En el municipio de Sucre, ubicado en la subregión de La Mojana (departamento de Sucre), la educación de los niños está en peligro. Padres de familia, docentes y líderes sociales unieron en un clamor general, al denunciar la precaria situación que enfrentan las instituciones educativas en las zonas rurales de la región.
Las voces de preocupación y descontento fueron conocidas a través del diario El Tiempo. Obman Campo, un destacado líder regional, ha recorrido la región para evidenciar los problemas que aquejan a las escuelas. Según sus palabras, “es vergonzosa la condiciones en las que los niños reciben sus clases”.
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Uno de los problemas más acuciantes es la infraestructura escolar. Las denuncias son contundentes: falta de salones de clases, ausencia de ventiladores en los existentes, carencia de baterías sanitarias y la alarmante falta de transporte escolar. Los caminos que conducen a las instituciones están en pésimas condiciones, lo que dificulta el acceso de los estudiantes.
Por su parte, el profesor Nelson Martínez, de la Institución Educativa Aníbal Ojeda, compartió su experiencia de frustración. Hace dos años, se inició la construcción de dos salones de clases con una inversión considerable, pero las obras quedaron inconclusas. “Un día cualquiera los trabajadores se fueron y las obras quedaron inconclusas”, lamentó el profesor en el medio mencionado.
Martínez también destacó la falta de apoyo gubernamental a lo largo de los años. Algunas de las escuelas en la región llevan décadas sin recibir inversiones adecuadas. “Estos colegios han recibido corrientes tras corrientes de agua del río Cauca durante el invierno, con fuertes inundaciones y las ayudas nunca llegan”, expresó el docente.
La situación se agravó con la llegada del invierno, cuando los niños deben caminar largas distancias para llegar a la escuela, en donde enfrentan condiciones climáticas adversas. La gran mayoría de ellos carecen de calzado adecuado y llegan empapados de sudor o incluso mojados por la lluvia, mientras que la falta de transporte escolar hace que esta “odisea” diaria sea aún más desafiante para las familias de escasos recursos.
El saliente director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), Olmedo López, que ocupó el cargo hasta el jueves 29 de febrero, destacó la importancia del proyecto para aliviar a los damnificados por el cambio climático en la región, con el paso del fenómeno de El Niño, anunció una inversión ascendente a “1.2 billones de pesos”, destinada a la recuperación integral de esta zona afectada por las dinámicas hídricas de los ríos Cauca, San Jorge y Magdalena.
Esta iniciativa no solo busca restaurar los ecosistemas y las comunidades que han sufrido los embates del cambio climático, sino que también pretende ser un hito en el ordenamiento territorial en torno al recurso hídrico, de acuerdo con lo que fue señalado por López.
“Será el proyecto más importante en materia de ordenamiento territorial alrededor del agua, que aliviará a más de 237.000 damnificados por el cambio climático, y le devolverá el espacio que se le ha quitado al agua”, afirmó el ya exdirector de la Ungrd.
A pesar de las promesas gubernamentales, la ayuda tarda en llegar a las comunidades afectadas. Aunque se anunció una inversión considerable para la recuperación de la región de La Mojana, los recursos parecen centrarse únicamente en proyectos relacionados con la gestión del agua en los ríos Cauca, San Jorge y Magdalena. Entretanto, las necesidades urgentes de las escuelas rurales parecen quedar en segundo plano.
Los padres de familia manifestaron inquietud acerca de la pureza del agua en las instituciones educativas, indicando que sus hijos padecen enfermedades a causa de ingerir agua contaminada, según lo informado. Y resaltaron que, si bien la iniciativa del Gobierno puede representar un alivio para la comunidad, las denuncias sugieren que las ayudas no están dirigidas hacia los niños, su educación y su salud como prioritarias.