Eduardo Pimentel, propietario del equipo Boyacá Chicó, ha lanzado recientemente una serie de críticas severas contra el arbitraje en el fútbol colombiano, apuntando también hacia la Federación Colombiana de Fútbol y el uso de tecnología VAR en los encuentros.
Las denuncias se dieron en el contexto de un partido donde su equipo se enfrentó a Deportes Tolima. Pimentel calificó a los árbitros y a ciertos sectores del fútbol en Colombia como “bandidos” y expresó su descontento acerca de cómo se está manejando el deporte en el país.
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Eduardo Pimentel, dueño del equipo de fútbol Boyacá Chicó, ha lanzado severas críticas contra el arbitraje y la Federación Colombiana de Fútbol mediante una serie de acusaciones que cuestionan la integridad del fútbol en Colombia.
Las declaraciones se dieron en el contexto de un partido donde el Boyacá Chicó enfrentó al Deportes Tolima, momento que Pimentel aprovechó para expresar su descontento a través de la plataforma digital X (anteriormente conocida como Twitter).
Las controversiales acusaciones de Pimentel tocaron diversos puntos, incluyendo el manejo del tiempo adicional por parte de los árbitros, la implementación del sistema de asistencia arbitral por video (VAR) y la presunta inacción de la Federación Colombiana de Fútbol ante lo que él considera una gestión corrupta del fútbol profesional colombiano.
Según criticó, la prolongación de siete minutos en un encuentro donde, en su opinión, se perdieron al menos quince, es solo un ejemplo de lo que cataloga como una actuación deshonesta o “bandida” por parte de los árbitros.
Estas denuncias ponen de manifiesto la creciente preocupación por la transparencia y la justicia dentro del fútbol colombiano, un deporte que, al igual que en muchos países, despierta pasiones y genera grandes expectativas entre sus seguidores.
La referencia al VAR como “el NIDO” y la descripción de la federación como “impávida, inerme y hasta cómplice”, subrayan la percepción de Pimentel sobre un entorno deteriorado tanto en la gestión del deporte como en la impartición de justicia dentro del campo de juego.
Estas graves declaraciones no han pasado inadvertidas, y generan un llamado a la reflexión sobre las prácticas y estructuras que rigen el fútbol en Colombia. Queda por ver si estas acusaciones resultarán en una investigación formal o cambios dentro de la Federación Colombiana de Fútbol y el arbitraje colombiano, en busca de una mayor transparencia y equidad en el deporte más popular del país.
Pimentel culpó a Petro de la crisis del fútbol colombiano
Eduardo Pimentel, principal accionista de Boyacá Chicó y exfutbolista, manifestó su insatisfacción respecto a la situación que atraviesa el fútbol colombiano y la gestión del Gobierno de Gustavo Petro. Durante su intervención en el programa “Deportes sin tapujos” el 20 de febrero de 2024, Pimentel atribuyó la crisis de credibilidad en el fútbol colombiano a la mala influencia que, según él, ejerce el gobierno actual.
Pimentel criticó duramente la percepción de corrupción y la falta de acciones decisivas contra los delincuentes, argumentando que esto ha fomentado una cultura de impunidad que ha permeado el deporte.
Eduardo Pimentel, con un historial de participaciones controversiales en el fútbol profesional colombiano, resaltó que los problemas en el fútbol son un reflejo de desafíos más amplios que enfrenta Colombia bajo la administración de Petro. “Si todos los ejemplos que recibimos a diario de un Gobierno que es la imagen de nosotros son corrupción, problemas, robos y no pasa nada, se genera una oleada en que la gente dice: aquí no pasa nada”, señaló durante la entrevista.
La situación del fútbol colombiano, marcada por controversias en la arbitraje, ha levantado cuestionamientos sobre la confianza en las instituciones reguladoras del deporte. Las declaraciones de Pimentel aluden a una crisis más profunda de corrupción y justicia en el país, que ha sido una agenda política central de Colombia.
La interacción entre deporte y política, reflejada en las palabras de Pimentel, subraya la necesidad de afrontar los problemas de corrupción y justicia no solo en el gobierno sino en todas las esferas del país, incluyendo el ámbito deportivo.