La llegada a Colombia del ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso ha despertado interrogantes en los familiares de las víctimas de la ola de violencia liderada por el cordobés, que quedó libre con condiciones en la tarde del lunes 4 de marzo de 2024.
Y es que, luego de permanecer detenido en una cárcel de Estados Unidos por cerca de 16 años, Mancuso llegó al territorio nacional con el fin de dar a conocer información con respecto a los crímenes que cometió durante su periodo como jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
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Frente a ello, la madre de la que sería una de las víctimas de la violencia manifestó que el ex jefe paramilitar sería clave para dar con el paradero de los restos de su ser querido, que desapareció el 6 de abril de 2002.
Para esa fecha, Elvis Vargas, de tan solo 17 años, salió de su casa en Cúcuta hacia un taller de latonería ubicado en el corregimiento de Juan Frío, cerca de la frontera con Venezuela. El joven acudía a dicho lugar los fines de semana con el objetivo de obtener recursos para ayudar a su familia, en medio de la tensa situación de orden público que se registraba en la región para aquel entonces.
Su madre, Gladys Vargas, aguardó hasta altas horas de la noche por su llegada. Sin embargo, tal situación nunca se concretó, despertando serias dudas en la mujer, quien explicó la situación a El Espectador: “De eso ya van casi 22 años, pero todavía seguimos sin encontrar respuestas sobre su paradero”.
No obstante, con la llegada del ex jefe paramilitar a Colombia, la ilusión de conocer lo que realmente sucedió con su hijo se aviva, teniendo en cuenta que el mismo Mancuso ha reconocido en múltiples ocasiones que durante su jefatura, las AUC desaparecieron a decenas de personas en la frontera con Venezuela.
El mismo criminal pidió perdón a los familiares de las víctimas, cuyo rastro se perdió en el corregimiento de Juan Frío en 2002. Dicho episodio se registró en mayo de 2023, cuando Mancuso compadeció, de manera virtual, a un evento organizado por la Cancillería.
En aquella oportunidad, el cordobés confesó que las AUC construyeron hornos crematorios para borrar el rastro de quienes asesinaban en esa región del país, una de las más afectadas por la violencia en los últimos años.
Mancuso se comprometió a contribuir en la búsqueda de los desaparecidos
La esperanza de Gladys Vargas persiste, teniendo en cuenta, entre múltiples aspectos, que Mancuso aseguró en medio de dicho evento que él iba a contribuir en la búsqueda de las víctimas cuyos restos aún permanecen desaparecidos.
“Mancuso comandó el Bloque y tiene información sobre esos cuerpos que llevaron a San Cristóbal y otros puntos de Venezuela. Como víctimas, exigimos que nos ayude a ubicarlos y repatriarlos. Después de tanto daño que hicieron, lo mínimo es que haya un compromiso con estas búsquedas”, sentenció la mujer.
Y es que, según indicaron desde la Fundación Progresar —luego de llevarse a cabo tal evento en el que Mancuso pidió perdón—, los organismos encargados del tema tendrían identificados 16 lugares en la zona que comprende la frontera de Colombia con Venezuela en los que habría restos de víctimas de la ola de violencia.
No obstante, dicho caso representa tan solo uno de los múltiples delitos relacionados con desplazamientos, desapariciones, homicidios, lavado de activos, concierto para delinquir, entre otros crímenes que cometió el oriundo de Montería durante su vida delictiva, que dejó centenares de víctimas en una época de horror para el país.