En una operación policial reciente en Sahagún, Córdoba, fuerzas de seguridad capturaron a tres personas que transportaban 87 hicoteas en peligro de extinción. Los sospechosos, detenidos en los sectores de Andrés Rodríguez y Morrocoy, buscaban vender ilegalmente estos animales, muy demandados durante la Semana Santa por su carne y huevos. Los infractores enfrentan ahora cargos por el delito de aprovechamiento ilícito de los recursos naturales.
El Departamento de Policía de Córdoba ha intensificado los controles para combatir el tráfico de fauna, evidenciando un incremento en la comercialización ilícita de especies como hicoteas, babillas e iguanas en períodos festivos.
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Las autoridades atribuyen el nerviosismo de los aprehendidos como una señal clave para la intervención, lo que eventualmente llevó al descubrimiento de los animales retenidos en costales y una cava de icopor. Este hecho resalta la continua amenaza que enfrenta la fauna silvestre en la región, a pesar de los esfuerzos por preservarla.
La acción judicial contra estos hombres es un paso en la lucha contra el tráfico de especies protegidas. La normativa colombiana, específicamente el artículo 328 del Código Penal, establece penas para quienes atenten contra el equilibrio natural aprovechándose de la fauna silvestre sin consideraciones éticas o legales.
Mientras tanto, las hicoteas rescatadas han sido confiadas a la Corporación Autónoma Regional de los Valles de Sinú y San Jorge (CVS), donde recibirán cuidados y una cuarentena antes de ser reintegradas a su hábitat natural, asegurando así su bienestar y contribución a la biodiversidad local.
La Policía Nacional de Córdoba ha advertido que seguirá implementando medidas estrictas para prevenir la depredación de especies protegidas. Esta situación señala la necesidad de concienciar a la población sobre la importancia de preservar el medio ambiente y respetar la legislación vigente relacionada con la conservación de la vida silvestre.
Cartagena libera 220 animales nativos para combatir el comercio ilegal
De hecho, en diciembre del 2023, el Establecimiento Público Ambiental (EPA) de Cartagena ha logrado un importante paso en la conservación de la fauna local con la liberación de 220 animales nativos en una reserva al norte de la ciudad, en la última semana de marzo de 2024. Entre los animales reintroducidos se encontraban 100 hicoteas y 120 tortugas morrocoyas, que fueron sometidas a exámenes por expertos del EPA para garantizar su adecuación al medio silvestre.
Este esfuerzo es parte de una estrategia mayor para contrarrestar el comercio ilegal de especies en la región caribeña de Colombia, contando con el apoyo de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC). La colaboración entre esta entidad y el EPA se inscribe en un convenio que busca recuperar la fauna impactada por esta práctica ilegal.
Similar a esta liberación, en noviembre del año anterior, se liberaron 140 animales silvestres en la región, demostrando el compromiso constante con la biodiversidad y la legislación ambiental por parte del EPA de Cartagena, la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC), la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder), y la Policía de Carabineros.
La importancia de estas acciones se destaca aún más al considerar la delicada situación de conservación que enfrenta la región Caribe colombiana. Especies emblemáticas como el tití cabeciblanco, la tortuga del Magdalena y la guacamaya verde se encuentran en peligro crítico, requiriendo medidas urgentes para su protección. La pérdida de hábitats, principalmente por actividades humanas como la agricultura, urbanización e infraestructura, junto con la sobreexplotación y los efectos del cambio climático, representan las mayores amenazas para la biodiversidad de la zona.
En este contexto, Robin Casalla, profesor del Departamento de Química y Biología de la Universidad del Norte y doctor en Ciencias Naturales, enfatiza la existencia de una “lista roja” de especies amenazadas en Colombia, la cual puede variar en categorización respecto a listados internacionales. Las organizaciones de conservación, así como la UICN y la CITES, han clasificado estos casos como prioritarios para reforzar las medidas de protección a nivel regional y global.