El periodista y comentarista deportivo Iván Mejía Álvarez confesó la razón por la que lleva casi cuarenta años sin pisar Medellín, ciudad que ama y en la vivió largo tiempo: “Me amenazaron. Sigo amenazado”.
El caleño reveló que desde 1987 no no volvió a la capital antioqueña porque recibió amenazas de muerte. “Nadie hasta el momento ha sido capaz de sacarme el nombre de ese señor, porque apeas yo lo diga, me mata”, afirmó.
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Elegir la profesión del periodismo le jugó una mala pasada a Iván Mejía Álvarez, pues asegura que haber sido fiel a su criterio, veracidad y principios lo pusieron en la mira de algunos jefes del narcotráfico que tenían nexos e intereses con equipos nacionales de fútbol, hecho que lo llevó a alejarse de la Ciudad de la Eterna Primavera, pues Medellín está “prohibida” para él.
A sus 73 años de edad y con un trayectoria de más de 45 en la que se ha desempeñado principalmente en la radio y la televisión, Mejía conversó con el programa de Caracol Televisión, Se dice de mí, en el que por primera vez contó porqué se divorció de la capital paisa a la que debe gran parte de su éxito.
“No voy a una ciudad, a la que amé profundamente y viví muy bien, a Medellín desde el año 1987. Estoy amenazado de muerte, sigo amenazado de muerte y nadie me ha podido sacar el nombre de la persona porque, el día que mencione a la persona, ese señor me mata”, relató.
Pese a que estudió derecho y lo ejerció por dos años, se inclinó más por el mundo periodístico. Empezó en prensa, haciendo crónicas de partidos y eso le abrió el camino en la radio.
Pocos años después ganó credibilidad y eso le mereció su salto a la televisión, pese a que no le gustaba tanto y hasta el último día de labor siguió conectado con las cabinas, los micrófonos y las columnas. Precisamente, por su trabajo en esos medios y por las duras opiniones que emitía, recibió varias intimidaciones, debido a lo que hablaba sobre la época del narcotráfico en los clubes de fútbol y la influencia de este en las apuestas, los resultados y el arbitraje, lo cual le mereció varios enemigos que trataron de silenciar su opinión.
Víctima del narcotráfico
Iván Mejía entendía muy bien su rol de comentarista y no me medía a la hora de emitir su opinión o concepto sobre algún partido, jugador o desempeño del arbitro durante los encuentros deportivos. él mismo reconoce que no se ponía límites al momento de hablar.
“De todos es sabido que algunos carteles estaban asociados con determinados equipos y también metían la mano en el tema de la compara de árbitros entonces, fue un problema muy complejo porque la prensa se veía envuelta puesto que al emitir un concepto se podía ver presionada de un lado o del otro”, comentó su colega Ricardo Alfonso.
A Iván le tocó desempeñar su labor en medio de la época más dura de violencia en Colombia, los 80 y los 90, años en los que el narcotráfico tocó las fibras de la política, la economía, el entretenimiento y hasta el balompié, pues este deporte despertaba pasiones “Era por el cartel de Pablo (Escobar), el cartel de (Gonzalo Rodríguez) Gacha y el cartel de los (hermano Miguel y Gilberto) Rodríguez Orejuela: Nacional, Millonarios y América”, compartió Mejía.
No obstante, fue el episodio que vivió hablando de Pablo Escobar y el Cartel de Medellín, el que lo llevó a no poder volver a poner un pie en Medellín, a pesar de haber estudiado e iniciado su labor allí.
Por esa misma época se dio el ‘boom’ de Atlético Nacional a nivel local e internacional, ganando la Copa Libertadores de 1989, dirigidos por Francisco ‘Pacho’ Maturana y Hernán Darío ‘el Bolillo’ Gómez. Sin embargo, fue cuando este mismo equipo técnico saltó a la Selección Colombia y empezó la época dorada de ‘la Tricolor’ de finales de los 80 e inicio de los 90, Iván Mejía popularizó el término de ‘La rosca paisa’ y así lo explica:
“Esa -frase- es mía y no me la perdonan en Medellín. A la Selección Colombia la dirigían Maturana y ‘Bolillo’. Millonarios era el mejor equipo del país, al lado de Nacional. En nacional eran todos colombianos, dirigidos por Maturana y Millonarios le ganaba y perdían, pero era una pelea brava entre ese par de equipos”.
Dee esta forma, el periodista creo una fama de estar en contra de los equipos y fichajes paisas que desató su destierro. Tal es el temor que le tiene Iván a su verdugo que ni siquiera a eventos públicos ni con esquema de seguridad Mejía ha accedido visitar esa ciudad.
En la actualidad Iván Mejía no deja de causar controversia con su apreciaciones tanto del deporte colombiano como de algunos temas coyunturales del país, puesto que él periodista ha sido tendencia al opinar sobre los gobiernos de turno.