Investigarán a los patrulleros de la Policía que habrían disparado contra el soldado infiltrado en el Putumayo

La Justicia Penal Militar y Policial inició una indagación preliminar contra dos patrulleros de la Policía Nacional implicados en los hechos que condujeron a la muerte del soldado regular Alexander Orozco Zambrano. El proceso, identificado con el radicado 640 de fecha 28 de febrero de 2024, originalmente se abrió por la presunta comisión del delito de lesiones personales, tras descubrirse que el soldado Orozco Zambrano fue herido por un proyectil de arma de fuego.

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Los acontecimientos sucedieron cerca de la Estación de Policía de La Tagua en Puerto Leguizamo, donde Orozco Zambrano fue rescatado con vida del río Caquetá, antes de que las lesiones derivaran fatalmente en su deceso.

“La indagación preliminar se aperturó (...) por el delito de lesiones personales al conocerse que Orozco Zambrano resultó herido por proyectil de arma de fuego y fue rescatado con vida del río Caquetá”, enfatizó la Justicia Penal Militar en su comunicado. Esto subraya la prioridad otorgada a establecer las circunstancias exactas que rodearon inicialmente la agresión hacia el soldado.

La implicación de miembros de la Policía Nacional en este lamentable suceso añade un nivel de complejidad y sensibilidad al caso, generando interrogantes sobre la conducta y los procedimientos seguidos por las fuerzas de seguridad.

Es de recordar que Orozco Zambrano fue señalado como responsable directo de la muerte de tres militares el 26 de febrero, dentro de las instalaciones del Batallón de Infantería de Selva N.°49. Detalles proporcionados por el Ejército Nacional revelaron un cambio significativo en la calificación jurídica de los hechos, pasando de lesiones personales a homicidio tras la confirmación de la muerte del implicado. Este soldado, según informes del ejército, habría tenido vínculos con las disidencias de las FARC, lo cual sugiere una infiltración premeditada con propósitos criminales.

El dramático desenlace tuvo lugar mediante un enfrentamiento armado, cuando el efectivo militar Orozco, al percatarse de la presencia de la policía que lo requería tras una alerta del Ejército Nacional, “abrió fuego y resultó herido” en un tiroteo que le causó heridas en una de sus extremidades inferiores y el abdomen. Mientras tanto, otro individuo que lo acompañaba fue capturado en el acto y entregado a las autoridades competentes.

En un comunicado, el Ejército Nacional se pronunció sobre los hallazgos de sus labores de inteligencia, las cuales permitieron descubrir que otros tres soldados de la unidad militar fueron supuestamente contactados por miembros del grupo armado residual, conocido como Estructura Carolina Ramírez, para involucrarse en esta acción delictiva. “Estos hechos ya fueron puestos en conocimiento de las autoridades judiciales”, aseguró la institución.

Este incidente no solo arroja luz sobre las vulnerabilidades a las que están expuestas las fuerzas del orden en medio del conflicto armado interno, sino también sobre las estrategias de grupos residuales que buscan socavar la estabilidad y el orden mediante la infiltración y la corrupción de sus miembros.

La situación adquiere mayor gravedad al considerar la posible manipulación de soldados para perpetrar actos criminales, lo que evidencia la complejidad y los retos que enfrenta el país en su camino hacia la paz.

Este lamentable episodio reafirma la urgencia de adoptar medidas más rigurosas y efectivas que aseguren la lealtad y compromiso de todos los integrantes de las fuerzas armadas del país. Asimismo, resalta el imperativo de avanzar en las negociaciones de paz con diversos grupos armados, en un esfuerzo por alcanzar una convivencia pacífica y duradera que permita el desarrollo y bienestar de toda la población.

El trabajo conjunto, la inteligencia y la prevención cobran mayor importancia en esta tarea que compete a toda la sociedad.

La Justicia Penal Militar y Policial lleva ahora la responsabilidad de dilucidar no solo el cómo y el porqué de este trágico incidente, sino también de garantizar que los principios de justicia y transparencia guíen el proceso investigativo. A medida que avance la investigación, se espera que surjan más detalles sobre lo ocurrido, ofreciendo respuestas a las preguntas que hoy engloban este evento.