Con la promesa de hacer una profunda “barrida” en la planta de personal de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), el exconcejal de Bogotá Carlos Carrillo, que fue escogido por el presidente de la República, Gustavo Petro, para llevar los destinos de la entidad, entregó sus primeras declaraciones en la víspera de su posesión en el cargo, en reemplazo de Olmedo López.
Carrillo, que entrará a trabajar al gabinete del jefe de Estado, al mismo tiempo que lo hará Alexander López Maya, escogido para llevar las riendas del Departamento Nacional de Planeación, pero al que acusó de negarle el aval para aspirar como candidato a la Alcaldía de Bogotá en las pasadas elecciones regionales, dio unas duras declaraciones. Y anunció que luchará de frente contra cualquier sospecha de corrupción.
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“Sin duda alguna hay que hacer una depuración. Yo no soy un juez, yo no seré quien establezca las responsabilidades penales, pero aquí están pasando cosas que se ven muy mal y este Gobierno no tendrá ninguna tolerancia con este tipo de actos”, indicó el funcionario del Ejecutivo, que asistió el lunes 4 de marzo al consejo de ministros, así como también lo hizo Gustavo Bolívar, nuevo director del Departamento de Prosperidad Social (DPS).
El escándalo con el que reciben a Carrillo en la Ungrd
El anuncio de Carrillo estaría relacionado con una serie de acontecimientos en los que se habrían producido sobrecostos en la adquisición de 40 carrotanques para el suministro de agua en La Guajira, con un presupuesto de $46.800 millones invertidos en este hecho; lo que arroja un costo por vehículo de $1.170 millones, superior al establecido en el mercado, pues un rodante de este tipo no sobrepasaría los $664 millones.
Y lo más preocupante es que estaba lista la adquisición de 20 carros más, por $27.600 millones, también a la firma Improamericana Roger SASM, cuyo valor unitario arrojaba un precio de $1.380 millones, cuando los primeros automotores se encontraban estancados, sin poder operar para el fin por el que fueron contratados. Una alarma de lo que podría ser un caso de corrupción, que ya está en manos de la Fiscalía General de la Nación.
Pero además, hay alarmas sobre asignación de recursos a Uribia (La Guajira) por encima de cualquier otro municipio de Colombia, lo que generó fuertes sospechas, pues en esta población de 198.890 habitantes sería fortín político del senador conservador Carlos Andrés Trujillo, del que es cercano el exdirector López, y con el que, al parecer, se habrían direccionado recursos por el orden de $63.000 millones.
“Tenemos que hablar de esas formas de contratación. El hecho de que la unidad pueda contratar por su naturaleza jurídica, no implica que pueda hacer lo que se le da la gana y ahí es donde viene el compromiso con la transparencia. Vamos a ver qué pasa cuando le quitemos la contratación a la política tradicional (...) Voy a sacar a los mercaderes del templo”, añadió el funcionario, en diálogo con W Radio.
Pese a que su nombramiento ha recibido fuertes críticas, incluso de personas afines al petrismo, como María Antonia Nany Pardo, que lo calificó de mercenario, debido a que no contaría con el perfil para dirigir la entidad, el excabildante le restó importancia a estos señalamientos e indicó que llega a darle una mano al primer mandatario, que le encomendó la misión de adelantar el proceso de reestructuración.
“No habrá tolerancia con la corrupción en esta administración”, afirmó Carrillo, con lo que fue definiendo las pautas con las que llegará a esta dependencia, que está en el centro de las polémicas por la destinación de recursos en los territorios. Y se defendió de los dardos que han lanzado en su contra, al considerarlo un activista del proyecto progresista y no un tecnócrata, debido a su falta de experiencia en la administración de lo público.