata de sacar a las personas como si fuera una purga, porque no comulguen con mis ideas. Yo no puedo poner a un político porque sea petrista a hacer planos, si no lo sabe hacer”, afirmó Carrillo, que prometió ponerle más orden a la entidad, que pasa por una grave crisis reputacional.

En cuanto a por qué aún no se ha posesionado en el cargo, a diferencia de Gustavo Bolívar, que ya es oficialmente el nuevo director del Departamento de Prosperidad Social (DPS), el exconcejal indicó que se debe a que aún se encuentra en los trámites documentales que exige su cargo. Y no porque esté en duda su llegada, como llegó a inferirse en las redes.

Eso sí, dejó en claro que a la hora de sacar proyectos adelante, no tendrá problema alguno en reunirse con sus contradictores políticos. “Yo voy a tener que trabajar de la mano con Fico y Char”, agregó Carrillo, en lo que respecta a los mandatarios de Medellín y Barranquilla, pues es un convencido de que cree en “la función pública como carrera” y por ello pospuso lo que serían sus aspiraciones políticas.